catorce

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  Por ahora sólo tenías que saber despedirte de aquellas personas que estaban pero, sabias que siempre estarían allí para tí y para cuando lo necesitarás.

  La pequeña tú, había desaparecido al momento de haberte mencionado aquella prueba que debías de realizar correctamente, claro que sin ningún error ya que querías controlar rápidamente aquella energía que conllevabas. Aunque también te mataba de curiosidad era lo que ella te tenia que decir después de que afrontaras las pruebas.

  Caminaste como al principio, sin ninguna dirección en específico, o eso hasta que él paisaje en blanco había cambiado.

  Puesto que al momento de abrir los ojos nuevamente, te habías encontrado con algo sumamente familiar. Él paisaje, niños pequeños, de hecho tras verlos también te habías percatado de que tu apariencia ya no era la misma pero, sabías que este era un pequeño recuerdo de hace años.

— ¡Ten Shuuya!. — exclamaste al momento de lanzar él balón en su dirección.

  Este ansioso tomo él balon que recibió de tu parte, estando frente a la portería de él equipo contrario. Definitivamente este era un grato recuerdo.

  Él pequeño niño rubio había anotado un gol, fácilmente. Causando una enorme felicidad en él equipo en donde ambos se encontraban. Al instante tomaste al pequeño en un gran abrazo, tras esto no eras la única que se había unido, sino los demás pequeños del lugar también se unieron, formando un abrazo grupal.

  Recuerdas aquel día, estabas tan feliz de que él equipo en el que te encontrabas pasará a las semifinales, recordabas también que aquel día te habían coronado como capitana del equipo. Es decir, capitana de un equipo de chicos.

  Tu padre no se encontraba allí, pero ella si. Esta persona al momento de terminar en partido se había acercado hacia tí, al igual que a tu compañero mas cercano Shuuya Goenji.

— Este fue un gran partido pequeños. — abrazo a cada uno de los niños que se encontraban frente a ella. — me alegra saber que ustedes lograran ganar gracias a su sincronización. — tocó la cabeza de cada uno de los dos.

— Gracias mamá. — pronunció él pequeño rubio hacia su progenitora.

— Muchas gracias por estar aquí señora Goenji. — comentó tu yo, en pequeña.

— No hay nada que agradecer. — comento con una sonrisa radiante.

  En aquellos momentos ella cuidaba de tí. Tu padre en ocasiones no estaba para ti pero, sabías que él trabajo que tenia en esa época era realmente importante.

— Muchas gracias por estar siempre conmigo, y por apoyarme al igual que a su hijo. — sonreiste melancólica. — por siempre estar al pendiente de mí, aunque yo no fuera su hija. — comentaste después de que Shuuya, se fuera por unas bebibas.

— Al contrario, es un placer estar con una pequeña con grandes dotes como tu. — comento con una sonrisa tras ver él camino que tomó su hijo por las bebidas.

— Gracias por todo, se lo agradezco de todo corazón. Aunque después de todo solo debo decirle adiós y que quizás la vuelva a ver nuevamente. — ella te había observado enternecida ante tu comentario.

— No hay nada que agradecer. — la mayor habia negado la cabeza. — sólo quiero que nunca abandones a Shuuya, él es casi como tu hermano. Saludalo de mi parte. — se despidió al momento de que él lugar desapareciera como tinta bajo en agua.

  Caminaste con unas pequeñas lágrimas en tu rostro, esto era un poco difícil. Puesto que la madre de Goenji, era como una madre postiza para ti. Siempre cuido de ti, siempre se preocupaba de tí.

PERFECT ━━ fubuki shirouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora