Capitulo XVI

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Hola hermos@s —Si, si ya sé que les dije que no les compartiría capítulo hoy, ¿pero que creen? —No me resistí 🙈 —me quedé hasta altas horas de la madruga escribiendo o de lo contrario corría el riesgo que se me olvidara lo que rondaba en mi loca cabecita 😂😂.

Espero lo disfruten 🤗🤗🤗

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Desde el momentos en que Terry le dijera que tenia una sorpresa para ella, Candy no se quedó de brazos cruzados e hizo también lo propio

—Creo que es hora de ir la suite —propuso Terry con una picara sonrisa.

Candy negó con la cabeza —¡No! —Ahora es mi turno de sorprenderte —dijo guiñándole un ojo.

Terry se dejó guiar por su adorable esposa y cuando las puertas del Spa de abrieron, su entrepierna dio un brinco ante la anticipación de lo que le esperaba.

—¿Preparaste esto tu sola? —Ella asintió —confieso que me has sorprendido amada esposa.

Candy comenzó a desvestirlo admirando cada rincón de su bien formado cuerpo.

—No te me meterás conmigo —preguntó él cuando la vio aun vestida.

Ella sonrió divertida —¡No! —tengo otros planes —respondió poniéndose de rodillas y tomando la esponja, comenzó a frotar su cuerpo.

Terry la observaba cuidadosamente, Candy abrió la botella de Champagne y sirvió dos copas, le entrego una a Terry y juntos brindaron.

Ella se apartó del Jacuzzi y caminó a la mesa de masaje, haciéndole una señal a él para que saliera, Terry obedeció a su orden y salió con su cuerpo empapado de agua, Candy tomó una toalla, se acercó a él y comenzó a secarlo, Terry sintió su cuerpo tensarse ante cada toque de las manos de su mujer.

—Acuéstate —ordenó ella; él lo hizo mientras ella humedecía sus manos con aceites aromáticos y comenzaba a frotar su espalda, sonrió al sentir como sus músculos se tensaban al toque de sus manos.

—Voltéate —ordenó —en cuanto Terry lo hizo se encontró dos esmeradas oscurecidas de deseo un reflejo eminente de sus dos zafiros.

Terry estaba endemoniadamente excitado cuando se giró, pero cuando intentó levantarse, Candy ladeó el rostro, mostró una pícara sonrisa y negó con su dedo.

—Aún no, te dije que tengo planes para ti, siéntate en esa silla — le ordenó mientras sacaba un diminuto camisón y se desvestía frente a él para luego vestir la pequeña prenda.

Terry gimió y su miembro dio un brinco anticipando lo que venía.

Candy lo miró intensamente con sus verdes ojos completamente oscurecidos, apoyó sus manos en el pecho desnudo de Terry, haciendo que su cuerpo cayera sobre el respaldo de la silla

Sin apartar la mirada, se inclinó hasta acariciar su miembro hinchado con su aliento. Terry nunca antes le había permitido hacer tal cosa, cada vez que estaban juntos él se había centrado en su placer antes de saciar el suyo propio, utilizando sus manos y su lengua, pero ahora Candy quería hacer lo mismo.

Candy le dio un beso en la punta de su erección y esperó por una protesta, la cual nunca llegó.

Vio una gota de humedad e instintivamente ella sacó la lengua para saborearlo.

—Mmm sabes delicioso.

Terry gimió en el respaldo de la silla y apretó los puños mientras pronunciaba unas palabras incoherente.

Milagro de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora