Save me. (Baekyeol / Chanbaek)

Capítulo uno.

-Baja los pies de la pared Baek –Dijo su mamá al joven de aproximadamente unos 18 años, quien tenía los pies arriba apoyado en la pared, para así dejar colgando su cabeza en el borde de la cama- Se te irá a la sangre a la cabeza, hijo –Trató de respirar, no podía perder el control tan fácilmente, no ahora.

-Está bien –Dijo casi desganado, moviendo su cuerpo de acuerdo a la posición correcta en la cual debería encontrarse y pudo ver el suspiro de alivio saliendo de la boca de su madre.

-Bien, ¿cómo te sientes hoy? –Dijo para sonreír de nuevo, quizás más angustiada que otras veces.

Byun Baekhyun o Baek para muchos, eran un joven de tan sólo 18 años, de estatura promedio baja, delgado, piel blanca, pelo oscuro casi azabache, ojos cafés y sonrisa rectangular.

De hace un tiempo a entonces, sólo traía problemas. Por las noches no conciliaba el sueño y cuando lo hacía, generalmente despertaba en un mar de sudor y espasmos luego de pesadillas tan reales como su cama; algunos días no comía o su estómago se revolvía y terminaba en un inodoro con la cara hundida, mareado. No tenía amigos, el mundo le tomaba atención, quizás lo suficiente, pero no lo necesario para tener un gran amigo, sólo uno o dos, quienes eran sus compañeros de banco y quizás de tareas.

Nunca supo a cuantos hospitales visitó, cuando doctores y medicamentos tomó o más bien cuantas enfermedades ilógicas le diagnosticaron, todo eso, tenía mareado al joven, colapsado de pies a cabeza, ya no recordaba cuando fue la última vez que durmió una noche entera o cuando fue la última vez que quiso comer algo con gusto, sin saber que se iba ir por el agua del baño después de una arcada. Pero ya lo llevaba arraigado o quizás impregnado en la piel, a tal nivel de hacer su vida, si es que podía llamarse así, de manera normal.

Nadie sabía lo que tenía, los medicamentos más lo dañaban en vez de ayudarlo, los exámenes sólo disminuían el nivel de sangre y glucosa en su cuerpo, dejándolo devastado, inepto, con una madre despavorida que veía como su hijo se iba apagando de a poco.

Con el tiempo, quizás meses, las cosas no cambiaron, pero se apaciguaron, la madre de Baek confió en un viejo curandero y siguió su instinto maternal sólo para salvar a su pequeño (quizás no tan pequeño) hijo, a quien había tenido que criarlo solo. Confío en las yerbas e infusiones, que si bien disminuyeron el dolor, nauseas y vómitos de Baek, no pudo ayudarlo en el infierno en que había caído y del cual ya era prácticamente imposible sacarlo. Ante sus ojos pudo percibir como el mundo lo aisló y como su hijo también aisló al mundo.

-Creo que mejor gracias –Dijo mientras pasaba una de sus manos tratando de sacar el sudor perlado de su frente.

-Qué bien hijo –Le dijo sonriendo- Sólo anímate ¿sí? Mañana, ya sabes, piensa: ''Es mi último primer día de clases'' –Dijo y Baek sólo se limitó a sonreír, sonreír para que no supiera que no quería mover su maldito cuerpo de esa cama, no quería nada, que nadie lo viera, que nadie lo tocara, que nadie le dijera ''Baek ¿Ya estás vomitando de nuevo? ¿Acaso eres bulímico?'', de tan sólo pensarlo apretó los ojos tratando de ahuyentar esas pequeñas voces que vivían en su cabeza- ¿Hijo?

-Oh sí, claro mamá –Sonrió de nuevo, tratando de ayudar un poco a la situación, después de todo, quien había sido arrastrada a ese maldito infierno en el cual vivía él, era ella, su madre, que a la vez era también su padre.

-Bien, buenas noches, que descanses –Y vio su cuerpo levantarse de la cama desapareciendo detrás del umbral de la puerta y chillido de ésta cerrándose, Baek suspiró, sabía que después de eso, su madre tenía un sesión de llanto, el cual él quisiera aliviar, pero no podía, no tenía las fuerzas ni tampoco las herramientas como para hacerlo.

Sorbeteó un poco de agua de un vaso que dejaba en su mesa de noche y acomodó el cuerpo en la cama, entre medio de las sábanas blancas, suspiró una tres veces, no quería que fuera mañana, acomodó la cabeza en la almohada y concilió el sueño, que aunque no quisiera, desaparecería entre pesadillas a media noche.

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