Capitulo 14

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- ¿Por qué tengo que acompañarte siempre yo? - me quejé al verlo nuevamente esperando por mi un día sábado para ir a un evento de la empresa de su padre.

- Agradece que este evento trata sobre promover la vida sana y podemos jugar un rato- dijo con una sonrisa.

- ¿Qué actividades habrán?

- Voleibol, Básquet- salí corriendo a cambiarme en cuanto escuché Voley.

Si tengo la oportunidad de jugar, yo feliz. Me coloqué uno de los tantos buzos que tenía, de color burdeo y guarde uno corto para poder cambiarme para jugar. Hacia frío, pero no iba a jugar con una rodillera sobre un pantalón holgado.

O igual si

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O igual si.

Me hice una coleta y verifique que llevaba todo, así que salí y me despedí de mis padres.

- Mira que venir a llevártela cada vez que tienes oportunidad - se quejó mi padre- ¡Consiguete una novia!

- Para que, si tengo a su hija- le respondió a mi papá, para seguirle el juego y yo negué.

- Ya vamos- lo empuje fuera de la casa.

En el camino fuimos en silencio, como de costumbre, solo porque estaba su padre. Al llegar, nos fuimos con los otros jóvenes.

- ¿Qué va a jugar Hanan-san?- preguntó Daruma.

- Voleibol, ¿y tú Daruma senpai?

- Creo que también jugaré voleibol- dijo con una sonrisa.

Ojalá que tocará en equipos contrarios, debe pagarme el hecho de haber corrido el rumor luego del primer evento. Seijuro pellizcó mi brazo y me hizo una señal para que escuchará lo que decían.

- Los juegos serán 1 vs 1, en todos los deportes. El único requisito es haber jugador mínimo una vez. Comenzará voleibol.

- Suerte y dale paliza a quien te toque- dijo mi amigo y yo asentí mientras iba a cambiarme.

Me coloqué el buzo de repuesto que tenía y me coloqué mis rodilleras. Me volví a peinar y salí lista para que me entregarán mi número.

- ¡Número 3 y número 4, a la cancha de la derecha!- me dirigí a la misma cancha que Daruma, así que le sonreí inocentemente

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- ¡Número 3 y número 4, a la cancha de la derecha!- me dirigí a la misma cancha que Daruma, así que le sonreí inocentemente.

- Suerte Hanan-san, prometo no ser tan ruda- dijo con cierto tono la perra esa.

- Intentaré no emocionarme.

Me pasaron el balón a mí para iniciar. Y creo que sí me emocioné, porque golpeé fuerte y ella no fue capaz de responderme. La siguiente la lancé un poco menos fuerte, pero de todas formas le hice el punto.

Le gané fácilmente y sin necesidad de tirarme al piso.

- Buen trabajo Hanan- Seijuro me abrazó y yo sonreí orgullosa.

- ¿Y no le vas a dar un beso como premio?- bromeó un senpai.

Mi amigo gruñó un poco y luego sujeto mi rostro para darme un pequeño besito.

Él también ganó en básquet, sin ningún problema. Cuando acabó el evento, me cambié de nuevo y Seijuro le pidió permiso para salir un momento conmigo.

- Claro, ningún problema, pero la dejas a salvo en su casa, Seijuro.

- Lo haré.

Caminamos en silencio por un tiempo y Akashi me hizo entrar a una tienda deportiva.

- Debo comprar un nuevo balón, el mío está desgastado- explicó y yo asentí.

Me fui a ver los balones de voleibol y vi uno precioso: marca Mikasa, azul, blanco y rojo. Suave y perfecto.

Era precioso, seguí mirándolo hasta que Seijuro tiró de mi manga

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Era precioso, seguí mirándolo hasta que Seijuro tiró de mi manga.

- Te brillan los ojos, ¿es perfecto? - preguntó y yo asentí, pero hice puchero-. ¿Qué pasó?

- Es perfecto, pero nunca lo tendré- admití y él solo acarició mi cabello.

- Vamos, no quiero que sigas haciendo puchero- me empujó, literalmente, fuera de la tienda.

No tenía un balón propio, nunca había tenido uno, lo cual era triste, porque cuando debía entrenar sola alguna jugada, debía pedírselo a alguien.

Al final, Seijuro me fue a dejar a casa y, por un descuido de ambos, casi me besa de nuevo. ¡No gracias!

Cartas para un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora