Milagro de Amor

Capitulo I

New York

Marzo,  6 años atras...

—Que hacen allí de pie como estatuas sin hacer nada, muévanse, llamen una ambulancia. —Robert Hathaway gritaba desesperado.

Terry estaba petrificado, Susana yacía en el suelo con gran parte del equipo de iluminación sobre ella.

¿Por que se había lanzado sobre él para protegerlo con su propio cuerpo?

La respuesta era simple, pero él se negaba a aceptarlo, sus compañeros de escena Karen se lo advirtieron; Susana estaba enamorada de él, pero su amigo Giulio tenía otra hipótesis al respecto.

Cosa que Terry no entendía; la joven era hermosa, pero, él no estaba interesado en entablar ninguna relación sentimental con nadie, ¡por Dios! a penas tenía diecinueve años, acababa de dejar su nido para comenzar a volar y abrirse paso por si solo, no estaba interesado en complicarse la vida cuando a penas comenzaba a vivirla tal cual él siempre lo quiso.

Las ambulancia llegó y algunos de los actores de la compañía Stratford se encontraban en la sala de espera, entre ellos Robert Hathaway director de la compañía, Karen Kleiss segunda actriz, Giulio Berruti segundo actor y Terruce Graham primer actor.

—Tranquilo Terry, no fue tu culpa, fue solo un lamentable accidente —le decía Karen palmeando el hombro al verlo tan aturdido.

—Karen tiene razón Terry —quita esa cara —Giulio palmeó el otro hombro.

Terry levantó el rostro el cual había mantenido oculto entre sus amplias manos y miró a sus dos amigos —sigo sin entender por que lo hizo —dijo con frustración.

Karen suspiró resignada —Te lo advertí, esa chiquilla esta enamorada de ti.

Giulio bufó —enamorada un rábano, yo diría que está encaprichada contigo Grantchester —dijo en voz muy baja para que solo ellos escucharan.

—Pero juro que yo no le he dado cabida.

—Lo sabemos, pero esa muchachita es un verdadero chicle —Karen rodó los ojos.

—Mi hija, ¿ que le pasó a mi hija?

los gritos de la señora Marlowe hicieron que los tres amigos se giraran en su dirección.

Robert se acercó a la mujer que no dejaba de gritar —señora Marlowe, ocurrió un lamentable accidente en el teatro —Robert guardo silencio por unos segundos —A Susana le cayeron las luces y ..—los ojos de la señora Marlowe se abrieron desmesuradamente —Susana está muy grave

—¡Oh Dios mío! Mi Susie —la mujer comenzó a llorar.

Después de largas horas de espera, el médico que atendía a Susana salió de la sala de operaciones.

—Familiares de la señorita Marlowe

—Yo soy su madre —la señora Marlowe se puso de pie inmediatamente.

—Lo siento —dijo el galeno

Todos en la sala abrieron los ojos ante aquellas palabras.

—Mi hija está muer....las palabras de la mujer quedaron en el aire, ya que él galeno se apresuró a aclarar.

—No, no —la señorita Marlowe está bien.

—Pe...pe..pero usted dijo que lo sentía —balbuceó la señora Marlowe.

El galeno asintió con pesar, ya que lo que iba a decir a continuación sería muy triste para una joven en plena flor de la vida y con una carrera que se vería estancada por un largo tiempo y eso, si la joven aceptaba su condición.