Rae, historia de una vasija

¿Nuevo amigo?

Dalia había amanecido con el cuerpo súper tieso, sus músculos tronaban cada vez que se movía y sobre todo le molestaba la cabeza y el cuello, ¿serían estas las dolencias de ser madre?...A saber.

Sabía lo que tenía que hacer, un buen baño en su tina de aguas termales seguro le libraría de toda dolencia y sentimiento de mal estar, pasó por la sala de su casa y vio a Rae jugueteando con albóndiga, algo que no había notado hasta ahora pero le conmovía mucho ver a los dos pequeños divertirse, camino hasta el baño pero entonces Rae la volteó a ver y entró en pánico.

—"¡Dalia espera no habrás esa puerta!".

—¿Que, por que no?— Fue demasiado tarde Dalia había abierto la puerta.

Y al mirar dentro de su baño estaba el raro y curioso Quirrel, Dalia soltó un grito al ver al insecto dentro de su casa y usando su tina dándose un baño muy a descaradamente, el escándalo hizo que Quirrel girara la cabeza y al ver a Dalia parada en la puerta viéndolo con un sonrojo evidente pero también con cara de disgusto, dio un grito y se escondió muy dentro de la tina, por lo que solo sus ojos y boca sobresalían.

—¡Pero que carajos, ¿Que haces en mi casa?—

—El pequeño me ofreció entrar y me dijo que tomara un baño— Se apresuró a responder bastante apenado.

—¡Rae!.

—"Tu me dijiste que tenía que compensar a quien le había hecho algo".

—¡No me refería a que los metieras a la casa!—

—"P-pero el lo necesitaba, ¿además que tiene de malo que se dé un baño?"

—El problema no es el baño Rae ¡Es que está en nuestra casa!.

—¿Y eso es un problema por...?—

—Ay Rae, aveces pienso que te haces el tonto solo para no recibir regaños— Su falta de sentido común aveces era un tormento, ahora sabía el provenir de sus dolencias.

—E-entonces ¿puedo terminar mi baño?— Dijo tímidamente Quirrel desde la tina.

—¡Agh! ¡Bien pero cuando termines te vas de aquí y no olvides cambiar el agua cuando termines!— Dalia azoto la puerta y cayó al suelo agotada y todavía roja por lo visto.

Pero no era la única persona afectada por todo el asunto, pues accidentalmente alguien había sido dañado de forma colateral, pues ocurrió en la mañana temprana, Rae decidido a recompensar a Quirrel por lo acontecido el otro día salió en su búsqueda y con ayuda de pluma y hoja para comunicarse, no tardó mucho en encontrarlo y escribiendo sus disculpas la cochinilla aceptó la propuesta pues ya iba siendo hora de un baño, y Rae le había prometido que si la mantis se despertaba él le avisaría y distraería para que él pudiera salir, pero ocurrió que temprano por la mañana Jade salió a darse una vuelta matutina para despejar su mente y reflexionar, pero por casualidades de la vida terminó viendo desde una esquina aquella curiosa escena de Rae escribiendo y dándole papeles al recién llegado.

Salió de su escondite cuando ambos se marcharon y las pregunta empezaron a fluir, Rae le estaba escribiendo notas a un desconocido y luego ambos partieron rumbo a casa de Dalia, "¿Que estaba pasando?" Se preguntó el Lord, la curiosidad le ganó y siguió a los dos insectos hasta casa de Dalia. Los primeros minutos transcurrieron de forma normal, Rae mantenía los ojos pegados en Dalia mientras la cochinilla se bañaba, pero pronto se cansó y se puso a jugar con su mascota y luego ocurrió lo que ocurrió.

La mente del Lord interpretó como quizo la situación, en su mente era súper obvio lo que ocurría, Rae le estaba buscando pareja a su madre ¿Y había escogido como candidato a una cochinilla?. Insensato, como se le ocurría pensar en un insecto tan patético y débil como una cochinilla, de todas las opciones de insectos, una cochinilla, ¿¡que estaba ciego!?. No había nadie mejor que el ¡nadie!. Se lo estaba tomando demasiado enserio, se empezó a sonrojar y luego comenzó a darse de golpes con su garra, todo debía ser un gran mal entendido seguro, soltó una leve risa casi imperceptible y volvió a lo suyo, obviamente estaba siendo dramático, el pequeño no podía ser tan tonto como para elegir a alguien extraño en vez de a él...¿O si? ¿Qué tal si Dalia en realidad fue la que...Lo estaba haciendo de nuevo, nuevamente se sonrojó y tuvo que golpearse.