-XV-

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Mara:

—No puedo creer que estemos aquí— la cara de Thiago se iluminaba en distintos colores al observar el gran letrero que portaba el nombre de la institución.

Era la escuela de artes más grande de toda la ciudad; sus instalaciones se extendían en un campus teñido de verde, y tres edificios antiguos que fueron remodelados hace apenas algunos años; el primer gran diseño era el teatro, donde las personas se preparaban para despegar sus carreras como actores; en el segundo diseño, la alegría de la música se hacia presente, tanto en el baile como en las melodías. El tercer y último edificio se enseñaban las artes plásticas; donde jóvenes Van Gogh iniciaban su transcurso en el mundo del arte.

—Venecia dijo que la encontráramos junto a la estatua abstracta— el trío se dirigió al lugar con prisa, pues el ojiverde no podía contener la emoción que causaba estar en aquel lugar

Venecia:

Tres pares de pies hicieron presencia frente al gran lienzo que intentaba sostener. El cachorro se negaba a cooperar para la pintura y había enredado su larga correa por las patas del taburete que sostenía el retrato que intentaba hacer.

La maestra de arte pidió que dibujemos lo más bonito que viésemos en la semana, y al ver cruzar a un estudiante con un pequeño cachorro se me había ocurrido la maravillosa idea de ofrecerme a cuidarlo mientras intentaba plasmar los adorables ojos del animal.

—Si no es mucha molestia, ¿pueden sostener a esta cosa?— bufé, el estrés hacía mella en mi rostro, las ojeras se pintaban profundas dándome un aspecto nefasto — soy un desastre—
Estoy frustrada, y me siento totalmente inútil, llevo días intentando realizar un jodido trabajo; nunca antes me había ocurrido esto, y más porque cada vez que intento imaginar qué fue lo más bonito de mi semana, hace aparición en mi mente esa imagen.

—Debes tomar un descanso, llevas intentando hacer eso desde hace días— riñó Cassie sosteniendo al cachorro entre sus brazos. Quizá tenga razón, pero tengo un montón de lecciones que estudiar también; no debo perder tiempo

—A lo que vienen— recojo los materiales que estaba utilizando y los guardo en la maleta roja que llevo conmigo a todas partes— Hablé con Alma y mencionó algo muy interesante, nos espera en el teatro— apresuro emocionada, no estaba muy segura del motivo por el cual querían ir a ver cómo ensayan, pero Mara comentó que era por Thiago.
Y cómo el chico me cae bien; no me negaré a ayudar

—¡Hola, cariño!— un grito emocionado nos recibe al ingresar al lugar; Alma, una castaña, robusta y con lentes, también una vieja amiga. Estudia teatro desde que nos graduamos de la secundaría, éramos amigas en ese entonces

—Alma— saludo sonriendo, hace un buen tiempo que no compartíamos juntas, un sentimiento de nostalgia me invadió por momentos y sonreí para mis adentros; tal vez la extrañaba un poco

—¿Qué obra están ensayando?— interrumpe Thiago; observaba el gran escenario, donde un gran número de chicos y chicas practicaban por su cuenta; otros pintaban lo que vendría a ser la escenografía,, también había un grupo de mujeres mayores que cortaban y cosían los vestuarios.

Lucía desorganizado pero era un ambiente tan ameno, la concentración era palpable y las ganas contagiosas. Hubo un tiempo en el que también quise ser actriz, amaba la improvisación, las emociones, las muecas, todo lo que conlleva el teatro y la actuación. Pero era una carrera de tiempo completo, donde no cabía espacio para otras actividades; lo dejé a los pocos meses de ingresar.

—Oh, solo están haciendo improvisaciones, luego cada uno tiene que audicionar para el papel que quieran— explicó la de lentes señalando a todos los presentes— pensamos en un clásico, Alicia en el país de las maravillas, pero necesitamos extras— la sonrisa de Thiago amenazaba con partir su cara en dos, el sus ojos había la chispa de vida e ilusión que nos caracteriza cuando hay algo que deseamos verdaderamente; y la emoción que abiertamente expresaba era tan conmovedora. Era como un niño pequeño al que llevas por primera vez a la feria, o como un cachorro al que sacas a pasear y le quitas la correa

Toska.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora