Jisoo hundió su nariz en el suéter negro algodón y un olor familiar la golpeó de inmediato: un abrumador desconsuelo le cerro el estómago y le partió el corazón. Le subió un hormigueo por la garganta y un nudo en ésta amenazó con asfixiarla. Le entro el pánico. Aparte del leve murmullo del frigorífico y de los ocasionales gemidos de las tuberías, en la casa reinaba el silencio. Estaba sola. Tuvo una arcada de bilis y corrió al cuarto de baño, donde cayó de rodillas al retrete.Taehyung se había ido y jamás regresaría. Esa era la realidad. Nunca volvería a acariciar la suavidad de su pelo, a intercambiar en secreto una broma con él durante una cena con amigos, a lloriquearle al llegar a casa tras una dura jornada de trabajo porque necesitaba algo tan simple como un abrazo; nunca volvería a compartir la cama con él, ni despertaria cada mañana con ataques de estornudos, ni reiría con él hasta dolerle la barriga, nunca volverían a discutir sobre quién apagará la luz de la habitación en la noche. Lo único que le quedaba eran un puñado de recuerdos y una imagen de su rostro, que día tras día iba haciéndose más vaga.
Su plan había sido muy sencillo: pasar juntos el resto de sus vidas. Un plan que todo su circulo considero de lo más factible. Nadie dudaba de que fueran grandes amigos, amantes y almas gemelas destinadas a estar juntas. Pero dio la casualidad de que un dia el destino cambió de parecer.
El final había llegado demasiado pronto. Después de quejarse de una fuerte migraña en los últimos días, Taehyung se avino a seguir el consejo de Jisoo y consulto un médico. Lo hizo un miércoles, aprovechando la hora del almuerzo. El medico penso que el dolor de cabeza se debía al estrés o al cansancio y aventuró que en el peor de los casos quizás necesitase usar gafas. A Taehyung no le gustó nada aquello.
Le molestaba la idea de tener que usar gafas. No debería haberse preocupado, pues resultó que su problema no residía de los ojos, sino en el tumor que estaba creciendo en el cerebro.
Jisoo tiro de la cadena del retrete y, temblando por lo frías que estaban las baldosas del suelo, se puso de pie. Taehyung tenía solo treinta años. Ni mucho menos había sido el hombre más sano de la Tierra, pero había gozado de suficiente salud para... Bueno, para llevar una vida normal. Cuando ya estaba muy enfermo, bromeaba a propósito de haber vivido con demasiada prudencia. Debería haber tomado drogas, haber bebido y haber viajado más, tendría que haber saltado de aviones y depilarse las piernas en plena caída.
La lista seguía. Aunque él se riera de todo eso, Jisoo veía pesar y arrepentimiento en sus ojos. Arrepentimiento por las cosas para las que nunca había sabido tener tiempo, los lugares que nunca había visitado, y pesar por la pérdida de experiencias futuras. ¿Acaso lamentaba la vida que había llevado con ella? Jisoo jamás dudo de que la amara, pero temía que tuviera la impresión de haber desperdiciado un tiempo precioso.
Hacerse mayor se convirtió en algo que Taehyung deseaba desesperadamente lograr, dejando así de ser un hecho inevitable y temido. ¡Que presuntuoso habían sido ambos al no considerar nunca que hacerse mayor constituyese un logro y un desafío! Los dos habían querido evitar envejecer a toda costa.
Jisoo vagaba de una habitación a otra mientras sorbía lagrimones salados. Tenía los ojos enrojecidos e irritados y la noche parecía no tener fin. Ningún lugar en la casa le proporcionaba menor consuelo. Los muebles que contemplaba sólo le devolvian inhóspitos silencios. Anhelo que el sofá tendiera los brazos hacia ella, pero tampoco este se dio por aludido.
"A Taehyung no le hubiese gustado nada de esto"
Exhaló un hondo suspiro, se enjugó las lágrimas y procuró recobrar un poco de sentido común. No, a Taehyung no le hubiese gustado en lo absoluto.
Igual que cada noche durante las últimas semanas, Jisoo se sumió en un profundo sueño poco antes del alba. Cada día despertaba incómodamente repantigada en un lugar distinto; hoy le tocó el turno al sofá. Una vez más, fue la llamada telefónica de un familiar o un amigo preocupado la que la despertó. Probablemente pensaran que no hacía más que dormir ¿Por que no la llamaban mientras vagaba con desgana por la casa como un zombie, registrando las habitaciones en busca de... de qué? ¿Qué esperaba encontrar?
-¿Diga?- Contestó adormilada. Tenía la voz ronca de tanto llorar, pero ya hacía bastante tiempo que no se molestaba en disimular. Su mejor amigo se había ido para siempre y nadie parecía comprender que ninguna cantidad de maquillaje, de aire fresco o de compras iba a llenar el vacío de su corazón.
-Oh, perdona cariño, ¿te he despertado?- Preguntó esa voz inquieta de su madre a través de la línea.
Siempre la misma conversación. Cada mañana su madre la llamaba para ver si había sobrevivido a la noche de soledad. Siempre temerosa de despertarla no obstante, aliviada de oírla respirar; a salvo a constatar que su hija se había enfrentado a los fantasmas nocturnos.
- No, solo estaba echando una cabezada, no te preocupes- Siempre la misma respuesta.
- Tu padre ha salido y estaba pensando en ti, cielo.
¿Porque aquella voz tan tranquilizadora y comprensiva conseguía siempre que se le saltaran las lágrimas? Imaginaba el rostro preocupado de su madre, el ceño fruncido, la frente arrugada por la inquietud. Pero eso no sosegaba a Jisoo. En realidad hacía que recordara porque estaban preocupados y que no deberían estarlo. Todo tendría que ser normal. Taehyung deberia estar ahi junto a ella, poniendo los ojos en blanco e intentando hacerla reír mientras su madre le daba un sinhueso. Un sinfín de veces Jisoo había tenido que pasarle el teléfono a Taehyung, incapaz de contener el ataque de risa. Entonces él seguía la charla, ignorando a Jisoo mientras esta daba brincos alrededor de la cama, haciendo muecas o bailes estrafalarios para llamar su atención, cosa que rara vez conseguía.
Siguió toda la conversación contestando casi con monosílabos, oyendo sin escuchar una sola palabra.
-Hace un día precioso, Jisoo. Te sentaría muy bien salir a dar un paseo. Respirar un poco de aire fresco.
-Sí... supongo que si- Otra vez el aire fresco, la presunta solución a sus problemas.
-Igual paso por ahí más tarde y charlamos un rato.
-No, gracias mamá. Estoy bien.
Silencio.
-Bueno, pues nada... Llámame si cambias de idea. Estoy libre todo el dia.
--De acuerdo.--Otro silencio- Gracias de todos modos - agregó Jisoo.
-De nada. En fin... Cuídate, cariño.
-Lo haré.
Jisoo estaba a punto de colgar el auricular pero volvió a oír la voz de su madre.
-Ah Jisoo, por poco me olvido. Ese sobre sigue aquí, ya sabes, ese que te comente. Está en la mesa de la cocina. Lo digo por si quieres recogerlo. Lleva semanas aquí y puede ser importante.
-Lo dudo mucho. Lo más probable es que sea otra tarjeta de pésame.
-No, me parece que no lo es, cariño. La carta va dirigida a ti y en cima de tu nombre pone...Espera, no cuelgues, que voy a buscarla...
Jisoo oyó el golpe seco del auricular, el ruido de los tacones sobre las baldosas alejándose hacia la mesa, el chirrido de la mesa arrastrada por el suelo, pasos cada vez más fuertes y por fin la voz de su madre al coger de nuevo el teléfono.
-¿Sigues ahí?
-Si.
-Muy bien, en la parte superior pone "la lista". no se muy bien qué significa, cariño. Valdría la pena que le echaras...
Jisoo dejó caer el teléfono.
Mi primera adaptación, se que algunas dirán ¡No me gusta porque se muere Tae! Panas, a mi tampoco me gusta que se hubiera muerto Tae porque es mi bias, pero creo que saben que en la vida no todo es color de rosa, dale una oportunidad a la historia y ya veran que va a ser interesante.
On se voit plus tard
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Tonight★[KTH-KSJ] COMPLETA
Fanfic❝Hay personas que esperan toda la vida para encontrar a su alma gemela, pero este no es el caso para Taehyung y Jisoo, novios desde el instituto, se sentía como si siempre hubieran estado juntos. Podían acabar las frases del otro, e incluso cuando...