Venecia:
Debo apresurarme, la clase de Biología ha empezado hace una hora; misma hora que había perdido llevando el cuadro casi terminado a la Academia de Artes para la feria.
Recogí mi cabello en un moño que se deshacía en casa paso que daba, mis pasos veloces hacen que algunos queden mirándome raro, pero no pueden juzgarme, correr por aquí está prohibido y no hay otra manera de ir que como si estuviese en alguna carrera de caminata o algo así.
Cuando al fin visualizo el aula, veo que la puerta está cerrada.
—Mierda— suspiro agotada mientras analizo qué hacer; cada vez que la profesora cierra las puertas significa que no las volverá a abrir hasta que la clase termine, y para que eso suceda aún faltan 2 horas.
Recuesto la espalda por la pared y cierro los ojos un momento, anoche había dormido hasta tarde por terminar el dibujo, era en realidad un retrato; retrato que he estado evitando pintar desde hace semanas, pero se ha vuelto imposible, cada vez que pensaba en la tarea, unos ojos mieles se instalaban en mis recuerdos y el corazón se me aceleraba.
Estoy hecha mierda por él.
—Disculpe señorita— incluso escucho su voz a todo momento— señorita— esta vez el tono brusco de la voz me hizo abrir los ojos de golpe, él en realidad estaba ahí.
Me mantuve en silencio mirándolo fijamente, sentía que mi estómago daba vueltas y un impulso de correr apareció en mi sistema
—Te dije que te alejes
—Estoy seguro que no has mencionado palabra alguna desde que llegué
—Vete de aquí— sisee despacio, no quería demostrar cuanto me afectaba su presencia
—Pero qué grosera, nena—soltó una sonrisa ladina y se cruzó de brazos, ahí fue cuando me percaté del color de sus ojos, no eran los mismos; en realidad todo él lucia ligeramente diferente.
—¿Qué te has hecho, Edrien?— en el momento que pronuncié su nombre, una carcajada se hizo presente, pero ¿qué está pasando aquí?.
Mi rostro debió reflejar confusión porque su risa paró y su semblante se volvió serio
—Bueno, me presento, soy Eros Bianchi— extendió su mano hacía mi, pero no me moví, mi vista seguía fija en sus ojos, tratando de descifrar si era algún tipo de broma de su parte— gemelo de Edrien, a quién supongo ya conoces— volvió a sonreír y me escaneó de arriba abajo.
Un escalofrío recorrió mi columna vertebral, el hecho de que el rubio pudiese tener un hermano y justamente me acabase de enterar de eso momentos después de haber pensado en él, me resulta extraño.
Mara:
—No tomaré esas clases, Cassie— la mencionada miro a Mara fastidiada, lleva intentándola convencer de que es una buena idea tomar clases de fotografía
—Dame un buen motivo por el cual no puedes hacerlo— retó la rubia, tenía una ceja levantada y en realidad daba un poco de miedo
—No tengo tiempo, además, ni siquiera quieres decirme quien es el profesor— la morena se cruzó de brazos— es peligroso salir con extraños
—Ya te dije que es sorpresa y que lo conoces— la ojimiel sonrió ladina—claro que tienes tiempo, el grupo ecologista está pausado temporalmente.
Mara había decidido esperar un tiempo antes de realizar alguna otra actividad, pues no mucha gente estaba interesada y los chicos del grupo pasado comentaron que estaban saturados de proyectos y no tendrán tiempo
—Aún tengo que estudiar varias cosas
—No tenemos exámenes cercanos, anímate Mara, será divertido— volvió a intentar animarla
—Es que no quiero ir sola— Mara soltó un suspiro pesado, hay veces que no soporta ser tan tímida
—Sabes que no puedo acompañarte, tengo que trabajar— hizo una mueca recordando a el par de niños que debe cuidar esta tarde
—Está bien, iré— la morena se encogió de hombros y rodó los ojos resignada.
Lo que nunca sabrán es cuan emocionada estaba por empezar esas dichosas clases.
