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Jisoo corria lo mas que podía. Pensaba irse a casa pero sus piernas se dirigieron a casa de su madre. Mientras lloraba corría llamando la atención de las persona sa su alrededor. Se saltó muchos semáforos haciendo tocar el claxon de los conductores. Cuando finalmente llegó a aquella casa grande toco el timbre sin cesar y escuchó a su madre gritar adentro.

-¡Espere, no sea impaciente!- gritaba pero al ver el rostro de su hija se palideció.

-Oh, mi pobre Jisoo, ¿qué ha sucedido?

-Mama- trago duro y sollozó más.

-Ven, entra, entra.

Jisoo se acurrucó en el sofá con su madre en la casa familiar de Busan. Se sentía como si volviera a ser una adolescente. Enaquellos tiempos su madre y ella solían abrazarse en el sofá para contarse todos los chismes. Ojalá ahora pudiera tener las mismas conversaciones con ella que entonces. De pronto su madre irrumpió en sus pensamientos.

-Anoche te llamé a casa. ¿Dónde estabas? -Tomó un sorbo de té.

Ah, las maravillas del mágico té. La respuesta a todos los pequeños problemas de la vida. Tenías un cotilleo y preparabas una taza de té, te despedían del trabajo y tomabas una taza de té, tu marido te decía que tenía un tumor cerebral y tomabas una taza de té...

-Salí a cenar con las chicas y unas cien personas más que no conocía de nada. -Jisoo se frotó los ojos. Estaba cansada.

-¿Cómo están las chicas? -preguntó su madre con sincero interés.Siempre se había llevado bien con las amigas de Jisoo, a diferencia de las de Alice, que le daban miedo. Jisoo tomó otro sorbo de té.

-Lalisa está embarazada y Dahyun se ha comprometido -contestón la mirada perdida.

-Oh -musitó su madre sin saber cómo reaccionar ante su afligida hija- ¿Cómo te lo has tomado? -preguntó en voz baja apartando el cabello del rostro de Jisoo.

Jisoo se miró las manos y trató de recobrar la compostura. No lo consiguió y los hombros comenzaron a temblarle mientras intentaba ocultar la cara detrás del pelo

-Oh, Jisoo-erijo su madre apenada, dejando la taza en la mesa y acercándose a su hija- Es normal que te sientas así.

Jisoo ni siquiera era capaz de articular palabra.La puerta principal se cerró de un portazo y Alice anunció a la casa que había llegado:

-¡Estamos en caaaaaasa!

-Fantástico -sollozó Jisoo, apoyando la cabeza en el pecho de su madre.

-¿Dónde está todo el mundo? -gritó Alice, abriendo y cerrando puertas por toda la casa.

-Espera un momento, cielo -dijo su madre, molesta porque le echaran a perder aquel momento de intimidad con Jisoo.

-¡Traigo noticias! -La voz de Alice sonaba más fuerte a medida que se acercaba. YoonGi abrió la puerta de golpe, sosteniendo a Alice en brazos-¡YoonGi y yo nos vamos a Australia! -gritó radiante de felicidad. Se quedó atónita al ver a su hermana llorando abrazada a su madre. Saltó de los brazos de YoonGi, lo sacó de la habitación y cerró la puerta sin hacer ruido.

-Y ahora Alice también se va, mamá -musitó Jisoo desesperada, y su madre lloró en silencio por su hija.

Jisoo siguió hablando con su madre hasta bien entrada la noche acerca de todo lo que le había pasado a lo largo de los últimos meses.Y pese a que su madre le ofreció toda clase de argumentos para tranquilizarla, siguió sintiéndose tan atrapada como antes. Aquella noche,durmió en el cuarto de los huéspedes y a la mañana siguiente despertó en una casa llena de ruidos. Jisoo sonrió ante la familiaridad del alboroto que armaban sus hermanos vociferando que llegaban tarde a clase y al trabajo, seguido por los gruñidos de su padre metiéndonos prisa, y las amables súplicas de su madre para que no hicieran tanto ruido, ya que iban a despertar a Jisoo. El mundo seguía girando, era tan simple como eso, y no había ninguna burbuja lo bastante grande como para protegerla.

Antes de almorzar, su padre la acompañó a casa y le entregó un cheque por valor de cinco mil Wons.

-Oh, papá, no puedo aceptarlo -dijo Jisoo, abrumada por la emoción.

-Cógelo -insistió apartándole la mano con suavidad-. Deja que te ayudemos, cielo.

-Os devolveré hasta el último Won -dijo Jisoo, abrazándolo con fuerza.

Jisoo se detuvo en la puerta, despidió a su padre con la mano y se quedó mirando cómo se alejaba calle abajo. Bajó la vista al cheque y fue como si le quitaran un gran peso de encima. Se le ocurrieron más de veinte cosas que hacer con aquel dinero y, por una vez, ninguna de ellas fue ir a comprar ropa. Al dirigirse a la cocina, sacó su celular.

Tenía cinco mensajes.

Uno era de Lalisa

LaLalisa

¡Nena! ¿Donde estas? No das señales de vida.


El segundo era de Dahyun.

Dahyun

¡Oye!¿Donde estas? No das señales de vida.



Era evidente que habían hablado entre sí. El tercero era de Lalisa, el cuarto de Dahyun y el quinto de...¡Jin!

Jisoo abrió los ojos y pulso el boton de llamar.

-¿Hola?

-Jin, Dios mio ¿ Donde estas?

Jin suspiro:- Estoy..., adios.

-No esper...

Jisoo no alcanzó a terminar puesto que Jin había colgado

Jisoo enojada tiro su celular al mueble y subió pisoteando como un caballo a la habitación para cambiarse de ropa. ¿Porque Jin pasó de ser dulce y comprensivo a esquivó y frío?

"Tal vez porque dañaste sus sentimientos, Jisoo"


On se voit plus tard

Tonight★[KTH-KSJ] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora