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La mañana del viernes comenzó con buen pie, levantándose temprano. No obstante, aunque se había metido a la cama llena de optimismo y entusiasmada con las perspectivas que le aguardaban, el miedo la asaltó de nuevo ante la cruda realidad de lo difícil que le resultaría mantener la endereza cada instante. Una vez más, despertó en una cama vacía dentro de una casa silenciosa, si bien se produjo un pequeño avance. Por primera vez en dos meses que se había despertado sin la ayuda de una llamada telefónica. Amoldo su mente, tal como hacía cada mañana, al hecho de que los sueños de Taehyung y ella juntos que habían vivido en su cabeza en las últimas diez horas fueron solo eso: sueños.

Se duchó y se vistió con ropa cómoda, echando mano a sus tejanos favoritos, sus zapatillas de deporte y una camisa rosado claro. Lalisa tenía toda la razón en cuanto al peso, pues los tejanos solían irle apretados, solo se mantenían en su sitio con la ayuda del cinturón. Dedicó una mueca a su reflejo en el espejo. Estaba fea. Tenía ojeras, los labios agrietados y el pelo hecho un desastre. Lo primero que debía hacer es ir a su peluquería y rezar para que pudieran atenderla.

-¡Jesús, Jisoo!- exclamó JinYoung, su peluquero al verla- Pero ¿Has visto como estas?¡Por favor abran paso!¡Abran paso!¡Llevo una mujer en estado crítico!- le guiño el ojo y abrió paso entre la clientela. Luego le ofreció una silla y la obligó a sentarse.

-Gracias, JinYoung, ahora si que me siento atractiva- macullo Jisoo ocultando el rubor en su rostro.

-Pues no deberías porque estás hecha un desastre. GulMi, prepárame la mezcla de costumbre; Chen, trae el papel aluminio; Tania, necesito mi bolsita mágica que está ahí arriba; ¡Novato, olvídate de almorzar que vas a recibir a mi clienta de las doce!

JinYoung fue dando órdenes a diestro y siniestro sin dejar de agitar los brazos desaforadamente, como si se dispusiera a efectuar una operación quirúrgica de emergencia. Y es que quizá fuera así.

-Oh, lo siento JinYoung, no quería estropearte el día- se excuso Jisoo.

-No me vengas con esas, encanto. De no ser así, ¿Porque habrías de presentarte aquí de repente un viernes a la hora del almuerzo sin tener una cita concertada?¿Para contribuir con la paz mundial?

Jisoo se mordió el labio con aire de culpabilidad

-En fin-prosiguió- Te aseguro que no lo haría por nadie más que por ti, cariño.

-Gracias.

-.¿Cómo lo llevas?

JinYoung apoyo su trasero en el mostrador delante de Jisoo. Tenía treinta años cumplidos y, no obstante, presentaba una piel tan perfecta, y por descontado, su pelo tan bien cortado que nadie le hubiese echado más de veinte años .Sus cabellos de color negro realzaban la textura de su tez y siempre vestía de forma impecable. Su mera presencia bastaba para que cualquier mujer se sintiera horrenda.

-Fatal- admitió Jisoo.

-Ya, se nota.

-Gracias.

-Bueno, al menos para cuando salgas de aquí ya has resuelto una cosa. Yo me dedico al pelo, no al corazón.

Jisoo sonrió agradecida por su peculiar manera de demostrar que la entendía.

-Pero por el amor de Dios, Jisoo, cuando has entrado por esa puerta ¿Te has fijado en si decía "Mago" o "Peluquero" en el rótulo de la entrada? Tendrías que haber visto el aspecto de una mujer que ha venido esta mañana. Una anciana vestida de jovencita. Le faltaba poco para cumplir los sesenta, diría yo. Y va y me pasa una revista con Jennifer López en la portada. «Quiero tener este aspecto», me dice, muy resuelta.

Tonight★[KTH-KSJ] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora