Escapando del pasado.

Capítulo 42

Era la quinta vez que Elsa estaba vomitando frente al inodoro apenas siendo las 9:35 a.m.

Tiró de la cadena mientras se sentaba contra la pared del baño, miró su vientre y llevó una mano a este para acariciarlo.

-Vamos......tienes que dejarme comer un poco para cuidarte -Murmuró la platinada.

Vestía unos pantalones holgados de algodón color azul marino, unos tennis blancos de agujeta y una playera holgada del mismo color.

Saliendo se encontró con la pelirroja que venía algunas horas para asegurarse del cuidado de Elsa.

-¿Todo bien?

-Sí, he estado enferma del estómago hace unos días.

-Has vomitado mucho y se te nota que has perdido peso -Merida tocó su frente – Elsa, tienes la temperatura alta.

-Sólo me ha dolido el estómago, debí haber comido algo malo.

-Ah ya veo.

Esa tarde la platinada estuvo leyendo algunos de sus escritos para empezar a escribir libros ilustrados. En una pausa sintió un antojo terrible por comer unos panecillos con dulce de leche. Era verdad que había estado algo enferma estos días.

Suspiró recostándose sobre su asiento mientras acariciaba de nuevo su vientre.

Pensaba en Jack.

Quería verlo, quería ser envuelta por sus brazos, extrañaba sus ojos, lo extrañaba a él.

Recordó cuando le llamó Tooth, como su exesposa sintiéndose mal debido a que comenzó a cuestionarse si todo ese amor y cariño era porque siempre la estuvo comparando con ella.

Mientras que ella estaba sola en casa tratando de llevar sus nuevas rutinas, en el centro de Nueva York se encontraba una habitación vacía con una ventana polarizada.

De repente había aparecido Jackson siendo tumbado al suelo con su ceja abierta, respiraba agitado con sudor en la frente.

Llevaba puesto una playera de tirantes negros con un pantalón y tennis deportivos.

Fue tomado por los hombros para volver ser golpeado por ese hombre pelinegro de Eret quien también llevaba un golpe en su labio.

En un movimiento Jack tomó a Eret enroscando su cuello en su brazo para dejarlo inmóvil.

-Ya ¡Ya! ¡Me rindo!

Jack lo soltó haciendo que este recuperara el aliento.

De una puerta se hizo aparecer la rubia de Astrid con Hiccup.

-Bravo, lo noqueaste en menos tiempo -Hiccup miró su reloj.

-¿Por qué no vas a Guardianes a entrenar con tus dones? Digo, tus nuevos dones -Astrid le preguntó.

-Ni en sueños -Jack bebió de una botella con agua – Tengo esos malditos dones porque no tenía de otra y no pienso usarlos.

-¿Ni en una emergencia? -Pregunta ahora Eret.

-Depende de la emergencia -Jack bebió de nuevo para después dejarlos atrás y retirarse.

Estando en su casa tomó una ducha fría. Miró su reflejo en el vidrio para limpiarse la sangre seca que le había quedado en su ceja.

En el espejo al cambiarse miró su torso, recordando los puntos en los que había perforado Pitch meses atrás.

No se quedaría así, iría por Pitch y esta vez no tenía a alguien cerca para ser amenazado. Vivo o muerto al final conseguiría matar a Pitch.