"Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante"
El Principito
Dejó la última carta sobre la inestable mesa y soltó un grito de triunfo extendiendo sus brazos, los desenfrenados aplausos no se hicieron esperar y no tuvo otra elección que elevar ambas manos en señal de derrota. Los últimos rayos de sol se infiltraban a través del pequeño tragaluz, la hora de la cena se acercaba y ya le apetecía dar un bocado.
—¡Gane!
—Lo sé, soy pésimo jugando truco.
Jackal prorrumpió un quejido vencido, pero luego sonrió en cuanto otro compañero de celda tomaba su lugar lanzando unas cuantas monedas sobre la mesa esperando con ansias que el juego iniciara, el joven que le ganó se hacía llamar Erik, a pesar que coexistían en una rutina dentro de esas cuatro paredes se las arreglaban para disfrutar del tiempo.
—¡Oh! Te queda un año más de condena —le recordó Erik riendo—. Aún recuerdo como ingresaste a este lugar.
—También lo recuerdo —reflexionó Jackal recostándose contra la pared.
—¿Tienes alguna chica esperándote? —preguntó juguetón su otro compañero Midnight.
—Bueno... —los labios del joven se fruncieron—. Tengo una chica que amo, pero no estamos juntos.
—Suena mal —Erik barajeó las cartas—. Suele pasarle a muchos, sus chicas los dejan.
—Lucy no me dejó —carcajeó Jackal, cruzó sus piernas y cerró sus ojos disfrutando de la comodidad—. Ambos optamos por separarnos. La amare por siempre y se merece ser realmente feliz. Me costó mucho admitirlo, pero aquí estoy.
—Así se habla —Erik inició el juego, antes de tirar su segunda carta miró fugazmente a Jackal—. Espero que cuando salgas te acuerdes de nosotros.
Jackal abrió su ojo derecho y levantó su dedo en aprobación, liberaron unas cuantas risotadas más y deliberaron que en cuanto salieran se apoyarían mutuamente para rehacer sus vidas, después de todo tener un amigo no venía para nada mal, antes de entregarse a una pequeña siesta Jackal vislumbró el ya oscuro cielo de Magnolia.
—El tiempo pasa muy rápido... —susurró.
Soñó que tocaba el piano, su rostro brillaba de afecto mientras explicaba cada nota. A su alrededor muchos niños lo miraban absortos dispuestos a imitarlo. Por primera vez en su vida anhelaba ser libre para cumplir su sueño que creyó muerto.
Una pequeña gota de aceite rebotó a su mano e inmediatamente se limpió encogiendo sus labios aterrada, rápidamente tomó la espátula y rodó el huevo antes de que se quemará. Escuchó un fuerte golpe y sus ojos se dirigieron al extenso pasillo.
—¡¿Qué sucede?! —bramó empinando sutilmente su mentón.
—Gray —explicó Loke surgiendo de la sala, sus dedos jugaban con la tela de su camisa para asegurarse no encontrar alguna desprolijidad—. Dice que llega tarde al ensayo.
—Dios —murmuró Lucy sacudiendo su cabeza, rompió otra cascara y el aroma a huevo frito regreso—. Allí está tu ración.
—¡Eres tan amable! —Exclamó el joven acomodándose sobre su asiento—. Quería decirte que Jellal me llamó, dijo que Wendy tiene muchas ganas de vernos y vendrán a pasar la noche con Erza.
—Eso significa que tendré que hacer compras —cuchicheó Lucy especulando desde ese momento los productos que debería tener en cuenta para la visita.
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Cada vez que diga "Te amo"
FanfictionNatsu Dragneel cursa su útimo año de secundaria. Todo el camino académico recorrido culminará en su más grande deseo, ingresar a la universidad de Fairy Tail. Lucy Heartifilia siempre estuvo en su salón como un ser misterioso, sin embargo, el brill...