-¿Mamá puedo casarme con mi Vitamina cuando sea grande? –Dijo mientras zamarreaba al niño más alto que él su lado al cual le había apodado ese nombre tan raro y vio a su mamá reír a carcajadas- ¡Mamá no te rías! Seremos muy felices, ¿verdad? –Dijo mirando al niño nuevamente quien sonreía de oreja a oreja- Ya sabes mamá, es como tú y papá.
-Está bien –Dijo en carcajadas la mamá.
-Escuchaste eso Vitamina –Dijo casi chillando, mientras el otro saltaba a su lado enérgicamente- Seremos muy feliz –Y con eso desapareció de la vista de su madre, mientras se dirigía de nuevo a los juegos con su futuro esposo.
Baek despertó con sudor en la frente, colándose por sus mejillas hasta la mandíbula que delataba su delgadez absoluta. Parpadeó un par de veces antes de despertar y se incorporó en la cama, el corazón le latía con rapidez, hace mucho que no dormía tan bien y hace mucho más que en vez de tener pesadillas, tenía un sueño.
Miro el reloj de la mesa noche y daban las 13.00 p.m, abrió los ojos como platos, el último recuerdo que tiene son las fuertes arcadas en el baño, Chanyeol afirmando su pelo y acariciando la espalda, calmándolo.
-Veo que despertaste –La voz de su mamá lo sacó de sus pensamientos y la miro sorprendida, ella debería estar en su trabajo y él, lógicamente en el colegio- Dormiste mucho, ¿estás bien? ¿Te sientes mejor? Que susto me has dado.
-Yo-yo, sí, pero... –Balbuceo- ¿Cómo es que llegue aquí?
-Me llamaron del colegio, estabas en la enfermería –Hizo una pausa- Te desmayaste. Cariño creo que deberías ir al médico, necesito que comas, que hagas algo, yo –Rompió a llorar, pero sabría que eso no calmaría las cosas, sino todo lo contrario- Necesitamos un médico –Baek sólo asintió, estaba muy sumido en sus pensamientos como para llevarle la contra a su madre, menos en cuando ella estaba así.
El resto del día estuvo en cama, tirado, mirando la televisión, hasta que llego la noche, tomo una ducha como de costumbre. En su cabeza sólo rondaba el sueño que había tenido, cómo tratar a Chanyeol mañana, el llanto de su madre y la posible visita al médico y los exámenes que requerirían al paso, hasta que extrañamente su estómago rugió de hambre, extrañado se levanto a la cocina, tomando un vaso de leche y unos panecillos dulce que su madre usualmente comía.
En silencio se dirigió a la habitación y luego de unas mascadas y tragos, consumió todo y concilió el sueño, extrañamente.
-Mamá, ¿vendrás a nuestra boda verdad? –Baek revoloteaba alrededor de las piernas de su madre- ¿Vendrás, vendrás, vendrás? ¡Di que sí, di que sí!
-Hijo, si te casas con él no podrás tener hijos –Río mientras veía a su pequeño quien hacía un puchero- De todos modos iré, no me lo perdería por nada –Con esto Baek aplaudía con felicidad dando saltos alrededor de ella, luego de darle un sonoro beso en la mejilla.
La alarma sonó está vez mucho más fuerte de lo usual, tanto así como para que Chanyeol pegará un salto, cayendo cama abajo. No había podido conciliar el sueño sino hasta un par de horas antes, quizás una o dos horas. Con el cuerpo lacio y más estúpido de lo usual, caminó hacia el baño de su habitación y prefirió una ducha con agua helada, no quería quedarse dormido en clases.
Bajo al comedor donde su madre estaba sentada desayunando al lado de su hermana mayor y sonrío cómo siempre, sentándose en la amplia mesa. Vio el pocillo de frutas, el jugo de naranja y las tostadas encima de la mesa. Con ayuda del tenedor pico uno o dos trozos de frutas que se llevó a la boca, mientras escarbaba con el mismo tenedor el pocillo, por su mente pasaba la cara de Baek pálida y sus labios morados, las arcadas y el sonido de su espalda chocando con la vieja pared de azulejos del baño. Se preguntaba si podría algún día será su amigo, si tomaba desayuno por las mañanas sin terminar con la cabeza hundida en el inodoro o si podía dormir en la noche, todo eso lo estaba impactando emocionalmente, casi al borde llorar.
-Yeol, Yeollie –Su madre lo llamaba, mientras el sólo estaba consumido en sus pensamientos, incluso más distraído de lo normal- ¡Yeol! –Chanyeol saltó de su asiento casi sin aliento y puso una de sus manos en el corazón para saber si este seguían latiendo aún.
