Más que la primera, la única vez.

904 146 21
                                    

《Algo simple...algo sumamente extravagante.》
《Una simple flor de jardín...rosas y claveles cultivados a la luz de la luna.》《Un picnic...un costoso restaurante.》《Leer un libro...ver una película.》
《Un simple te amo...un gran sentimiento en el pecho al que le llama amor.》
《Un parque...un parque.》

Hasta ahora es la única coincidencia que hemos tenido, pero bueno supongo que el amor es así. Aunque debo admitir que con Chile...con Chile, éramos solamente uno, es decir; si yo decía "azúcar:, él decía "morena"; si yo decía "que hermosa", él decía "mañana, tarde, noche...vida"; si yo decía "te", él decía "amo". Al principio de nuestra relación era así, pero transcurrió el tiempo y él empezó a hacerse más distante, menos tierno...se alejaba de mí cada día un poco más y yo me aferraba a él cada día mucho más.

— ¿Pequeñin?

Sacudo mi cabeza y dirijo mi mirada a su mano, más grande que la mía aún así el la sostiene intentando que encaje. Yo apreto más la suya, deseando que al menos esa diferencia desaparezca, pero es inútil. Por lo menos la sonrisa en su rostro al sentir mi apretón me hace sentir mejor, es como una brisa venidera en un día de calor.

— ¿Qué sabor?

— Chocolate...¿y tú?

— Menta.

Sonrío por saber que por lo menos lo intenta...no, corrijo; lo intento.

Pero no es fácil, ¿cómo querer reemplazar tus labios en unos pocos días? ¿Cómo poder olvidar el sonido de tu risa? ¿Cómo mirar otros ojos si en ellos no está tu brillo? ¿Cómo dejar de amarte tan rápido? Chile, me está costando olvidarte...mucho más de lo que creía. Lo que me lleva a la pregunta que más llanto me provoca y más me duele en el alma: ¿Cómo fuiste capaz de olvidarme tan rápido?

— ¡¿Pequeñin?! ¿Estás bien? Podemos ir a otro lugar si este no te gusta.

Sus manos sostienen los helados mientras tiembla, su rostro denota confusión y creo que no sabe si dejar los helados para consolarme o consolarme aún si deja los helados en el piso.

— Estoy bien, Rusi.

Pongo mi mano en su mejilla para tranquilizarlo, la verdad, ni siquiera yo me dí cuenta en que momento había empezado a llorar. ¿Qué me has hecho Chile, porque consciente o no lloro por ti...por ya no tenerte?

— Ahora dame mi helado, gelatina monumental.

— ¿Gelatina monu-mental?

ya sabes; estás temblando y eres muy alto. Tranquilo Rusi, estoy bien...solo algo distraído.

Tomo el helado de una de sus manos y el acaricia mis dedos conforme nos separamos, el sonríe y yo lo hago también. Pone su palma en mi mejilla y yo me apoyo aún más en ella cerrando mis ojos.

¡Imaginación traicionera! Entiende ya de una vez, que él no es aquel que nos engañó y abandonó a nuestra suerte. Él está con nosotros, no importa la circunstancia...¿Por qué lo traes de vuelta ahora? ¿Por qué traes de vuelta; su mirada serena y su sonrisa de lado? ¿Por qué no solo lo olvidas ¡y ya!? ¿Por qué no solo te olvido y ya?

— La verda', na más desde que se ha perdido el rukistrukis...Todos tan' andando pa' locos.

— ¿Colom-bia?

Rusia toma mi mano y me aleja de ellos, no los he podido ver, ni ellos a mí. Paramos detrás de un árbol y me doy cuenta solo allí, que debido a la fuerza de la fuga me he quedado sin helado.

— Rusia, mi helado.

Me quejo cómo niño pequeño y me siento  bajo la sombra del abeto evitando mirarlo...quizá de haber prestado más atención, hubiera visto al detalle el sudor bajar por su rostro, su mirada recorriendo cada centímetro del parque buscando algo y hubiera escuchado su suspiro de alivio al no encontrar ese algo.

— Vamos, no te enojes —siento sus manos tomar mi cintura para luego sentarme con delicadeza sobre su regazo, su rostro frente al mío...sus labios rozando los míos— te compraré otro.

Intenta besarme, pero pongo mi mano en su rostro y lo alejo de mí, mientras sonrío.

— Ya no quiero.

— ¡Oh! Vamos, no seas cruel.

Sus manos se vuelven intrusas bajo mi ropa y con ellas, él empieza a hacerme cosquillas, su mirada tiene un brillo...que me confunde.

— Rusia, ¡no!

— ¿Rusia? No, no, no, no yo soy Rusi...tu Rusi.

Une su frente con la mía y aún al contemplar sus ojos tan de cerca...no logro descifrar aquel brillo en su mirada. Cierro los ojos y por primera y única vez al hacerlo solo lo imagino a él.

Sintiendo sus manos entrelazadas con las mías y si no encajan ¿acaso importa en realidad? Tocando con una mano su corazón y queriendo hacer lo mismo con él mío, para ver si se sincronizan o no...y si no lo hicieran ¿acaso es importante?
Queriendo con cada fibra de ser salir adelante y si lo hago quiero que sea contigo porque eres aquello que me impulsa a ser feliz.

— Y yo soy tu pequeñin.

Queriendo ser tan tuyo cómo tu mío...¿qué tiene eso de malo? Pues, yo creo que...nada.

El perdón. [RusiaxBolivia] [ChilexBolivia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora