Venecia:
Hay miles de formas de juntar adolescentes y alcohol; eso lo sabíamos muy bien, tanto que se nos había ocurrido la idea de llamar a un par de chicos en una noche del sábado y juntarnos en la única casa en la cual somos bienvenidos; la casa de Mara.
Así fue como acabamos en una ronda pasándonos una botella de whisky barato de boca en boca
—No puedo creer que me convencieras de dejarlos pasar— reprochó la morena bebiendo un breve trago a la botella; no hizo mueca alguna, ya que no sería la primera botella que estamos bebiendo
—Nos quieres mucho—Derek apretó las mejillas de Mara; las cuales se tiñeron de un claro rosa por el gesto
—Somos tus amigos
—Tus únicos amigos— afirmó Thiago; quien era el más borracho entre todos
La botella cayó en manos de Mara nuevamente; y ésta, con su vista fija en el chico de ojos pardo, dio un profundo trago. Lucía mal, como si quisiese borrar todos sus tormentos ahogándose en alcohol; sumándole a esto, que no suele beber debido a la poca tolerancia que tiene a las bebidas
—Adivinen con quienes me encontré en la puerta— llegué a la sala nuevamente con dos botellas de Vodka en las manos y tres pares de pies detrás
María, Dulce y Cris; definitivamente no son mis personas favoritas.
Dirigí mi vista rápidamente hacia Mara y Cassie queriendo saber quien fue la persona que las invitó. Por más que ya era obvio quien fue—Cariño— un beso estruendoso captó la atención de todos, María se abalanzó a los brazos de Edrien para luego besarlo fervientemente.
Aparté mi vista, no me lastima que se besen pero preferiría que no lo hagan frente a todos aquí; se supone que sería noche de chicos despechados, no de parejitas
—Supongo que conocen los moteles—riñó Derek; hay momentos como éstos en los cuales creo que podría llegar a caerme bien; sabe tomar posturas serias en los momentos justos, así como también ser un total desastre;
Me agrada un poco, y quizá por eso me gustaría tanto que saliera con Mara. Son totalmente opuestos, polos de los cuales existe una inevitable atracción.
Me gustan las analogías, no me culpen.
—Me compré de esos juegos raros de Instagram—habló Thiago, quien había ofrecido jugar eso desde que llegó; pero fue ignorado por todos cuando comenzamos a sacar las botellas de alcohol
—Eso es un jenga—obvió Marcelo rodando los ojos
—Pero tiene retos—
Un coreado “oh" se escuchó en toda la sala, mientras el chico colocaba el juego en el suelo; a simple vista se podía observar como uno de esos juegos de niños, pero con cada tablita de madera que sacabas tendrías que beber o cumplir algún raro reto
—Lo siento pero no juego— habla Derek antes de retirarse del raro círculo que formamos para beber
—Eres un cobarde— se burló Marcelo
—Gallina— lo siguió un Thiago, con euforia excesiva, mientras hacía gestos raros
—Lo siento, pero no hablo idioma de estupideces— habló el chico de nariz aguileña, intentando hacer la voz aguda
—Ajá
—Arruinaste los planes de Mara para besarte— habló Cassie, causando que una cereza hecha persona volteara a gran velocidad mientras los ojos parecían querer salirse de su órbita
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Toska.
Teen FictionToska. Es un dolor sordo del alma, un anhelo sin nada que nada haya que anhelar, una añoranza enferma, una vaga inquietud, agonía mental, ansias. El deseo por algo. O donde el amor no es correspondido.