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-¡Feliz cumpleaños, Jisoo! ¿O debería decir feliz cumpleaños con retraso? -NamJoon rió nerviosamente.

Jisoo se quedó perpleja al ver a su hermano en el umbral. No era algo que ocurriera con frecuencia. De Hecho, quizá fuese la primera vez. Abría y cerraba la boca como un pececito de estanque, sin saber ni por asomo qué decir

- Te he traído una orquídea -agregó NamJoon, pasándole una maceta con la planta-Acaban de llegar. Está echando brotes y no tardará enflorecer.

NamJoon parecía un anuncio. Jisoo se quedó aún más aturdida al verle acariciar con la punta de los dedos los diminutos brotes de color rosa.

-¡Vaya, Nam, las orquídeas son mis favoritas!

-Bueno, aquí tienes un hermoso jardín, grande y... -Carraspeó y añadió-: Verde. Un poco abandonado, aunque... -Se interrumpió para balancearse sobre los pies de aquella forma tan suya y tan molesta.

-¿Quieres entrar o sólo estás de paso?

"Por favor di que no, por favor di que no"

Pese a lo considerado del regalo, Jisoo no estaba de humor para aguantar la compañía de NamJoon.

-Bueno, puedo quedarme un ratito.

Se limpió las suelas de los zapatos en el felpudo durante dos minutos enteros antes de entrar en la casa. Al verlo vestido con una chaqueta marrón de punto y pantalones marrones que terminaban justo encima de unos impecables mocasines del mismo color, Jisoo se acordó del viejo profesor de matemáticas. No tenía un solo pelo fuera de lugar en toda la cabeza y llevaba las uñas limpias y con una manicura perfecta. Jisoo lo imaginó midiéndose cada noche con una pequeña regla para comprobar que no sobrepasaran el estándar europeo establecido para la longitud de uñas, si tal cosa existía.

NamJoon siempre daba la impresión de no estar a gusto. y siempre caminaba como si llevara un palo de escoba en la espalda. Rara vez sonreía y, cuando lo hacía, la sonrisa apenas le cambiaba la expresión. Era el sargento de instrucción de su propio cuerpo, gritándose y castigándose cada vez que pasaba a modo humano. Pero se lo hacía él mismo y lo más triste era que pensaba que eso le convertía en alguien superior a los demás. Jisoo lo condujo a la sala de estar y de momento dejó la maceta de cerámica encima del televisor.

-No, no, Jisoo-dijo NamJoon, señalándola con el dedo como si fuese una niña traviesa-No debes ponerla ahí. Necesita estar en un sitio fresco y sin corrientes de aire, apartada del sol directo y de los radiadores.

-Oh, por supuesto-Jisoo volvió a coger la maceta y, presa de pánico, buscó un lugar apropiado por toda la habitación. ¿Qué había dicho NamJoon? ¿Un rincón caldeado y sin corrientes de aire? ¿Cómo se las arreglaba para que siempre se sintiera como una chiquilla incompetente?

-¿Qué te parece esa mesita de centro? Creo que ahí estará a salvo-sugirió NamJoon.

Jisoo obedeció y puso la maceta en la mesa, casi esperando que le dijera «buena chica». Afortunadamente no fue así.

NamJoon adoptó su postura favorita junto a la chimenea e inspeccionó la habitación.-Tienes la casa muy limpia -comentó.

-Gracias, acabo de...limpiarla -contestó Jisoo.

NamJoon asintió como si ya lo supiera.

-¿Te sirvo un té o un café? -ofreció Jisoo, confiando en que NamJoon rehusara.

-Sí, estupendo -dijo NamJoon, dando una palmada-Un te sería espléndido. Sólo leche, sin azúcar-Jisoo regresó de la cocina con dos tazas de té que dejó en la mesita de centro. Esperó que el vapor que subía de las tazas no asesinara a la pobre planta.

Tonight★[KTH-KSJ] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora