Perdido

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La batalla en la tribu, fue muy extenuante de no haber sido por el muro que hicieron las bestias no había tomado tiempo derrotarlas, pero la cosa fue así, ahora los mismos que aniquilaron a las fuerzas invasoras tenían que hacerse cargo de limpiar el desastre causado, mover todos los cuerpos, limpiar el suelo y reparar y disculparse con las personas cuya casa por alguna razón u otra fue destruida.

Lentamente toda la gente iba sintiéndose más segura hasta por fin ser capaces de salir de sus casas a colaborar con el desastre, entre las personas que limpiaban estaba Dalia, completamente ajena a lo que había pasado en su casa se preguntaba la razón de este ataque, las bestias no eran inteligentes, pero aún así lograron organizarse para atacar de forma conjunta, será que estuvieran siendo controlados por alguien, había visto con claridad que todos poseían ojos anaranjados muy brillantes y de hecho la sangre que soltaban también era naranja, incluso habiéndolos matado no parecían aptos para el consumo, su sangre naranja seguro tendría propiedades perjudiciales, tendrían que inventar un método para expulsarla y aún con esas no aseguraba que consumir su carne no fuera peligroso.

Limpiar la tenían tranquila pero pronto vino alguien a informarle de la triste verdad que ella ignoraba, le recorrió una gran preocupación al ver a Amber y a Albóndiga corriendo hasta ella, sin Rae, cuando llegaron Amber tenía la mirada angustiada y muy decaída.

—Dalia...este...tú—No sabía cómo empezar, sabría como se pondría su amiga si se enteraba.

—¿Donde está Rae?

Por todo en el mundo deseaba que el pequeño no fuera la razón de el comportamiento triste de Amber, pero sus sospechas se hicieron realidad., "No está" fue lo que dijo, Dalia corrió hasta su casa donde deslumbró el enorme agujero que había provocado el ciempiés en su casa. La ansiedad comenzó a recorrer su cuerpo, no otra vez, no podía haber desaparecido otra vez.

Fue de inmediato a ver a Seek al llegar a su casa lo encontró dentro de su casco oculto.

—Seek, ¿¡Tu maldito donde está Rae!? ¡Dime donde lo tienes!— Sacudió al caracol hasta que este se digno en salir.

—Yo no se donde está— Respondió con sencillez

Dalia no creía que él lo hubiera "secuestrado" de nuevo, pero esperaba que así fuera, por lo menos así tendría una forma de recuperarlo, por lo menos así él estaría parcialmente seguro, el boquete de su casa indicaba que algún animal grande entró a la fuerza, pero si fue así quizá Rae puede que haya...No no podía pensar en ello, Rae sabía defenderse, debía estar en algún lugar, en alguna parte.

Y mientras tanto otro contenedor caminaba por el profundo bosque con ese usual modo de caminar encorvado, dando tumbos por donde andaba, se había librado de la sabandija que le suponía Rae, pero todavía estaba molesto e indignado por haber perdido dos combates seguidos contra el, y después quedar humillado por este con esas raíces negras suyas, que había sido eso, a saber pero le molestaba que alguien tan pequeño y patético como su hermano lo tuviera y él no. Al menos ya no tendría que aguantarlo.

El destino puede ser a veces caprichoso parecía que sus destinos estaban ligados a terminar en el mismo sitio, destino o coincidencia este par de hermanos no quedaría separado mucho tiempo.

Él receptáculo sintió que alguien lo seguía, las mantispas otra vez?. Esta vez no se dejaría humillar, destrozaría a esos tontos en un santiamén, pero quien lo asechaba no era una mantispas, ni ninguna bestia, de un momento a otro Rae salto como un felino tumbando a su hermano en el suelo, estaba muy contento de volverse a reunir con el, aunque apenas se separaron unos minutos.

—"nos vemos de nuevo"— Rae sonrió feliz y radiante a lo que su hermano le miró no muy alegre que digamos.

Si alguien los viera solo notaría a un par de niños mirándose fijamente sin decir una sola palabra, pero para ellos estaban teniendo toda una conversación, una conversación que solo ellos y unos cuantos elegidos eran capaces de entender, el idioma callado del vacío.

Rae, historia de una vasija Donde viven las historias. Descúbrelo ahora