Venecia:
—Así que te llamas Eros— comenté luego de unos minutos en silencio.
El chico me había dicho que estaba buscando el aula de ciencias exactas y no la encontraba porque se había trasladado a está universidad apenas hace algunos días. No pregunté el motivo pero le informé que esa clase ya terminó hace unos momentos
—El Dios de la seducción— me guiñó el ojo y sonrió ladinamente
—Coqueto— dije frunciendo la nariz como una niña— me gusta tu nombre
—A mi me gusta el tuyo, ¡Te llamas igual que una ciudad!— exclamó sonriente, un pequeño hoyuelo casi invisible apareció en su rostro; si no fuese por el color de sus ojos sería idéntico a Edrien, aunque una característica más que los diferencia es lo notablemente trabajado que está el cuerpo de Eros, él era sensualidad y carisma; mientras que Edrien era sensibilidad y ternura, o eso demostraba.
—No es para tanto— reí
—Me gusta tu sonrisa— soltó de golpe el chico, causando un leve sonrojo en mi rostro; y eso no sucede seguido
—Gracias— murmuré mientras desviaba la mirada; no estoy acostumbrada a que me digan cumplidos
—Y cuéntame de ti Venecia, ¿Qué estudias?— lo miré por unos segundos; en definitiva él es todo lo contrario a Edrien, es amable y carismático; sonríe muy seguido e intenta sacar temas de conversación, sumándose a esto que ha saludado a cada estudiante con el que nos hemos cruzado hasta ahora
—Medicina, también tomo clases de arte en mis tiempos libres— expliqué alegremente
—Oh— hizo un gesto de sorpresa—tengo frente a mí a una artista, supongo que ya tengo a quien llamar cuando quiero un retrato mío— río levemente mientras hacía una pose dramática en medio del pasillo; solté una carcajada y me cubrí la boca para seguir riendo— Vamos, Vene, píntame como a tus chicas francesas— citó una de las frases más reconocidas de la película Titanic; esto solo hizo que siguiera riendo hasta no poder más.
Me agrada este chico, mucho.
—Eres todo un personaje— negué con la cabeza
—Me lo han dicho
—Y tú, ¿Qué estudias?
—Bioquímica, aunque no fue lo que quería en un principio— el rubio se rascó la nuca e hizo un ademan— yo quería ser narcotraficante, pero no me dejaron— su rostro lucia afligido y yo solo reí, es todo lo que hago en los últimos quince minutos.
Nos dirigimos al patio de la universidad; yo esperaba encontrarme a alguno de mis amigos anormales y Eros no quería entrar en sus clases.
El campus era enorme, y la gente se agrupaba en mesas dispuestas por todo el lugar, el pasto está recientemente cortado y el olor del mismo es cautivante. Observaba todo el lugar con detenimiento, cómo si fuese la primera vez que lo hacía, y la tranquilidad me invadió por un momento, hasta que sentí su mirada pesada sobre mi
—Cuéntame que te hizo mi hermano para que no lo quieras ver— soltó de golpe, tensándome de inmediato; no me esperaba esa pregunta. Lo miré con seriedad, el labio inferior me temblaba y mi respiración era errática, ¿cómo decirle que Edrien me rompió el corazón, pero aún así siento cosas con él?
—¡Venecia!— exclamó una voz gruesa y tan conocida hizo acto de presencia para salvarme de ésta conversación
—Marcelo— dije sorprendida cuando éste se acercó corriendo—¿Qué sucede?
—Quiero hablar contigo por un momento sobre— calló de golpe cuando notó la presencia de cierto chico rubio a mi lado— Eros— su tono de voz se volvió grave, cómo si el chico representara una gran amenaza, y eso me puso alerta, ¿Porqué Marcelo lo mira cómo si lo quisiera matar?
