« Él es el Diablo pero cuando sonríe luce igual a un Angel »
[ Libro 1 & 2 ]
Prohibida su copia o/y adaptación.
Advertencia: Esta historia contiene alto contenido sexual y lenguaje inapropiado, también escenas con un gran conteni...
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“Capítulo ocho: Presentaciones inolvidables.”
AMELIA JEFFERSON.
Me despierto de la misma manera en que te duermes: despacio y luego de repente.
Bostezo y giro mi cabeza al otro lado de la almohada esperando ver a Jason, pero no está. Asustada me levanto de la cama y me siento al borde de esta.
—¿Jason? —pregunto con mi ceño fruncido, mirando alrededor de mi habitación para encontrarlo.
Luego de unos segundos veo la puerta de mi baño abrirse y lo veo salir de esta. Suspiro aliviada de saber que no se fue y que se quedó toda la noche, porque ayer no podia dormirme, sentia que me observaban, así que lo llame para que vega a mi departamento y se quede a dormirme conmigo.
—Buenos días —hablé tímida.
—Buenos días —responde él, con su voz ronca.
Nos quedamos mirando un tiempo, no incómodos, sólo tensos, y no me gusta eso, porque ayer estabamos lo más bien y todo estaba marchando justo como lo deseaba y no quiero que se arruine.
Cansada de esta tensión, le hago una seña para que se vuelva a acostar a mi lado y lo hace.
Se acuesta a mi lado, me quise acostar sobre su pecho pero en este momento estoy algo insegura. Es parece darse cuenta porque me atrae hacía su pecho, haciendo poner mi cabeza sobre el.
Siento los labios de Jason en mi cabello, mientras lo acaricia, relajandome. Pongo mi mano sobre sus pecho y lo acarició, de arriba a bajo, haciendo formas imaginarias sobre él.
Suelto un suspiro.
—¿Te puedo hacer una pregunta? —le pregunte tímidamente, sintiéndome rara.
Noto como su pecho sube y baja cuando suelta un suspiró.
—Por supuesto que si —dice.
—¿Como conociste a Sara?
Esa maldita pregunta estaba rondando por mi cabeza desde ya hace tiempo, necesitaba saber porque sospechaba de ella, bueno en relaidad sospechaba de todos; no podía confiar en nadie, ni siquiera en mí.
—¿Como conocí a Sara? —repitió mi pregunta. Le hize un ruido de afirmación y entonces su manso comenzo a acariciar mi espada sobre mi camiseta —. La primera vez que la vi fue cuando llegué a la clase de historia, llegando trade como siempre, y vi que ella estaba sentada en mi asiento junto a Za —comenzo a contarme.
—Dejame adivinar... ¿Era la nueva? —le dije sonado burlona, solo que por dentro estaba hirviendo de celos porque justo asi nos conocimos nostros.