-Lo siento –Dijo mirándola a los ojos- Sólo estoy distraído.
-Como decía, quiero que el sábado estés acá –Chanyeol sólo asintió, no pregunto motivos, ya que salió corriendo al mirar la hora en el reloj de la pared la cual le indicaba que estaba atrasado.
Llego casi sin aliento en la sala, entro en silencio, vio a su compañero de asiento distraído mirando los árboles por la ventana y trago en seco para poder acercarse lentamente.
Baekhyun por su lado estaba completamente sumido en sus pensamientos, había tenido una bueno noche, sin arcadas y por primera vez en mucho tiempo había dormido de corrido, sin ninguna pesadilla, en su mente estaban los sueños, que raramente tenían secuencia. Cuando sintió el chillido de la silla a su lado, abrió los ojos como plato y sintió una puntada en el estómago muy distinta a las anteriores, tuvo que respirar varias veces hasta que decidió voltear…
-¡Chanyeol!
-¡Baekhyun!
Gritaron y giraron al mismo tiempo quedando a sólo unos centímetros de distancias, ambos parpadearon, pero ninguno se alejó lo suficiente para cortar la electricidad que las dos miradas formaban.
-Bien, ¡Funciones! Por favor todos abran sus libros en la página 11 –La voz del profesor lo hizo saltar del susto y ambos rápidamente cogieron sus libros, para dejar de nuevo el silencio entre ambos como un nuevo amigo.
El resto del día estuvo así, silenciosos, Chanyeol refregaba sus manos nerviosas esperando a que Baek no tuviera una nueva crisis, por su parte Baek sólo quería salir de la sala, el olor de Chanyeol y sus tics nerviosos le harían colapsar.
Pero no todo podía ser perfecto para Baekhyun, sabía inconscientemente que las cosas no cambiarían de un día para otro y que el infierno no se volvía cielo luego de haber apagado su fuego. En la silla se retorció del dolor de estómago, se maldijo por el bocadillo nocturno y sin esperar demasiado, sólo tomó su chaqueta y corrió al baño, donde tarde o temprano terminaba siempre.
Abrió con desesperación la puerta del baño, cuando sintió que una mano cálida le afirmaba la cintura impidiéndole el paso.
-¡Ya! Déjame, lo necesito –Dijo casi con los ojos llorando- ¡Déjame!
-Oh claro no –Sintió un escalofrío al sentir la voz de Chanyeol en la nuca, mientras lo apretaba más fuerte a su cuerpo- Siéntate –Dijo Chanyeol poniendo las manos en los hombros de Baekhyun empujándolo levemente hacia abajo, mientras la espalda se deslizaba por los azulejos del baño aún haciendo el movimiento involuntario de las arcadas- Bien, respiremos lento –Habla Chanyeol mientras se arrodillaba para quedar a la altura de la cara de Baek- A la cuenta de tres inhala… Uno, dos, tres –Vio como un obediente Baek respiraba sin poner objeción y por un momento Chanyeol pensó que la sonrisa se le saldría de la cara- Bien, retiene el aire, ahora a la cuenta de tres exhalarás, bien… uno, dos, tres –Y exhalaron juntos- Bien lo haremos otras vez ¿sí? –Baek asintió con la cabeza y así fue como siguieron hasta que los mareos y ganas de vomitar de Baek desaparecieron.
Baek estaba sonriendo por primera vez hace muchos años, estaba sonriendo apoyado en el hombro de Chanyeol, quien tenía la mirada fija en la pared contraría, suspiro bajito y pensó que quizás conocer a Yeol no era tan mala idea.
-Vamos, quiero tomar un té –Dijo con la voz temblorosa mientras Chanyeol lo miro sorprendido, pero luegole sonríe de oreja a oreja.
Cuando ambos se levantaron, Baek pudo darse cuenta de que Chanyeol había cargado su pesada mochila y la de él hasta ahí, además de sus chaquetas y otras pertenecías.
-Gracias –Dijo Baek para luego bajar la cabeza, pero Chanyeol no le respondió nada, sólo beso su frente, dejando sin respiración a Baek. El más alto entrelazo su mano con la del más bajo y caminaron juntos al casino.
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Save me. (Baekyeol / Chanbaek)
FanfictionByun Baekhyun es un joven más bajo que el promedio, naturalmente odiado por la vida y denigrado por sus ''cercanos'', está hundido en una especie de cueva que parece ser el infierno, sin posibilidad de salir, pero lo que él no sabe es que siempre...