Los días pasaron desde que el contenedor se unió a la familia de aquellos particulares insectos.
Desde ese día los insectos empezaron una gran migración a un lugar desconocido para el pequeño caballero que los acompañaba, pero que asumía era algo normal de esa especie, pues los padres parecían orientarse perfectamente por todos los escenarios que visitaban, quizás había hecho aquel viaje varias veces ya en el pasado, por lo que el podía entender eran animales errantes que solo se instalaban para procrear, mantener sus huevos a salvo y para dormir.
Aunque sus refugios para dormir eran mucho menos elaborados que el que hicieron para los huevos de sus crías, siendo este un hoyo en el que apenas cabían los padres, que en realidad no necesitaban más, las crías dormían ocultas dentro del pelaje de su madre.
De hecho desde el día en que salieron el contenedor no volvió a ver a las crías, a excepción de la que lo había salvado de que se lo comieran, esa cría usualmente asomaba la cabeza para mirar al contenedor atentamente, buscando su atención, el sabía que era el que había cargado puesto que su blando caparazón era más oscuro que el resto de sus hermanos y por qué cundo los padres dormían esta pequeña criatura salía del pelaje de su madre para ir directo a recostarse sobre sus brazos.
Acto que no pasaba desapercibido y de hecho había conmovido a la vasija. Aquel bebé era tan sumamente adorable que se le hacía difícil pensar que en algún momento se convertiría en una bestia como sus padres, por que vaya durante todo el viaje solo agradecía más el hecho de no haberse enfrentado a ellos.
Ya que se había dado cuenta que en su edad adulta estos bichos carecían de depredadores naturales, sus caparazones eran sumamente duros y resistentes que dudaba que cualquier aguijón pudiera siquiera hacerles un rasguño, lo único que parecía podía llegar a ponerlos en peligro era el ataque de un ciempiés ya que los mayores mostraban un cierto cuidado cuando uno de estos se encontraba frente a ellos.
De cualquier manera los bichos eran suficiente mente capaces de despedazar a esas criaturas atacándolas en grupo, mientras uno la distraía el otro podía aprovechar la oportunidad para partir al ciempiés en dos con un simple movimiento de sus garras, una estrategia algo simple pero que funcionaba.
El contenedor de no haber visto tales acontecimientos nunca en su vida se hubiera pensado que tales garras servirían para matar, a sus ojos inexpertos eran más una herramienta de trabajo, definitivamente nunca quisiera ser el objetivo de estos animales.
No solo sus extremidades eran peligrosas, sus mandíbulas también habían sido provocantes de cientos de insectos desafortunados que sin más resultaban triturados por una fuerza de mordida desmesurada, estas fauces resultaban también muy útiles para cortar raíces gruesas que se interponían en su camino mientras escarbaban.
Tales atributos los convertían en bestias de temer pero por si no fuera poco poseían un gran intelecto superior al de todos los demás animales y una comunicación compleja, que les permitía planificar emboscadas a los pobres que tuvieran la mala suerte de ser sus presas.
Por estas cosas el contenedor daba por hecho que estás criaturas estaban a salvo de todo peligro, daba por hecho que nada malo pasaría si estaba al lado de estos insectos, que no habría criatura capaz de hacerles frente. Se volvió ciego de aquellos peligros no tan evidentes pero que estaban ahí.
Llevados varios días de viaje, se toparon con algo sorprendente, después de haber subido por un camino empedrado que no parecía tener fin se encontraron con el árbol más maravilloso que alguien alguna vez hubiera podido ver, maravilloso no pos su inmensa altura, si no también por su particular brillo, de un color blanco, brillante por si solo que con el brillo de la milenaria lumélula que no paraba de seguir al contenedor, hacia preferible no verlo directamente, pero al llegar la noche aquel árbol brillaba con una luz pálida propia sumamente hermosa, más bella que cualquier otra luz que el contenedor hubiera visto.
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Rae, historia de una vasija
FanfictionEn un lugar fuera de Hallownest existe una tierra maravillosa llena de misterios y una luz tan grande y fuerte que llena de vida todo lo que toca. Y en alguno de los lugares tocados por la luz existe una tribu liderada por dos Lords hermanos. Pero e...