T O X I C 2/2

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— ¿Te gustaría darme una oportunidad? — Tuvo miedo de hacer esa pregunta, Misaki acababa de salir de una dura relación y tal vez lo que menos necesitaba en ese momento era una pareja romántica. Pero quería apoyarlo en atravesar esa ruptura, quería ayudarlo a olvidar a Ijuuin, pero más que nada, quería convertirse en la persona más importante para Misaki, así como Misaki lo era todo para él...

— A-aún estoy un poco confundido, y es probable que me sea difícil superarlo... — Misaki agachó la mirada. — ¿A pesar de eso quieres intentarlo? — El castaño se encontraba sonrojado, apenado y alternando su mirada entre sus ojos violetas y el suelo.

— Esperaría toda la vida Misaki, hasta el día en que te enamores de mí... — Dicho eso dejó un corto beso en la coronilla del castaño, quien soltó una pequeña risa.

— Eres muy cursi ¿Lo sabías? — El menor se escondió de nueva cuenta en el cuello del escritor, sin borrar una pequeña sonrisa de su rostro, que le fue contagiada al escritor.

— Es mi trabajo ser cursi. Novelista ¿Recuerdas? — Misaki soltó otra risilla. Usami sintió como si el alma le volviera al cuerpo al escuchar aquella sincera risa de su pequeño, esa que tanta falta les hacía a ambos. Lo abrazó por la cintura, recostándose y acomodándose un poco en el sofá donde se encontraban, acurrucados dulcemente junto al gran oso de felpa de Usami.

— Gracias... — Fue lo último que susurró Misaki antes de caer dormido en los cálidos brazos del otro. Usami acarició con suavidad los cabellos castaños del menor, sentía su acompasada respiración chocar contra su cuerpo, Misaki había caído completamente dormido entre sus brazos, se le veía profundamente dormido, no podía imaginar el cansancio con el que cargaba desde que las cosas con Ijuuin se habían comenzado a complicar, estaba seguro que no podía sentirse tranquilo con todo aquello. Por lo que, verlo tan relajado entre sus brazos, lo alegraba inmensamente, esa debía ser la primera vez en todos esos meses que podía descansar auténticamente. 

Lo observó detenidamente por unos minutos más hasta que decidió que lo mejor era llevarlo a la cama antes de que cogiera un resfriado, en algún momento del tiempo que pasó admirándolo, había anochecido. Lo tomó entre sus brazos y lo cargó escaleras arriba, estuvo a punto de llevarlo hasta su propia habitación para que durmiera, pero pensó que tal vez el otro se sentiría incómodo y optó por llevarlo a la habitación para invitados en su lugar. Retiró el suéter que llevaba Misaki, dejándolo simplemente con su camisa y los pantalones que llevaba, lo cubrió con una manta delgada. Y se sentó a la orilla de la cama, pensando. Misaki había decidido darse una oportunidad, luego de tantos años, al fin tenía una chance de enamorar al menor. 

En todo ese rato la cara de Ijuuin no se le había cruzado por el pensamiento, pero en ese instante era imposible no pensar en él, su pequeño había atravesado por una de las peores situaciones que te pueden ocurrir en tu juventud y era todo por su culpa, estaba que podía asesinarlo si se le atravesaba, pero la prioridad en esos momentos era estar para Misaki. Se calmó un poco y salió de la habitación, debía llamar a Takahiro y decirle que Misaki se quedaría a dormir ahí esa noche, ya era tarde y debía estar preocupado por el menor. El teléfono no timbró ni dos veces cuando Takahiro atendió.

— Hola ¿Usagi?

— Takahiro, llamaba para decirte que Misaki está aquí conmigo. — Escuchó el suspiro de Takahiro al otro lado del teléfono.

— Qué bueno, se hacía tarde y me preguntaba porqué no había llamado. — El mayor de los Takahashi realmente se preocupaba por Misaki, adoraba la relación que tenían los dos hermanos. 

— Sí, vino luego de que terminaran sus clases. Ahora está durmiendo. — Comentó viendo por la rendija de la habitación, asegurándose que el ojiverde seguía dormido.

Koi No YokanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora