Hermanos

434 40 95
                                    

Pasaron dos días desde que Rae le dio a su hermano de probar la carne, todavía no estaban ni cerca de tener una relación de buenos hermanos pero claro ahora las cosas parecían estar mejor entre ellos.

Tras un par de días Rae decidió practicar con su hechizo, anteriormente ya había hecho esto antes y logró extender la duración de sus enredaderas hasta siete segundos, antes de quedarse sin alma, pero ahora que estas habían cambiado su color y se habían vuelto más fuertes solo podía mantenerlas por dos segundos y adiós, si tan solo pudiera hacer que estas duraran cinco seguro serían muy útiles, y como lo haría, pues como antes lo hizo, utilizar el hechizo gastando menos alma, claro así sonaba fácil, pero esto resultaba extremadamente difícil, cansado y agobiante, suministrar el uso de alma era un cosa muy complicado, ya de por sí poder usar el alma como arma era algo que podría considerarse una proeza que casi ningún insecto sabía usar, una tarea titánica, pero el beneficio valía la pena.

Rae se concentró todo lo que pudo, el hechizo podía usarse tres veces si no trataba de mantener las enredaderas, pero así solo eran como látigos punzantes, muy útiles sobre todo si lo rodeaban, pero para alargar su duración tenía que tratar de mantener el hechizo administrando su alma, como una tubería cerrándola lo suficiente como para que el agua no se desborde pero manteniéndola lo suficientemente abierta como para que pudiera fluir libremente. Rae cerró los ojos e invocó su hechizo, como era de esperar las enredaderas se agitaron violentamente hacia todos lados y tras dos segundos desaparecieron, ahora tenía que a fuerzas golpear algo para reponer alma. El anterior día esta tarea solo pudo realizarla tres veces más, hoy vería si en el transcurso del día podía volver a realizar el mismo número de intentos.

Su hermano lo veía de reojo mientras afilaba su gran aguijón, últimamente tenía este presentimiento de estar haciendo algo mal, un cuestionamiento que le surgía a partir de que sus acciones últimamente no coincidían con lo que se suponía debía hacer, el y Rae eran receptáculos, se suponía que fueron hechos para contener una infección, y que solo el mejor de los mejores podía contenerla, en su forma de verlo solo el más fuerte era el que podía hacer frente a esa infección y aquel que se suponía era el mejor de todos ellos había fallado. Ahora el estaba en esta misión para salvar a Hallownest de su inminente destrucción. Claramente antes de Rae él se consideraba suficientemente fuerte como para merecer el puesto de Hollow Knight, se sentía especial por esos sueños en los que el estaba solo, solo él y el Hollow Knight, como si alguien lo hubiera visto y escogido para ser el siguiente, pero recién se había enterado de que Rae también sufría de esos sueños, así que ese alguien que consideraba que él era tan apto para ese puesto como lo era Rae, no podía evitar no sentirse molesto, pues Rae era un niño inquieto, juguetón y muy poco serio, enserio eran iguales?, no claramente el tenía que ser superior que su pequeño hermano.

La cabeza la tenía sumergida en esta idea, de alguna manera él y Rae eran dignos de ser el siguiente contenedor de la infección, si eso era así él tendría que mostrar que quien merecía el puesto era el, y no su hermano, demostraría su valía.

Durante todo el día tuvo un trato más frío de lo habitual hacia Rae, cosa que lo descoloco mucho, pensaba que ya había superado esa etapa ¿que estaba pasando ahora de repente?. Su hermano lo veía simple, para ser mejor tenía que empezar por transmitir tanta infantilidad como su hermano, tenía que ser serio y frío, eso era lo apropiado para un guerrero.

—"Hermano hay que jugar a algo"

—"No"

—"¿Puedo ver el mapa?"

—"No"

Tajante le negó cada petición que hizo, no podía entender que estaba pasando, además de eso, parecía que ya ni siquiera lo esperaba, cuando trataba de juntar mas alma para seguir entrenando su hermano lo dejaba atrás y seguía caminado, así nunca iba a mejorar, y quien sabe cuando fuese a necesitar otra vez ese hechizo, si eran atacados por una bestia grande la duración de su ataque era esencial, Rae estaba harto de esta situación, no podían seguir así.

Rae, historia de una vasija Donde viven las historias. Descúbrelo ahora