Moscú - Rusia
Nikolai Solovióv
Le había prometido a Ivan que iba a estar en la recepción a las 10 en punto, era consciente de que iba llegando 1 hora tarde. El problema era que la espectacular modelo brasileño que conocí había demorado mis asuntos más de lo previsto, y vaya que los había demorado, Ivan iba a matarme. Como el heredero de toda su cadena hotelera tenía que ser puntual y responsable. Era consciente de todo el imperio que en pocos meses iba a estar en mis manos, pero quería disfrutar de los momentos en el dinero y la fama hacían su magia.
Mientras el asesor desciende hasta el primer piso, mis manos pelean para arreglar el desastroso moño que la linda morena destruyo ni bien pusimos un pie en mi habitación. Me río, la había dejado hecha polvo y ella a mí, pero antes de cumplir con mis obligaciones, le dejé una nota en el buró al lado de la cama, quería que entendiera que no era un hombre de compromisos pero que le agradecía el pequeño encuentro. Siempre era si, y siempre lo seria.
Las puertas del ascensor se abren y con eso dejan ver la cara seria de mi abuelo Ivan Solovióv. Lleva un traje caro negro, y con un pequeño moño que brilla debajo de las luces de la recepción del hotel que tanto le costo conseguir. Mi abuelo tiene 65 años, y toda su vida se dedicó a trabajar en su amado hotel, lo había visto hacerlo con tanta pasión y amor que cuando mis padres me preguntaron qué iba a estudiar, la palabra hotelería y negocios salieron de mi boca y aquí estaba yo, teniendo 26 años, con dos carreras en el bolsillo y con un imperio a punto de ser mío ... bueno, si es que mi abuelo no me mata en este instante por hacerlo esperar, no era un hombre paciente.
-Una hora tarde ¿Crees que esto es un juego, querido nieto? - su voz, aunque sonaba calmada y serena, sonaba seria y sabía que si la jodia más llamaría a seguridad para que me sacara de la calle. No importaba si yo era su nieto, lo haría.
-Lo lamento abuelo, tuve una conferencia con padre antes y se me paso el tiempo- mentí descaradamente. No iba a contar lo que había hecho con la belleza amazónica que, ahora que lo pienso en frio, no sabía su nombre.
-Además de irresponsable, mentiroso- arqueo una ceja mientras se cruzaba de brazos -. La próxima vez que quieras reproducirte con una hembra no lo hagas en mi hotel Nikolai, recuerda que tu abuelo lleva 30 años en este negocio, no soy un iluso y mucho menos voy a dejar que tú me tomes el pelo.
Trate de no mostrarme sorprendido. Mis labios se tensan y desvio la mirada, me sentí un chaval de 17. Mi abuelo sabía cómo pillarme aunque yo tratara de evitarlo.
Sacudí la cabeza y antes de que pueda defenderme, levanto la mano, haciéndome callar y suspiro.
-Ahora no es momento de discusión. Tienes una cadena de hoteles que representar y dirigir. Mi gerente hizo todo el trabajo mientras tú andabas escondido en las habitaciones como un adolescente. Ojala que aprendas de ella, es verdaderamente admirable- dijo con orgullo.
Yo rodee los ojos con molestia. Desde que volví a mi hogar, hace 8 meses, luego de mi gira por los estados unidos, mi abuelo no para de adular a su tan odiosa gerente. Que es brillante, que es encantadora, que sabe cómo negociar, que cerró un contrato con los japoneses para la expansión de la cadena, que habla más de 4 idiomas, que esto, que lo otro. Hasta mi padre dijo que era una joven muy inteligente ¡La había conocido solo 1 vez! Estaba harto, yo podía hacer su trabajo mucho mejor y todos lo sabían, solo querían irritarme hasta el punto de odiar a esa mujer sin solo haberla visto. Seguro era la típica empollona con los anteojos de pasta y vestimenta de abuela, todo un patito feo. No entendía como alguien que podía adular a una persona solo por hacer su trabajo.
-Si, ya sé la historia de tu linda estrellita –pronuncie con irritación.
Mi abuelo frunció el ceño y niega con la cabeza. Me toma de la solapa del traje para que lo acompañe hacia el salón donde se realiza mi presentación formal.
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Nunca nada
Teen FictionNikolai Solovióv nunca esperaba nada de sus amantes. Nunca esperaba una relación, nunca esperaba sentimientos y sobre todo nunca esperaba amor. Su alma era libre de compromisos serios y así esperaba a que se quedara, hasta que llego ella. Cuando Mil...