12- Durmstrang y Beuxbatons

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Septiembre pasó con la misma rapidez con la que comenzó Octubre. Nicholas, en medio de prácticas de Quidditch, que ahora eran mil veces más divertidas con Riley a su lado, que era una jugadora increíble, en medio de clases y deberes, que por una razón desconocida había logrado llevar al día y en medio de las conversaciones de todas las semanas con Dumbledore, que ya habían aumentado a tres por semana, ni siquiera notó cuando Septiembre y Octubre se fueron volando. Sin darse cuenta, ya estaban en la última semana de Octubre, y el colegio se había empezado a preparar para la llegada de los invitados de los demás colegios. Nicholas estaba igual de emocionado que todos los demás por conocer a los extranjeros, y desconcentrado en clases de Historia de la Magia, se preguntaba constantemente quienes podrían ser los que se presentaran como campeones de Hogwarts.

-¿Quién elegirá a los campeones?-preguntó Nicholas, la mañana del viernes de la última semana de Octubre. Ese día llegarían los competidores de los demás colegios.

Hogwarts se había preparado de una manera que Nicholas no había visto nunca. Las estatuas y las armaduras brillaban ahora gracias a la limpieza del señor Filch, los cuadros también parecían relucir, aunque sus habitantes no parecían muy felices, y los profesores, todos excepto Dumbledore que parecía muy tranquilo, estaban histéricos por lo que los estudiantes de los demás colegios podrían pensar de ellos.

-¡Espero que cuando lleguen los de Durmstrang no comas de esa manera, Longbottom!-exclamaba McGonagall en ese mismo minuto, en un punto más alejado de la mesa de Gryffindor.

-No lo sé-respondió Adrian, que estaba de mal humor como toda esa semana. Nicholas ya había aprendido a ignorarlo, pero la verdad era que extrañaba a su mejor amigo.

-Dumbledore dijo que sería un juez imparcial-respondió Emily-escuché a Mike diciendo que ya verá como sobornarlo para que lo deje entrar. Por primera vez Matt no parecía tan enojado.

-Fue porque Mike le prometió que si entra y gana le dará la mitad de las ganancias-respondió Riley, por detrás de su libro de Runas, una copia más nueva y no rayada que la que tenía Nicholas, que había pertenecido a Dumbledore.

-Me encantaría entrar-dijo Adrian, con voz soñadora. Así como así, el mal humor lo había abandonado. Nicholas se preocupaba de disfrutar esos escasos momentos-¿te gustaría a ti, Nick?

-Bueno... no lo sé, creo que Dumbledore se enojaría mucho conmigo si lo hiciera...-contestó Nicholas, pensativo, mirando al director que reía junto a la profesora McGonagall-pero no sé, claro que me gustaría entrar. Ganas eso y tienes la gloria eterna, ¿no es así?

En ese momento, la campana sonó, indicando que era hora de entrar a clases.

Cuando los chicos volvieron al Gran Comedor, a la hora del almuerzo ese día, Nicholas y Emily conversaban animadamente del cambio de forma que le habían hecho a esa tortuga en la clase de Transformaciones. Nicholas estaba especialmente feliz, cuando McGonagall les había dado sus notas en los ensayos que habían entregado la semana anterior, Nicholas había obtenido una E de Extraordinario. Ahora que se estaban acercando a quinto año, los profesores habían comenzado usando las notas de los TIMOs.

-¿Cuales son entonces?-preguntó Riley, uniéndose a la conversación. Adrian estaba atrás, enojado por la nota que había obtenido.

-Los aprobados son Extraordinario, Supera las Expectativas y Aceptable...-enumeró Nicholas, contando con los dedos.

-Y los reprobados son Insatisfactorio, Desastroso y Troll-terminó Emily.

-¿Troll?-repitió Nicholas-¿existe Troll?

-Bueno no todos somos unos genios como tú, Nicholas-dijo Adrian de pronto, pasando junto a él y golpeándolo con fuerza en el hombro. Nicholas se detuvo confundido.

Nicholas Riggs y el Cáliz de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora