Capitulo 12

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- Tampoco se compliquen mucho la vida- les dije y ellos me miraron feo-. Yo hago la parte manual y los ayudo a elegir así que quédense tranquilos.

¿Qué sucedía? Se acercaba el cumpleaños de Seijuro y los de Basket me estaban pidiendo ayuda para un regalo.

Yo ya tenía listo el que le iba a dar, pero de todas formas iba a colaborar con los muchachos. Le dí algo que comprar a cada uno y yo también me deje algo que comprar, cosa que haría esta tarde, para así colaborarles.

- Gracias Hanan-chan, te debemos una- agradeció Kotaro, abrazándome.

- ¿Qué le deben a Hanan? - escuchamos la voz de mi amigo y nos sobresaltamos-. Sueltala, Kotaro.

Hizo caso y yo me reí. Cómo que desde el día que Furihata volvió a aparecer, me cuidaba más que de costumbre y no dejaba que cualquiera se acercará a mi.

- No seas tan así- le dije y él solo me abrazó-. Si no me va a pasar nada.

- Nada de nada, porque yo te estaré cuidando- señaló y yo reí con más ganas aún.

- Ya comenzaste, mamá gallina- me burlé y él solo me golpeó el brazo.

- Solo te estoy cuidando mocosa- se quejó y desordenó mi cabello-. ¿Nos vamos a juntar este fin de semana?

- Yo creo- respondí y sentí un dolor en la parte baja de mi abdomen. Ah no, SPM* no de nuevo-. Quizás no.

- ¿Por?- preguntó extrañado y mi hermano comprendió al instante.

- Ciertos días totalmente desagradables para interactuar con ella- respondió mi hermano y suspiró-. Le avisaré a mamá que ya comenzaron de nuevo.

- Por favor, si ya te he aguantado todo el tiempo, ahora dime que cada vez está más insoportable la menstruación- asentí y mi amigo solo negó-. Estamos mal oye.

- Lo se, no hace falta que me recuerdes lo triste de ser mujer.

El resto del día tuve SPM, rogué para que me llegará el domingo y poder faltar el lunes, que son los peores días, pero el día sábado desperté sintiéndome incómoda y adolorida, por lo que al instante le hablé a mamá.

- ¿Qué pasó?- preguntó.

- Me muero- me quejé y ella suspiró.

- Ve a cambiarte, bañate y colócate algo cómodo. Enviaré a tu padre a comprar lo de siempre-. Asentí y me puse de pie para seguir sus órdenes.

Me coloqué unos pantalones de chándal grises, una polera y un cárdigan del mismo color pero en distintas tonalidades.

Me coloqué unos pantalones de chándal grises, una polera y un cárdigan del mismo color pero en distintas tonalidades

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- Te ves un desastre- escuché cuando bajé a tomar un té.

Estaba Seijuro con su carita de niño bueno. Lo miré con cara de odio y gruñía antes de ir a sentarme a su lado. Me apoyé en su hombro y mamá me entregó una compresa caliente, que coloqué sobre mi vientre.

- ¿Qué haces acá?- pregunté.

- Como se supone que íbamos a salir a hacer ejercicio pero con el cambio de planes y todo, lo mínimo que puedo hacer es venir a verte- señaló y yo asentí-. Traje chocolate y frutos secos, leí que eran buenos.

- ¿Muchas nueces?

- Y muchas almendras- realmente creo que mi sonrisa fue más grande porque él se puso a reír-. Tu hermana está loca Mibuchi.

- Y recién te das cuenta- dijo mi hermano, sonriendo.

- Ay callate, si lo saqué de ti- me quejé y mi amigo solo se dedicó a acariciarme el cabello mientras discutía con mi hermano.

Mamá le preguntó que si había desayunado, a lo que él respondió de forma positiva. Entonces, le pidió que le obligará a desayunar, o que lo que comiera no lo fuera a vomitar.

- Vamos Hanan, debes comer algo- me acercó una tostada y yo negué-. ¿Nueces si?

- Eso si- me acerqué a la fuente y lo tomé entre mis manos para luego comenzar a comer.

- Eres un caso de persona- dijo burlón.

- ¿Quién te mando a cuidarme y a elegirme de amiga?- cuestioné y él solo se encogió de hombros.

- Yo mismo- respondió y sonreí.

- Sabes que soy complicada- reímos y solo me limite a comer algo durante la mañana.

Mamá me dejó jugar durante todo el día junto a Seijuro, quien sólo se limitó a abrazarme mientras jugábamos.

- ¡Te gané de nuevo! - grité feliz y él solo negó divertido-. Me debes chocolate.

- Si si, te dejé ganar- dijo acariciando mi cabello con una sonrisa-. Ahora jugaré enserio.

Volvimos a jugar y esta vez sí me gano, logrando que hiciera puchero.

- ¿Qué?

- Me ganaste- dije haciendo puchero.

- Lo se, y no te pongas triste- besó mi frente-. Me ganaste como 20 veces.

- Porque me dejaste ganarte- me quejé y me crucé de brazos.

Eso provocó que se riera, por lo que yo también sonreí.

Es lindo tener un amigo que me cuida en todo momento. Incluso en estos días tan dolorosos.

SPM: Síndrome Pre Menstrual

Cartas para un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora