Capítulo 31

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Por primera vez en mucho tiempo, volvía a sentirme triste. Pero no como comúnmente la mayoría de gente se siente por cosas mundanas e irrelevantes. Sentirse triste para mí era una parte donde la debilidad de mi alma se volvía más fuerte y resurgía en la superficie sintiéndose vencedora. Podía sentir como me ahogaba estado, aun así, en la superficie. Era esa clase de tristeza donde no lloras hasta que no caes en cuenta de la situación, así me sentía yo mientras me escondía en mi oficina. Me sentía vacía, como si estuviera en piloto automático mientras me movía de aquí para allá tratando de servirme agua y sentándome, contemplando lo sola y oscura que estaba el solón a estas horas de la noche.

Estaba vacía por dentro, y lo admitía con cierto orgullo. Sentirse sola siempre me había parecido a una nueva soledad que esta romantizada a ser deprimente. Mientras más solos nos encontramos es mayor el ruido que hacemos. Mientras contemplaba fijamente algún punto a la lejanía, comencé a recordar mis verdaderos momentos de tristeza a lo largo de mi vida. Cuando mi madre me despreciaba por parecerme a mi donante de esperma, cuando mi hermana se fue dejándome sola y hasta cuando me sentí con una culpa enorme por haberle hecho lo mismo, y que termino en su suicidio, podía sentir la decepción de mis nonos y el aguijón enorme que me atravesaba el pecho por no haberme despedido correctamente de ellos, San Petersburgo era una mancha gris pintada en mí, fue doloroso haberme enterado por una desconocida que me habían violado dos tipo y fue más doloroso darme cuenta que los tendría que ver de nuevo en el juicio. Todos esos recuerdos me hicieron marchitarme por completo, y cuando aprendí por las malas a que solo te tienes a ti mismo, la mala hierba fue arrancada de tirón por mí misma. Florecer toma tiempo, lágrimas y mucho corazón, el sol que me dejo crecer todo ese tiempo fue aceptar eso dependía de solamente y exclusivamente de mí.

–¿Mila, querías verme? –Adler entra, preocupado.

–Sí, ven por favor –me acomodo en la silla y con mis dedos le alcanzo una hoja.

Adler acorta los pasos de distancia y toma confundido la hoja, cuando pasan algunos minutos alza la cabeza de golpe.

–¿Q-que es esto?

–Mi carta de renuncia –dejo el vaso sobre la mesa –. Es el contrato para que seas el nuevo gerente, Adler.

–Mila… no, ¿qué está pasando?

–Nada, presente la carta a recursos humanos antes de entrar al salón –sonrío –. Me iré del país, Adler y para asegurarme que las cosas por aquí seguirán igual, decidí que tú serás el mejor remplazo.

–No… no, Mila, estaré perdido y tú siempre eres correcta en todo, y-yo–su voz se quiebra y en un breve momento creo que va a llorar, acercándome un poco más adelante tomo sus manos y las aprieto en un gesto reconfortante.

–Mira, Adler –sus ojos chocan con los míos y le sonrío –. Si sabes que soy correcta en todo, ¿crees tú que te confiaría algo tan importante si no te tuviera confianza? –niega con la cabeza, tímido –. La decisión está tomada, tienes mis respetos, cariño, soy bastante dura de tratar y tú me ablandaste en un parpadeo, lo harás bien –le guiño un ojo, me levanto y él también, ambos nos fundimos en un fuerte abrazo.

–Te extrañare –susurra.

Ahogo un sollozo, aspiro con firmeza el aire y me escondo en su hombro.

–Yo también –contesto.

Con mis tacones en mano, abro la puerta de casa y de puntitas recorro la sala para llegar a las escaleras y comenzar a subir, una vez que estoy frente a mi puerta, me encierro en mi habitación, cerrando con lentitud la puerta y luego, apoyando mi frente en ella. Estaba tan agotada mentalmente, que no recuerdo ni siquiera el momento en que entré en la ducha, y luego salí para ponerme el piyama, ni cuando me escondí en mi cama y las lágrimas se abrieron como una canilla, fluyendo con sentimiento y a cantidades. El corazón me dolía como si me hubieran apuñalado reiteradas veces, la garganta me escocia por aguantar los sollozos y mi respiración trataba de querer agitarse mientras contenía todas las ganas de gritar y dejarme ir.

Nunca nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora