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Su habitación era un desastre.

—¡Mamá!, ¿dónde está mi sudadera marrón? —gritó a todo pulmón.

Jungkook había sacado toda la ropa del clóset buscando una de sus prendas favoritas, precisamente un regalo de Taehyung por su cumpleaños pasado (junto con una buena tarde de sexo). Y al no encontrarla tuvo que pedirle ayuda a quién siempre hallaba todo.

—La boté —respondió también en un grito la madre de Jungkook.

—¡¿Qué hiciste qué?! —el castaño bajó las escaleras histérico llegando a donde estaba su madre, en el cuarto de lavado.

—Solo diré una palabra: vómito —ella lo miró como incitándolo a que le reclamara por eso.

—Oh.

—Sí, oh... No me he olvidado de lo que hiciste, Jeon Jungkook. Sigues estando castigado.

—Mamá, podemos hablar de eso después, ahora me tengo que ir a la universidad —Jungkook entró en la cocina, tratando de aplazar el tema lo más posible.

—Por hoy te salvas, solo porque es tu primer día. Espero que hagas muchos amigos, cielo.

—Ya no tengo cinco años —al decir esto Jungkook sintió que unas manos apresaban sus mejillas y las pellizcaban—. ¡Mamá!

Jungkook tomó una manzana, salió de la cocina y rápidamente fue a su habitación para buscar otra sudadera, puesto que aquella mañana el clima estaba muy helado.

—Ya encontré otra cosa, ¡adiós! —gritó de nuevo, despidiéndose.

—¡Buena suerte!

Esto fue lo último que escuchó el chico antes de salir de casa, llevando a cuestas su mochila, y también sus sueños. Porque sin importar lo cursi que sonara, él se encontraba extremadamente esperanzado, y creía que la vida universitaria no sería un asco total.

.

El primer día fue de inducción, es decir, la facultad les daba una charla sobre la carrera, los propósitos de la universidad y demás mierda que Jungkook encontró completamente inútil.

Pero al menos había hecho un amigo.

Park Jimin era un chico alegre, tierno y de baja estatura, que no estudiaba la misma carrera de Jungkook, ni siquiera en la misma facultad, pero si en el mismo campus. Lo conoció después de salir de otra aburrida charla, cundo ambos entraron al mismo tiempo a la cafetería, y luego pidieron el mismo café; capuccino de vienes.

Se sentaron juntos y charlaron de sus gustos y respectivas carreras, de donde eran y que tal había sido el primer día. Jungkook descubrió que Jimin no era de Seúl, sino que estaba arrendándole un cuarto a una señora mayor, que era súper complicada y metiche, y que le estaba costando adaptarse al cambio. Al contrario, Jungkook le comentó que toda su vida había vivido en esta ciudad, y que no se imaginaba estando en otro lado.

Aunque por supuesto quería viajar por el mundo, y aprender sobre diferentes culturas y lenguas, algo que se relacionaba directamente con su carrera.

Y así comenzó su amistad. Una amistad que traería muchas alegrías y risas, pero también llantos, decepciones y confusiones, que ninguno de los chicos que tan inocentemente conversaban se llegaba a imaginar.

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Taehyung

amorrrrrrrrrrr, qué tal tu primer día?

estuvo bien, cariño

hice un amigo

cuidadito, Jeon Jungkook

Una Pareja Moderna [Namjin x Jungkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora