Akai Ito 2/2

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Cerró la puerta de su habitación con fuerza una vez que estuvo adentro, tratando de contener la emoción que lo invadía en ese momento.

¡Usagi estaba enamorado de él!

Hace tan solo unos minutos lo acababa de confirmar y no sabía cómo proceder con aquella situación. Sus hilos estaban unidos, siempre lo supo, pero hasta hace unos meses Usami había estado enamorado de su hermano, y cuando notó el pequeño retoño florecer como un nuevo sentimiento de Usagi, no quiso darle importancia, no quería ilusionarse, ¡pero sí estaba bien ilusionarse!

Esa tarde había regresado de la universidad, y encontró a Usami preparándose una taza de café en la cocina y al verlo llegar este le ofreció amablemente una taza también, cosas inusuales en el escritor, no quiso ponerle mucha atención pero al verlo directo a los ojos fue ahí cuando lo notó; el retoño que había notado florecer hacía una semanas dentro de él, al fin tenía una forma clara que podía distinguir, era amor, un cálido sentimiento romántico se había formado en su corazón, y era dirigido a nada más y nada menos que hacia su persona, lo supo por la forma en la que su hilo rojo brilló, el hilo resplandecía cuando el amor era correspondido por ambas partes de la pareja destinada, y solo lo había presenciado una vez cuando era más joven, y ahora lo estaba viviendo en carne propia.

Se quedó completamente perdido en sus pensamientos por mucho tiempo al realizar en todo aquel suceso, y solo pudo bajar de su ensoñación al escuchar la voz preocupada de Usami llamarlo. No pudo decir nada, solo rechazó el café de inmediato y se fue a encerrar en su habitación sin más nada que decir por el impacto.

Y se tiró en su cama, a rodar como un tronco emocionado.

¿Qué se suponía que hiciera ahora? No es como si pudiera llegar y decirle que sabía que estaba enamorado de él, es decir, el escritor nunca había dado ninguna señal de que así fuera, lo trataba como siempre había hecho desde que era pequeño, lo trataba como un hermano menor nada más, y no sabía qué hacer. 

Estúpidas jugadas del destino.

Abrazó su almohada con fuerza, estaba muy feliz. Luego de casi 10 de estar enamorado de Usagi, al fin era correspondido. Pero ¿en qué momento el otro comenzó a sentirse de la misma forma? Es decir, lo había notado cuando percibió el sentimiento nacer en el interior del otro, pero en esas semanas bajo ninguna situación exteriorizó esos sentimientos. Bueno, se le notaba más feliz, y eso lo alegraba, dejó de pensar en Takahiro hacía un tiempo atrás y el escritor se había mantenido en una estabilidad personal por varios meses, y luego vino el retoño.

Le reconfortaba que hubiera olvidado a Takahiro mucho antes de aquello. Amaba a Usagi, pero no quería ser el reemplazo de su hermano, no quería ser el clavo que saca otro clavo en el corazón del escritor, si se ganaba su corazón quería que fuera de forma auténtica y sin presiones. Y así era. Y no podía sentirse más feliz por aquello.

Tal vez era momento de, al fin, confesarle sus sentimientos. No había tenido el valor para decirlo antes, no porque tuviera miedo de su posible rechazo (que por supuesto sí lo tenía) pero apreciaba realmente la dinámica que llevaban en su relación, amaba vivir junto a él y pasar tiempo con él; sabía que si algo salía mal con esa confesión todo podía volverse incómodo entre los dos, es decir, ellos siempre habían estado juntos y quería permanecer así a toda costa, incluso si aquello significa esconder su amor hacia el mayor.

Pero ahora que sabía que era correspondido no había porqué esconderlo, de hecho, ya no quería esconderlo, quería decirle en ese momento que lo amaba y que llevaba enamorado de él desde que era niño, quería abrazarlo y darle todo el amor que siempre quiso darle. Se puso de pie sin pensar más, si lo pensaba por otro rato comenzaría a armarse teorías y conspiraciones en su cabeza de porqué era una mala idea confesarse, así que salió de la habitación sin nada más en mente. Cuando llegó al estudio del mayor dio unos leves golpes a la puerta antes de entrar, pasaron unos segundos y no escuchó respuesta, abrió la puerta y encontró algo que en el fondo ya esperaba. En el sofá de la habitación se encontraba Usami dormido, usando a Suzuki-san como almohada, era una escena común para él hallarlo de esa forma, sonrió levemente al verlo y lo cubrió con una manta que siempre tenía cerca para esas situaciones. Y salió del cuarto sin hacer ruido, mientras que su editora no lo llamara para presionarlo, podía dejarlo dormir un poco más.

Koi No YokanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora