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Eran las seis de la mañana cuando Jungkook volvió a despertar con ropas que no eran las suyas. Seokjin se encontraba aliviado, porque no quería interrumpir su sueño pero debía de darle los medicamentos.

—Nam, ¿deberíamos darle algo de comer? Creo que vomitó hasta su esófago en el baño —Jin observó como el menor llevaba las mantas hasta su cabeza, cubriéndose completamente.

—No, eso lo podría hacer vomitar más. Pienso que el alcohol no ha salido de su sangre aún. Trae el remedio, por favor.

Mientras Jin hacía lo que se le encomendaba, Jungkook, todavía bajo las mantas, encontró su voz y susurró muy bajito: —¿dónde estoy?

—Jungkook, ¿te acuerdas de nosotros, cierto? —la voz del mayor resonó en la habitación. Encontrando lo que buscaba, le entregó la medicina al castaño junto con un vaso de agua.

—¿Estoy teniendo un puto dejà vu o qué mierda? —Jungkook seguía sintiéndose mal, pero nunca perdía la mala costumbre de decir "mierda".

—Te agradecería que dejaras de maldecir y te durmieras —fue la dura respuesta del moreno.

—Yo me voy a mi casa —haciendo amago de levantarse, el menor sintió una fuerte punzada en la cabeza.

—Eso es lo que pensé. Vamos Jin —la cara de Jungkook pasó de una mueca de dolor a otra de angustia.

Seokjin se volvió hacia su pareja con expresión compunjida. —Nam, no podemos dejarlo solo, ¿y si comienza a vomitar?, ¿y si le sube la fiebre?, ¿y si—

Namjoon no se inmutó, todo el asunto lo tenía cansado.

—Ok, ok, ok, tú vas a quedarte con él, lo que es yo necesito descansar.

—Ah claro, me dejas solo aquí, sabes que no soy bueno actuando cuando ocurren emergencias.

—Seokjin no quiero decir algo de lo que me voy a arrepentir, ¿vale? Iré a dormir —dijo con con voz. 

—¡Namjoon no te atrevas a—

—¡POR FAVOR NO PELEEN! —el grito del castaño probablemente se escuchó en todo el vecindario. Dos gruesas lágrimas comenzaron a caer por las pálidas mejillas del menor, que ya no tenían un color tan enfermizo—. Detesto que discutan por mi culpa.

Seokjin se acercó al menor lentamente, se sentó en la cama y le limpió las lágrimas con sus pulgares. Mientras tanto, una puerta había sido cerrada con delicadeza.

Namjoon se había ido.

—No te preocupes de nada, solo descansa. Me voy a quedar aquí contigo.

—Tu novio se acaba de ir enfadado contigo, y es por mi causa —el menor hizo un puchero.

—Namjoon es muy maduro e inteligente, pero a veces actúa como un niño. Además él no está enojado con ninguno de nosotros, te lo aseguro —Seokjin se metió debajo de las mantas a un lado de Jungkook.

—¿Qué diablos estás haciendo? Namjoon no va a estar nada feliz si eliges a un extraño por sobre él.

Seokjin tomó la barbilla de Jungkook con una mano, le levantó la cabeza hacía arriba y lo miró fijamente por unos segundos.

—A ver mocoso, yo no estoy eligiendo a nadie por sobre nadie. Solo te quiero cuidar, ¿estamos? —a pesar de sus palabras, Seokjin le regaló a Jungkook una sonrisa cansada, lo besó en la frente y le dijo: —duerme.

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Necesito orinar fue el primer pensamiento que cruzó la mente de Jungkook al despertar. Todavía con un poco de malestar general; pesadez en las piernas e inmensas ganas de morir, fue al baño que ya recordaba donde quedaba.

Después de hacer sus necesidades buscó en los blancos cajones por si acaso había un cepillo de dientes nuevo, su boca apestaba a mil demonios. Como no va a apestar si me emborraché como un idiota y después vomité hasta las tripas pensó con desagrado.

Teniendo leves nociones de lo ocurrido en la noche, supo que en algún momento su cuerpo estaba tan hecho mierda que no podía sostenerse a sí mismo, y que la pareja lo había ayudado y traído a su propia casa.

Comenzó a lavar sus dientes, y después lavó su rostro, pero lo que realmente deseaba era tomar una cómoda ducha reparadora. Taemin eres hombre muerto.

Por culpa de las estúpidas pastillas de Taemin se encontraba en esa situación, nuevamente en la casa de ellos, nuevamente irrumpiendo en su intimidad, incomodándolos. ¿Por qué de todas las personas en el universo las que lo tuvieron que socorrer fueron precisamente ellos?

Seguramente esto era cosa del karma, hace una semana le dijo a Taehyung que no bebiera demás y que se cuidara, para no despertar en casa de un extraño, y ahora a él le había sucedido exactamente lo mismo, pero con dos pequeñas diferencias; una, que él no solo ingirió alcohol sino también drogas, y dos, que él si conocía a los hombres que lo llevaron a su hogar.

Definitivamente el karma era una gran perra.

Sus ojos de repente se aguaron, se sentía impotente, como un niño chiquito que no conseguía lo que quería. Su nivel de estupidez había alcanzado niveles estratosféricos y eso lo enfurecía. ¿Qué tal si Seokjin hyung no hubiera estado ahí para él?, ¿y si un desconocido se hubiera aprovechado de su estado?

Avergonzado, sonrojado y hambriento salió del baño, dispuesto a disculparse con la pareja por el mal rato que les hizo pasar y a agradecerles por cuidar de él. Cuando iba por el pasillo oyó voces provenientes del salón principal, y como buen invitado, escuchó a hurtadillas lo que conversaban.

—¿Mensajeaste a su amigo? —dijo Namjoon,

—Sí, sí. Me hice pasar por Jungkook, no quise preocuparlo diciéndole que estaba en la casa de un casi desconocido, y que además estaba enfermo.

—Jinnie eres demasiado considerado. A propósito lo que preparaste huele bien, ¿qué es?

—Uhm... según lo que me dijiste sumado a lo que busqué en internet lo mejor para él en este momento es una sopa llamada Haejangguk —antes de que su novio quisiera una probar el platillo Seokjin se apresuró a aclarar—. Tú no tienes permitido comer de esto, es para Jungkook.

La cara de Namjoon era, literalmente, un poema.

—No seas bobo, por supuesto que para nosotros hice otra cosa, bueno la encargué —Seokjin rodó sus ojos y le dio un suave beso.

Jungkook se quedó parado al lado de la pared observando aquella escena con el corazón en un puño, aunque él no sabría explicar por qué. Aclarando su garganta de manera intencional para que le prestaran atención se dispuso a hablar.

—Gracias —salió un susurro tan bajo que ni el moreno ni el pelinegro pudieron escucharlo.

—¡Despertó el bello durmiente! —fue lo que exclamó el mayor, quien estaba impecablemente vestido al igual que su novio. Se separó de éste y se acercó al menor.

Jungkook no supo que lo impulsó a hacerlo pero cuando tuvo a Jin frente a frente, lo rodeó con sus dos brazos por la cintura y escondido en su pecho le susurró un gracias. Conmovido por como el menor lo abrazaba, Seokjin le devolvió el gesto, asegurándole que todo estaba bien y que nada malo le había ocurrido.

La cara de Jungkook ya estaba completamente roja cuando salió de los brazos del mayor, se aproximó a Namjoon con cautela y un poco indeciso, quedó frente a él. De pronto sintió que unos brazos lo empujaban hacia el moreno, por lo que aprovechó para darle un rápido abrazo y decirle muchas gracias.. y le agregó un por favor no te enojes con Seokjin hyung por mi culpa.

—Jungkook, en ningún momento me enojé con alguno de ustedes —al ver la mirada escéptica del aludido agregó un: —en serio.

