Painted In The Worst Light - ASecretChord

Capítulo Veintiséis

Según las instrucciones, Kreacher despertó a Harry justo antes del cambio de turno y lo llevó a la cama plegable que estaba justo afuera de la celda de Snape junto con sus cosas. Harry no estaba nada contento con el cambio de ubicación. Snape era cálido y cómodo y la cama plegable no lo era.

Cuando Snape se despertó lo suficiente como para hacerse cargo, Kreacher quitó el tapiz y lo encogió para poder ocultarlo. La cama estrecha se movió al lado de los barrotes. De esa manera, él y Harry todavía podían tocarse cuando volvieran a dormir. La mesa pequeña y las dos sillas se movieron a la parte posterior de la celda y un juego de ajedrez mágico de Grimmauld Place se colocó encima. También se trajeron algunos libros de la biblioteca Black. Snape no tenía idea de cuánto tardaría en deliberarse el Wizengamot y quería una forma de pasar el tiempo.

Gruñendo por la injusticia de todo esto, Harry se subió a su cama solitaria y tomó la mano de Snape hasta que el sonido de una llave los despertó un par de horas más tarde. Aparentemente, se les había dicho que esperaran a Harry, ya que apenas parpadearon cuando él ordenó a sus tres prisioneros que salieran y los escoltaron a través de un arco encantado hacia los baños. Cuando Snape regresó, su piel era rosada por la fuerza de sus encantos de limpieza.

Un nuevo día amaneció y eso significó un viaje a Hogwarts para un nuevo conjunto de túnicas. En ausencia de Snape, Harry había logrado levantarse y vestirse antes de flotar fuera del arco encantado como una madre angustiada que extraña a un gatito. Tener a Snape fuera de la vista se sentía como si hubiera dejado una extremidad atrás, un pensamiento categóricamente ridículo, pero que no pudo reprimir.

Al ver a Snape, Harry se iluminó como Piccadilly Circus. Tomó la mano de Snape y lo llevó a la parte de atrás de la celda, donde se besaron sin sentido—¿Supongo que te veré en la celda de espera para el desayuno? —Harry realmente no sabía lo que debía hacer aparte de mantener a Kingsley al tanto de su paradero y ya había dejado claro que estaría donde quiera que estuviera Snape.

—Creo que debo permanecer aquí hasta que hayan tomado una decisión—.

—Todavía necesitas una túnica—Recordó Harry. Miró a su alrededor, pero las llaves se habían ido—No tengo idea de cómo se supone que debo irme—.

Una lenta sonrisa surgió en la cara de Snape—Tal vez no sea necesario hasta que Gauntlett llegue a recogernos—.

—Sin embargo, ¿Cómo debemos pasar el tiempo? —.

Gauntlett llegó poco antes de las ocho en punto y casi tropezó al ver a Harry y Snape sentados uno al lado del otro en la estrecha cama de Snape, entablando una conversación seria—¿Cómo llegaste aquí? —Exclamó, interrumpiéndolos—Este lugar tiene tantas barreras que un ratón no puede atravesar. Pero Jon y Padraig dijeron que estabas aquí cuando te despertaron—.

Harry arqueó una ceja—Dije que me estaba quedando con Severus. ¿Hubo algo confuso acerca de eso? —Volvió su atención a Snape—Como decía, estoy muy nervioso por la rotación forense. Sabes lo bueno que soy con las pociones—.