Milagro de Amor

Capitulo II

—¡Uf! —para ser su primers vez, esta hermosa chica ha sido más de lo que jamás hubiese esperado —pensó mientras contemplaba detenidamente su rostro y jugaba con uno de sus rizos dorados.

Cerró los ojos y recordó lo sucedido la noche anterior;  aquel par de hermosos ojos tan verdes como dos relucientes esmeradas, su hermosa sonrisa, su dulce voz, sus jadeos a la hora de la entrega, serian algo que jamás olvidaría.

Pero nada podía ser perfecto, ya que cuando la joven abrió los ojos, le cayó a golpes al verse desnuda junto a él, aquella acción lo desconcertó ya que la noche anterior había sido tan receptiva a sus caricias.

En cuanto ella se vistió y se marchó llorando de su habitación de hotel, Terry frunció el ceño y se preguntó:

—¿Que demonios había sido eso?

Sin darle más  vueltas al asunto, se levanto de la cama encaminándose hacia el cuarto de baño en donde tomó un ducha, se vistió luego y bajó al lobby del hotel; mientras esperaba a sus amigos, tomó el periódico y ¡Sorpresa!, en primera plana aparecía la imagen de la chica rubia acompañada de un encabezado que hizo que su estómago se retorciera de rabia.

Sus amigos lo recogieron para compartir el desayuno juntos, hablaron trivialidades y después de terminar su desayuno, los hermanos Cornwall junto a sus novias lo acompañaron al hotel para que recogiera sus pertenecías ya que esa misma tarde el actor debía regresar a New York, la razón era simple, la compañía comenzarían una larga gira por todo el Pais y luego irían por primera vez de gira al exterior del Pais, aquello sin lugar a duda le venía como perlas al castaño ya que le daría la oportunidad de descansar de las fastidiosas Marlowe, aunque ahora después de lo sucedido horas atrás con aquella rubia, lamentaba el hecho de tener que partir de aquella manera.

Terry regresó a New York con una sonrisa tan amplia como la del gato Cheshire, recibir el nuevo año de aquella manera y con aquella hermosa chica, era lo mejor que le había pasado en su monótona vida.

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9 meses más tarde......

Terry junto a todos los miembros de la compañía Stratford, regresaron a New York después de una larga gira alrededor del Pais y el extranjero, se encontraba exhausto, lo único que le apetecía era llegar a su casa, tumbarse en su cama y dormir como un oso en pleno invierno, pero aquel deseo no le seria concedido ya que cuando ingresó a su casa,  se encontró a Susana llorando como una Magdalena.

Terry contó hasta diez y se preparó mentalmente para lo que venía, miró a su alrededor y se le hizo curioso que la bruja mayor no estuviera con la pequeña bruja.

—Susana —dijo sin ganas a manera de saludo.

—Oh Terruce, mi madre —sollozó

—Que sucede con tu madre —preguntó con fastidio.

—Está muy grave en el hospital y desea hablar contigo.

—Susana, ¿es esta otra de vuestras tretas para seguir con el asunto del matrimonios?

Ella negó —No Terruce, mi madre está muriendo y me pidió que te buscara porque quiere decirte algo antes de.....

Susana se resquebrajó y comenzó a llorar sin control antes de terminar la oración, Terry entonces se dio cuenta que no estaba fingiendo y que la cosa iba en serio; se acercó a ella y por humanidad la consoló.