—¡Bien! Ahora que todo está más o menos aclarado, vamos a almorzar.

—¿Almorzar? Oh mierda, esperen, ¿qué hora es? —Jungkook los miró con alarma, si bien le había avisado a su madre que no llegaría a domir, seguramente habían pasado muchas horas y ella debía estar preocupada.

Y Taemin también, aunque ahora ya sabía que Seokjin lo había mensajeado y se sentía más tranquilo al respecto.

—Son las tres —dijo Namjoon pasando por el lado de ambos y entrando a la cocina—. Vengan.

Seokjin lo siguió con una sonrisa en la boca, y agarró la mano de Jungkook para que comenzara a moverse de ahí.

Ya en la cocina, Seokjin sirvió una vaso de agua para el menor viendo con satisfacción como éste bebía su contenido en un dos por tres.

—Gracias, estaba muy sediento.

—Tomen asiento, por favor.

—Jin, te ayudo —Namjoon puso los platos, cuchillos y tenedores mientras su novio sirvió la comida, que espedía un sabroso olor.

Ya sentados comenzaron a comer en silencio, cuando Jungkook se cuestionó porque su plato no era igual al de ellos, el cual consistía en kimchi con agregados.

—¿Por qué yo estoy comiendo algo distinto? —la pregunta rompió el cómodo silencio.

—Eh.. Ninguna razón en especial, solo quería preparar algo diferente.

—No seas modesto hyung, dile al chico la verdad —al observar que Seokjin no iba a decir palabra, Namjoon se dispuso a hablar—. Mejor se lo digo yo. Mira Jungkook, el guapo hombre aquí presente llamó a una tienda y ordenó el kimchi para nosotros dos, además pidió todos los ingredientes necesarios para cocinar esa sopa que estás bebiendo, que por cierto está hecha especialmente para aliviar el malestar después de la resaca.

—Seokjin hyung no tenías porque hacerlo yo— Jungkook se quedó literalmente sin palabras, no sabía como agredecer tan amable gesto por parte de una persona que conocía en total por menos de un día.

—La mejor manera de agradecérmelo es comiéndote todo. Por favor, come. Espero que te sientas mejor con esto.

Con ganas de complacer al mayor, Jungkook le hizo caso, no dejando nada en el plato y sintiendo como su ánimo mejoraba después de cada cucharada.

Los platos ya se encontraban limpios cuando Namjoon dejó caer sus palillos y comenzó a hablar dirigiéndose a Jungkook.

—¿No vas a preguntar que pasó? —sin esperar respuesta siguió hablando—. Te lo diré de todos modos. Consumiste "dulces" con una cantidad indecente de alcohol que obviamente descompuso a tu organismo. Seokjin hyung te encontró en el baño, vomitaste varias veces, tenías un poco de fiebre e intensos escalofríos. Te trajimos para acá, mensajeamos a tu amigo, y te dimos unos analgésicos para que tu cuerpo no te odie tanto.

—Yo pensé que eras callado —la simpleza de la respuesta del menor hizo reír a Jin.

—No sé que te dio esa impresión, pero cuando Namjoon empieza a hablar nadie lo para.

—Gracias, querido —el sarcasmo era palpable en la voz del moreno.

—¿Alguno de ustedes me podría pasar mi telefóno? Tengo que hablar con alguien.

Namjoon al ver la mirada que su novio le dirigió fue a por el celular sin rechistar.

Al verse solos, la mano de Seokjin encontró la de Jungkook por encima de la mesa.

—Jungkook, por favor, no vuelvas a hacer estas cosas. Sé que no tengo el derecho a reprocharte nada, y que casi no nos conocemos, pero siento la obligación de decirte que esto podría haber terminado de una manera completamente distinta. Eres joven, a esa edad se cometen estupideces, pero por favor cuida de ti mismo —finalizó Seokjin dando un último apretón a la mano del menor.

Después de que Namjoon volviera y Jungkook avisara a su madre que se encontraba perfectamente, le pidió permiso a la pareja para tomar una ducha y despejar su mente, y para quitarse el olor a sudor, cigarillos y alcohol.

Tontamente, Jungkook no había pensado en que se iba a poner luego del baño, su ropa estaba asquerosa y obviamente no tenía una muda limpia ahí.

Avergonzado salió envuelto en una toalla color rosa, cortesía de Seokjin, y gritó desde su posición: —¡Hyung!

—¿Qué? —la respuesta también se manifestó en un grito.

—¿Puedes venir?

Seokjin caminó hacía el lugar.

—¿Te salió el agua helada Jung... —al mayor se le cortó la respiración cuando divisó a un semi desnudo Jungkook.

Su pecho se encontraba mojado, las gotas de agua caían por sus apetitosos abdominales, su cabello tenía un tono más oscuro y sus finos labios se encontraban rojísimos. Y lo mejor era que la toalla colgaba de sus caderas viendose como si un solo soplo de aire pudiera quitarla.

Seokjin carraspeó después de repasarlo con la mirada tres veces.

—Demonios, niño. ¿Por qué tienes que lucir así?

Tímido ante la mirada hambrienta y la voz ronca de Seokjin, Jungkook atinó a balbucear palabras incoherentes. 

—No sé.. que... hyung —el honorífico salió casi en un jadeo porque Seokjin lo acorraló contra la pared del baño.

—¿Necesitabas algo? —dijo Seokjin con su boca pegada a a oreja del castaño.

—Hyun-ng.

El mayor no perdió el tiempo y con la mente repleta de pensamientos impuros, atacó el cuello de Jungkook. Lamió, succionó y besó la delicada piel del menor, tomando su tiempo para dejar una bonita marca roja, que con los días se pondría morada, cerca de su clavícula.

—Tienes un olor único que.. Mmg —Seokjin no alcanzó a finalizar el alago cuando Jungkook tomó la iniciativa y tomó sus labios con fiereza.

El beso fue rudo y corto, en un segundo sus bocas y lenguas estaban conectadas y jugueteando entre sí, y al siguiente respiraban agitados besándose sin descanso. 

—Hyung, eres un hijo de puta. Tu novio está aquí, como, justo detrás de ti —Seokjin se volvió sorprendido y comprobó que Namjoon se encontraba apoyado contra el marco de la puerta.

Seokjin se encogió de hombros de manera despreocupada, agarró a Jungkook, quién estaba entre avergonzado y confundido, y lo volvió a besar, pero esta vez lentamente, con sensualidad y mucha saliva de por medio.

El chico, en shock y aferrando los anchos hombros de Seokjin para no alejarse de él, no correspondió al instante, por lo que Jin forzó su lengua dentro de la cabidad del menor, quien ya no opuso más resistencia al ver que Namjoon no hacía nada para detenerlos, y que además un bulto se marcaba en su entrepierna.

Seokjin subió las piernas de Jungkook hasta sus caderas, para rodearlas con ellas, por lo que la toalla del menor se deslizó de su cuerpo dejándolo totalmente desnudo.

—Seokjin, vamos al cuarto ¿Jungkook, quieres venir?

Jungkook asintió rapidamente, la curiosidad por lo que sucedería lo estaba carcomiendo, al igual que la calentura.

Aunque el castaño se sentía extremadamente vulnerable al estar desnudo ante dos hombres completamente vestidos, los nervios pasaron a tener un papel secundario cuando entraron a una habitación que él ya conocía muy bien. Además, sabía que ahí no iba a ocurrir nada que él no quisiera.

Luego de que Seokjin lo depositara en la cama, escuchó como éste le dijo a Namjoon:

—Disfruta.

Namjoon cerró la puerta de la habitación, y el ruido que provocó esa acción hizo que Jungkook se replanteara en que clase de juego se había metido y si estaba dispuesto a salir de él.

Una Pareja Moderna [Namjin x Jungkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora