5- Campeonato Mundial de Quidditch

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Todos fueron a sus carpas para prepararse. Mientras Nicholas y los chicos se ponían sus chaquetas, Adrian dijo:

-Lleven dinero, ¡habrá vendedores con cosas geniales!

Cuando el sol ya hubo bajado, los chicos salieron de su carpa, con los bolsillos llenos de todos sus ahorros, listos para presenciar el mejor partido de su vida. Las chicas ya estaban listas fuera de su carpa, y parecían igual de emocionadas.

De pronto, se encendieron unas luces en el bosque que tenían cerca, luces que formaban un camino. La gente gritó con emoción y poco a poco todos los magos y brujas comenzaron a caminar hacia el bosque. Nicholas y los chicos los siguieron emocionados, al tiempo que millones de vendedores pasaban a su lado vendiendo distinta mercancía en apoyo a Irlanda y a Bulgaria. Nicholas y Adrian se detuvieron a comprar unos gorros con los trevoles de Irlanda y unas escarapelas, al tiempo que Mike llegaba con una escarapela y una miniatura de un jugador.

-¿Quién es él?-preguntó Nicholas, al tiempo que reanudaban la marcha.

-¿Que quién es él?-repitió Adrian, como si no pudiera creer lo que acababa de escuchar-¡el chico del que te hablé! ¡Viktor Krum!

Nicholas no pudo evitar sentirse un poco estúpido.

Siguieron caminando por 20 minutos más, que se sintieron como horas. La emoción, los gritos, los cantos que los rodeaban hacían que la sonrisa no se pudiera eliminar de la cara de ninguno de ellos. Incluso Riley, que por lo que Nicholas sabía no le gustaba el Quidditch, parecía una completa fan, con su escarapela de Irlanda y su sonrisa. Nicholas no fue capaz de apartar la vista de ella, por alguna razón. Tenía una linda sonrisa. Sacudió la cabeza y volvió al presente, al tiempo que Ava y Melissa se acercaban a ellos junto a Zoe, que entre esa gran multitud parecía aún más pequeña y tímida, y les entregaban unas cosas que parecían unos pequeños telescopios, llenos de ruedas y botones al rededor.

-¡Tomen chicos!-exclamó Ava por sobre todo el ruido, pasándoles uno a cada uno-¡son Omniculares! ¡Con ellos podrán disfrutar más el juego!

Todos agradecieron y emocionado examinaron sus capacidades. Con ellos podían desde retroceder una partida hasta que esta fuera completamente explicada. Nicholas no se perdería ninguna jugada con esas cosas.

Y de pronto, los arboles se abrieron para dar paso a un enorme y brillante estadio, de un impresionante color dorado. Nicholas abrió los ojos impresionado, nunca había visto algo tan grande en su vida.

Junto a los García, los Dunn y Ava, Nicholas entró al recinto, sin poder creer su tamaño. Debía lo suficientemente grande para que dentro de el cupieran por lo menos 20 estadios normales. Había una gran cantidad de asientos que ascendían hasta una altura de vértigo.

Nicholas levantó la vista impresionado. Sus ojos no alcanzaban a ver la altura.

-Vamos chicos, estamos hasta arriba-dijo Ava, más emocionada a cada segundo. Parecía una niña pequeña.

Después de 50 escalones, realmente no podían más. Nicholas sentía que sus pulmones explotarían. Hasta que por fin llegaron al que parecía el contenedor final, que contaba con asientos de color dorado.

-Estamos en el Salón principal. Cortesía de Barty-explicó Ava, al tiempo que entraban, encontraban sus asientos y se sentaban.

El contenedor todavía estaba vacío, pero Nicholas pensó que debía ser muy exclusivo, debido a que en él habían muy pocos asientos en comparación a los demás del estadio. Pudo ver lo alto que estaban al notar que se encontraban justo en el medio entre los 6 postes, 3 a cada lado del estadio, que sabía que debían estar a 50 metros de altura. Aunque no se parecía en nada al estadio en el estaba acostumbrado a jugar, el de Hogwarts, pensó que sería un sueño poder jugar ahí algún día. Frente a ellos, una gran pantalla, que anunciaba con letras que parecían escribirse a mano, el "Finos productos de limpieza de Mme. Glossy", para luego borrarse y que apareciera otro anuncio.

Nicholas Riggs y el Cáliz de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora