Capítulo 4

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Los hombres bien uniformados de negro estaban recibiendo a las personas que estaban ingresando a aquel bar al que millonarios asistían.

Esos hombres de seguridad comunicaban todo con discreción hablando sin mover mucho sus labios por el intercomunicador que conectaba a su oído.

-Debes 100 – Le dijo a un sujeto que quería entrar, dijo su nombre para ser revisado por la lista que se organizan para citas.

-Al final de esta noche se los daré -Le explicó con nerviosismo el sujeto de caireles.

-Sin los 100 no entras.

-Pero por favor....

-Así las ordenes muchacho.

Su compañero se cruzó de brazos para imponer su altura y posición, el muchacho bufó una maldición mientras se retiraba por las calles alumbradas por las luces del gran edificio con estilo renacentista.

Otros bien vestidos entraban y eran inspeccionados de las prendas para entrar con alegría.

El guardia bajó la mirada justo cuando el siguiente cliente se paró frente a él.

-Nombre y hora de cita -Le ordenó el guardia.

Pero no recibió respuesta, sólo consiguió un pequeño empujón del codo de su compañero para indicarle que levantara la mirada, fue entonces que un hueco que creó en su estómago.

-Joven Frost, cuánto tiempo sin verlo -Saludó con calma el guardia.

-Lo mismo digo Joshua -EL ojiazul miró a su compañero y de nuevo a Joshua.

-¿Gusta pasar?

Joshua se hizo a un lado en la espera de Jack, este dio un paso para entrar, pero se detuvo cuando quedó a su lado.

-No sé cuánto tarde y qué suceda, no prometo nada.

-Gracias por avisar, joven Frost.

Jackson entró siendo recibido por las luces suaves y tenues de un color escarlata y púrpura.

La gente fumaba en las diferentes mesas colocadas en el interior, había gente de pie platicando y bebiendo de finas y costosas copas.

Caminaba tranquilo entre las personas, buscando discretamente con la mirada a la platinada.

Miró las diferentes secciones de espacio de baile que eran divididos por circunferencias de telas del color de las luces colgando desde los techos, así sólo entraban quienes querían admirar a mujeres bailar.

No como un baile grotesco, abriéndose de piernas y mostrando los senos y el trasero con trajes diminutos, no.

Estos bailes eran sensuales, propios de la seriedad del ambiente, podría decirse que bailaban para ser otro adorno más, otro arte del lugar.

Continuó cruzando el lugar pasando entre más personas refinadas, entre los bares con meseros bien uniformados, peinados e incluso algunos maquillados para evitar la grasa brillante del sudor.

Miró a las mujeres jugar con sus acompañantes un juego de Jack Black, otras fumaban y bebían, y otras entraban a ver los bailes dentro las telas.

Pasaba por los lados de los escenarios para intentar ver el interior, uno estaba vacío, otro con una mujer bailando con un hombre un sensual valls mientras los otros disfrutaban.

-¿Gusta algo de la carta? -Preguntó una mesera firme y amable.

-No, gracias-Respondía a secas Jack.

Escapando del pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora