« Él es el Diablo pero cuando sonríe luce igual a un Angel »
[ Libro 1 & 2 ]
Prohibida su copia o/y adaptación.
Advertencia: Esta historia contiene alto contenido sexual y lenguaje inapropiado, también escenas con un gran conteni...
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Amelia.
Suelto un gemido al verlo detras de mi, mirándome con sus ojos llenos de placer, al mismo tiempo que mete su mano dentro de mi falda de trabajo, acariciando mis muslos en el procesó.
Mis manos que están apoyadas en el borde del lavamanos; apretando con fuerzatratando de callar mis ruidosos gemidos. Estamos dentro de este pequeño baño hace quince minutos, que suerte que es solo exclusivamente para lo que trabajan en el local.
Estábamos muy desesperados por tocarnos y sentirnos. No nos veíamos hace días. Al verlo detras de mi, haciendo que me sintiera pequeña y frágil, me hace muerdo mi labio, sintiendo mis piernas temblar por sus caricias. Su mano acaricia mi muslo de arriba abajo lentamente, hasta que su otra mano se dirige a mi otro muslo y me hace abrir mis piernas, a lo que yo voy abriendo mis piernas, queriendo que él llegué mas allá.
Él pasa una de sus manos por encima de mi falda, pasando por mi camiseta hasta agarra mi cabello y lo coloca del lado opuesto del lugar que él quiere marcar, eso hace que gire mi cabeza a un costado para darle más acceso a mi cuello, así marca mi piel con sus labios. Inclino mi trasero un poco hacía atras, sintiendo la dureza de su erección.
Su mano deja mi cabello y se desliza hata llegar a mi cintura. Su mano deja mi cintura para comienza a acariciar mi estómago y bajar hasta colarse por debajo de mi falda y tocar mi tango negra.
Su otra mano pasa por mis pechos y los apreta, lo que causa que suelte un jadeo.
—¿Te gusta nena? —susurró en mi oreja y me deleitó por el sonido de su voz ronca y sintiendo su caliente respiración chocar con le piel sensible de mi cuello —, ¿te gusta como te toco?
Asentí con mi cabeza, mordiendo mi labio conteniendo una sonrisa.
—Quiero escucharte decirlo —gruñe, mientras su manos recorre mi pecho. Me quedo muda —, vamos dilo nena...
—Me encanta la manera en que me tocas...
Me mira a través del espejo y sonríe con satisfacción. Sus dedos traviesos empiezan a acariciar sobre mi bragas.
Jadeo cuando siento como unos de sus dedos hace a un lado mis bragas. Inclino mi cabeza hacía atrás, cerrando mis ojos y me apoyo contra su pecho, porque él es demasiado alto, mide como dos jodidos metros.
—Oh —jadee, mordiendo mi labio, tirando mi cabeza hacia atras.
—Nena... —murmuró. Sus labios y su calida respiración dieron contra mi mandíbula —. Quiero que abras tus malditos tus ojos y que me veas...
Muerdo mi labio, amo cuando me habla así, tan rudo. Lentamente abro mis ojos y rápidamente nuestros ojos hicieron contacto.
Sus ojos verdes claros, ahora oscuros contra mis ojos marrones.
