Mientras Candy esperaba en el spa a que llegase Terry para el masaje, se entretuvo haciendo un pequeño inventario.
Al escuchar un sonido en la puerta se detuvo. Se obligó a actuar con calma y dejó la carpeta y la pluma que estaba usando.
—No esperaba verte aquí hoy —dijo Terry como si nada.
—Me siento un poco mejor, así que decidí volver a mi rutina diaria —lo miró —ya conoces el procedimiento —le dijo—. Entraré cuando estés listo.
Por un momento Terry vaciló, la miró fijamente con deseos de enfrentarla de una vez, pero se contuvo, antes de hacerlo, necesitaba saber más sobre ella, se dio la vuelta, entró en la habitación y cerró la puerta.
Candy flexionó su cuello y lo frotó con una de sus manos, sintió cómo el pulso se le aceleraba bajo las yemas de los dedos, ver a Terry en aquellos Jeans que se ceñían a su cuerpo y una camisa de manga larga, era simplemente arrollador, provocaba que su traicionero cuerpo reaccionará de una manera dolorosa.
Inhaló y exaltó antes de llamar a la puerta, ingresó en cuanto Terry le dio el pase, colocó la frazada sobre las piernas y los glúteos de Terry que se encontraba tumbado boca abajo sobre la mesa de masaje.
—¿Qué tal tu día? —preguntó Candy mientras presionaba las manos contra su piel suave y caliente.
—¿Realmente deseas saberlo o simplemente estás siendo educada? —respondió Terry con otra pregunta.
—Estoy siendo educada —respondió ella con sinceridad y decidida a mantener el control de su temperamento y de sus nervios.
—Bueno, al menos eres sincera —respondió él con una risa burlona—. Supongo que, si yo fuera igual de sincero, te diría que hoy he descubierto algunas cosas interesantes sobre ti.
Candy se detuvo —¿Has estado investigándome? ¿Con quién? ¿Dónde?
—¿Te suenan los Cornwall?
—Si, —respondió—No los he visto desde desde hace muchos años.
—Ya me lo han dicho, y al parecer que no has hecho ningún esfuerzo por mantener el contacto con tus antiguas amistades. ¿Por qué, Candy? —Terry sabia la razón pero quería escucharla de su propia boca.
—Como te dije cuando llegaste, la gente cambia Terry, yo he cambiado, no podía seguir viviendo a su nivel y no quería que nadie sintiera lástima por mi.
—Sabes que los Cornwall y en especial tus amigas Annie y Patty no son así, ellos no juzgan a la gente por los mismos estándares que los demás.
Candy sabia que no era así, cerro los ojos y recordó las llamadas bienintencionadas de Annie y Patty preguntándole cómo estaba, ellas junto con Stair y Archie habían sido sinceros en su preocupación, pero otros simplemente buscaban cotilleos, como si los titulares de los periódicos no hubieran sido lo suficientemente y ella estaba demasiado ocupada con el estado de nervios de su madre y con su propio embarazo como para preocuparse por lo que la sociedad pensara sobre ella.
Recordaba bien las fotografías y los artículos en los periódicos de Chicago, cada imagen, cada artículo fueron como un clavo en el ataúd de su padre y su hermano quienes resultaron víctimas de aquella persecución mediática.
Rechazó las palabras de condolencias y de los gestos de apoyo de toda aquella pandilla de aves de rapiña y rechazó todas las invitaciones y se aisló en el mundo que su padre le había dejado por herencia, un mundo que ella había reconstruido pieza por pieza.
—¿Hasta dónde alcanza tu deuda, Candy? Convertir esto en Hotel de lujo con Spa no debe de haber sido barato, sobre todo si lo sumas a las demás deudas de las que te hiciste responsable.

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Milagro de Amor
Fanfiction¿Crees en las maldicones? Terruce Grantchester uno de los mas cotizados actores en el teatro contemporáneo no creía en ellas, hasta que las luces del escenario le cayeron encima por segunda vez de manera accidental, provocándole lesiones que lo dej...