Capítulo 29

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El lugar se había rodeado de policías y de algunos Guardianes inspeccionando el área y retirando los cuerpos de los dos cazadores.

Habían personas siendo cuestionadas y uno de ellos era Ryder, el joven del bar.

Una mujer encapuchada veía todo el movimiento oculta desde las sombras de los grandes pinos a donde había actuado anteriormente.

Llevó un teléfono celular a su oreja para comunicar lo sucedido.

-Habla Gothel – La mujer de perfil se giró para dejar verse de perfil sus ojos púrpuras y sus mechones negros – Estaba sola, lo estuvo desde que llegó. Te dije que esos dos cazadores funcionarían para medir el tiempo en que se aparecería Jack.

-La próxima no lo estará, querida, ya lo verás -Se escuchó una ronca y susurrante voz del otro lado de la llamada- Ahora debemos esperar a que Hans termine su labor para que consiga lo que quiere.

La mujer colgó y sonrió.

Y en donde estaba Hans era una prisión temporal para personas detenidas, una mujer estaba en su celda con su uniforme de reclusa.

Escuchó el alboroto fuera y dudaba que tuviera algo que ver con aquello, pero de la oscuridad emergieron unos pasos, unos pies caminando de cerca para después ver la figura de un hombre sin camisa y únicamente con botas y pantalones marrones.

Sus brazos estaban rodeados de fuego hasta donde se une con el torso.

-Buenas noches, Abigail.

-Si vienes a matarme sólo hazlo y sin discursos -La mujer se sentó en su cama para ver al pelinaranja del otro lado del cristal.

-No quiero matarte, quiero ayudarte -Dijo derritiendo el candado para poder entrar a donde estaba.

-¿A salir? ¿Qué quieres? Nadie se atrevería a sacarme sin pedir algo a cambio.

-Ya te dije que vengo a ayudarte -Dijo con media sonrisa y apagando sus llamas para dejar ver que sus manos estaban manchadas de sangre – Quiero ayudarte a cumplir tu meta, a solucionar el problema que te trajo aquí.

Esa mujer le miró con seriedad y una sonrisa torcida.

-Eres uno de sus seguidores ¿Cierto? De Black y quieres también muerto a Jack ¿No es así?

-No lo deseo, pero sería lo mejor – El hombre recargó su hombro a la puerta de la celda – La mujer que es su esposa, necesito sus dones y Jack es un verdadero fastidio para conseguir lo que quiero. Te propongo que vengas conmigo temporalmente.

Hans le sonrió con una seducción a la Abigail para que respondiera, ella le miró su rostro e identificó algunos golpes en las esquinas de sus cejas y en su torso.

-Te dio una paliza ¿Cierto? ¿Le tienes miedo?

Hans se inclinó para mirarle con desafío a la mujer y con una mirada seria.

-Jamás le temería a alguien que le tiene miedo a sus propios dones.

La mujer resaltó su labio mientras asentía con su cabeza.

-Te daré lo que quieres, tú te encargas de vengar a tu padre asesinando a Jack y yo me encargaré de absorber los dones de su mujer ¿Te parece?

Abigail lo pensó por unos segundos, sonrió y le tendió la mano frente a él para estrecharlas.

Horas después a este acontecimiento en casa del peliblanco, estaban reunidos los presentes en el comedor, pero nadie estaba sentado.

-Me vengo enterando que Elsa estuvo expuesta a golpes limpios en su centro comercial con Hans Sur ¡Y ahora esto! Sale de tu propia casa, encontrándose con dos cazadores.

Escapando del pasado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora