Sweater Weather*

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Advertencia: Smut

Sentado en California, con la arena entre los pies, sumando el hecho de que odia la playa, Tom esperaba ansioso, mirando hacia todos lados, tenía la cabeza en las nubes, pero nunca perdía la concentración.

A sus pocos 23 años, Holland quería tener el mundo en sus manos, un mundo muy peculiar, era solo un hombre, adinerado y humilde al mismo tiempo.

Casi sin darse cuenta, una mano se posó en el hombro del muchacho, acariciando un poco su cuello con las uñas.

─Siento llegar tarde.

─No pasa nada darling, solo fueron cinco minutos.

Con una gran sonrisa en el rostro, Thomas se paró y besó suavemente los labios de la muchacha sintiendo un completo alivio al hacerlo.

Al separarse, Tom bajó la mirada y observó los pantalones cortos de cintura alta que llevaba la muchacha, aquellos que tantas veces había quitado.

─Se en lo que piensas ─dijo ella, mirándome a los ojos.

─¿En qué pienso?

─En mi boca y la tuya, en tu casa, sin camisa y sin blusa, solo nosotros ─susurró en mi oído, acertando en cada maldita palabra.

─Hace demasiado frío aquí para ti, vámonos.

En un apresurado ritmo, Tom condujo hacia su casa, sintiendo la piel de gallina extenderse por sus brazos. Y nadie dijo nada, pues no había nada que decir.

Tom tomó la cintura de la muchacha al bajar del auto y la encaminó hacia la puerta.

Apenas entraron los jóvenes se besaron ferozmente, quitando sus camisas en el acto. Tom tomó las las piernas de la muchacha y las enredó en su cintura, caminando hacia su habitación.

Posó a la chica sobre las blancas sábanas, quitó su pantalón y pasó su dedo desde la boca de la muchacha hasta sus bragas, donde las corrió y acarició su clítoris para luego agregar un dedo ella y moverlo rápidamente. Los gemidos de la chica no se hicieron esperar.

El castaño, haciendo caso a sus súplicas, quitó por completo las bragas de la muchacha y bajo su cabeza hasta donde sus dedos trabajaban, insertando su lengua, haciendo que luego de unos minutos, la chica se corra en su boca.

Tom subió y besó sus labios, haciendola probarse a sí misma, se quitó sus pantalones y boxers, tomando de la mesita a su lado un preservativo, el cual la chica aplicó, masajeando un poco su miebro al hacerlo.

Se posicionó en su entrada, y la penetró lenta y dulcemente. Ella, suplicando por más, colocó sus talones en el trasero se Tom, empujandolo aún mas profundo en ella, e incitandolo a aumentar considerablemente la velocidad. Entre jadeos y gemidos, los enamorados llegaron al glorioso orgasmo, cayendo exhaustos en la cama del castaño.

─Te dije que estaba muy frío para tí ahí afuera darling.

Tom Holland | One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora