El Guerrero imbatible

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La grima que sintió Dalia en ese momento le obligó inconscientemente a salir corriendo de aquel lugar con Rae en brazos, y muy de cerca estaban siendo seguidos por el bichito que no se había enterrado mucho de lo ocurrido por estar distraído jugando por ahí. Dalia se detuvo de correr al notar que ya habían llegado nuevamente a una zona de casas normal, "que alivio", eso había sido demasiado incómodo, en verdad ¿en que momento ir a visitar al farolero le había parecido una buena idea?, pero que estupidez.

No podía negar que sentía curiosidad por saber que sabía el caracol, pero no parecí una buena idea acercar a Rae a ese tipo, no es que le preocupara Rae, simplemente es que no podía permitir que algo le pasara estando ella a a cargo. Si le pasaba algo a Rae, Jade le restregaría a la cara su error durante años, por supuesto no había forma en la que pudiera permitirse eso. Y hablado de los Lords tal vez debería decirle a los Lords sobre lo acontecido en la casa de Seek, quizá si los Lords le exigían él podría contarles algo sobre Rae.

Sería lo ideal, tendría que hacer eso más tarde, pero ahora que la calma había vuelto podía darse cuenta de que había llegado a su casa, menos mal. La puerta estaba serrada y sobre ella había una nota sostenida por un cuchillo, Dalia la tomó y empezó a leerla.

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"Dalia termine de limpiar tu casa, y me di la libertad de acomodar todas tus armas en la parte trasera de tu casa, la cual también arregle, espero que te guste el trabajo que hice aquí.

Atte: Amber "
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Fue un agradable detalle de su parte haber acomodado todo eso, definitivamente tenía que darle algo la próxima vez que lo viera, entrando a su casa, era evidente que todo estaba perfectamente bien acomodado y sobre todo limpio, pero no solo eso, al salir a su patio era increíble lo diferente y grande que se veía con todo acomodado. Quizá debería pensar en algo grande con que recompensar a Amber.

En realidad era algo vergonzoso que Amber tuviera más hábitos de limpieza que ella, seguramente su madre de estar viva le pegaría un zarpazo que le dejaría marca una semana...

—Rae voy ir a hablar con los Lord sobre lo qué pasó haya atrás, a si que quédate aquí sentado—. Comentó la mantis al pequeño tomándolo de sus axilas y dejándolo en el sillón.

—¡.......!— El pequeño se paró instantáneamente y comenzó a agitar los brazos entusiasmado, señalándose a él en repetidas ocasiones.

—Emm...¿Quieres venir...cierto?— El contenedor agitó la cabeza de arriba abajo en respuesta.

—No es algo en lo que tú puedas estar presente, a si que quédate quieto y espera aquí.

La cara de desilusión y tristeza que mostró el pequeño era tan grande que a Dalia sintió su corazón hacerse cachitos. Quizá debería...¡No alto!, no podía caer tan fácil en estos sentimentalismos, debí ser firme como una piedra. Agarró coraje, dio media vuelta y fue corriendo a ver a los lideres.

Mientras dentro de su gran sala los Lords estaban terminado de tratar con Dalia, había un grupo fuera de la sala que esperaban a que ella terminara, para poder seguir con su deberes.

—¡¿Enserio no tomarán acciones contra el?!— Los gritos de la mantis tenían en alerta máxima a los que se encontraban fuera pegando su oído a la gran puerta de madera que bloqueaba el acceso a la sala.

—¡Oye cuida tu tono!— Le reprochó Jade com tono autoritario.

—No empiecen a pelear ustedes dos...Dalia, te lo vuelvo a repetir, tomaremos acciones con cautela, no queremos armar un escándalo al rededor de Seek otra vez. Cosa que tú estás haciendo ahora mismo—. Recalcando la poca discreción de Dalia.

Rae, historia de una vasija Donde viven las historias. Descúbrelo ahora