—¿Qué haces aquí?— bramó enojado, sus ojos estaban coléricos y se notaba tenso; miré a Eros, quien lucía tranquilo y sin inmutarse se dirigió a mi, con un simple “nos vemos luego, Vene" sonrió, dio media vuelta y se marchó
—¿Qué diablos fue eso?— pregunté aún en shock ante la tensión entre esos dos
—Tú ¿Qué hacías con él?— gritó enojado— Venecia, contesta— jaló mi brazo con fuerza, a lo que jalé con fuerza para que me suelte
—Lo acabo de conocer, ¡Acaso estás loco!— el chico parpadeó varias veces y soltó un pesado suspiro
—Sólo aléjate de él
—¿Porqué?— estoy totalmente confundida; necesito explicaciones de manera urgente
—No te lo puedo decir— su vista estaba clavada en el suelo, como si analizara sus próximas palabras— pero no te conviene
—Creo que soy yo la que decide qué es lo que me conviene— hablé enojada; creo que estoy lo suficientemente grande para decidir con quien me relaciono; Solo negó con la cabeza y me miró afligido
—Es por tu bien— murmuró
—¿Qué era lo que me tenías que decir?— pregunté cambiando de tema; una de las cosas que más me molesta es cuando los demás quieren entrometerse en mi vida
—Tienes que hablar con Edrien, está hecho mierda desde la última vez— escuchar su nombre; volver a saber de él luego de una semana cae sobre mí cómo un balde de agua fría, y los momentos ocurridos recientemente se esfumaron de golpe
—No lo haré— crucé mis brazos sobre mi pecho; no podría aunque lo quisiera. Descubrir la forma en la que me tiene, es aterrador
—¿Porqué? Creí que eran amigos, vamos Venecia— rogó insistentemente— creí que se enamoraron, por qué motivo se alejarían de ésta forma
—Porque tengo miedo que me rompa el corazón— hablé fríamente.
Mi mente reproducía la última conversación que tuve con él cómo un mantra, aunque me encontraba borracha, recuerdo hasta la última palabra que salió de sus labios
—No va a sucede— aseguró
—¿Cómo puedes saberlo? No manejas mis emociones
—Pero lo conozco y se está autodestruyendo sin vos— esa frase sonó tan hueca, tan planeada, carente de preocupación real, que me puse a pensar que quizá Edrien fue el que lo mandó para decirme todo esto. Sonreí de manera sarcástica, burlándome mentalmente de cuan estúpidos son los hombres
—La eligió a ella no a mi, supongo que te lo dijo
—Dijo que la amaba, y nunca escuché una mentira más grande que esa—una sonrisa amarga pintó mi rostro
—¿Se supone que tengo que correr a sus brazos y rogar una oportunidad?— indagué, no tengo idea de qué ganan con esto, pero me estoy hartando
—No, digo que tienes que dejar de evitarlo, pueden ser amigos y si pasa algo entre ustedes sería el destino
–Creo que mi destino no es con él
—Yo creo todo lo contrario.
—¿Porqué?
—Porque la química que desbordan juntos es abrumante
—Lo siento, no lo voy a hacer, quizá haya otro chico que esté cien por ciento seguro de lo que quiere y no me elija
》Porque no quiero que me elijan, no quiero ser una puta opción; quiero ser sólo yo. Sin que quede espacio para otra persona. Que no tenga que elegir cual de todas es mejor. Porque yo no soy mejor. Solo soy yo; y eso le tiene que bastar. Quiero alguien que esté tan enamorado de mi, como yo lo estaría de él.
》Una vez me juré a mi misma nunca salir con alguien que no me cause mariposas; con alguien que no me respete y no me valore. Porque solo pido eso; amor, respeto y que no me trate como opción.—Mi nariz picaba y las lágrimas se acumulaban en mis ojos.
Me prometí no llorar, hace años que no lloro frente a alguien. Y no lo haré frente a Marcelo.×××××××××××××××××××
Seis meses después :(
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Toska.
Teen FictionToska. Es un dolor sordo del alma, un anhelo sin nada que nada haya que anhelar, una añoranza enferma, una vaga inquietud, agonía mental, ansias. El deseo por algo. O donde el amor no es correspondido.