3.1

1.3K 87 3
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Nuevamente abro los ojos, pero esta vez no quiero golpearme en la cabeza ni siento a un koala apretando mi cuerpo. Estoy en mi pequeña habitación, en mi pequeño departamento en Brooklyn.

Me estiro lo más que mi minicama me deja. Mi habitación está bien, claro, no es como la que tengo en Perú. No tengo baño propio ni tocador con maquillaje, tampoco tengo vista al mar, ni una cama de dos plazas, pero está bien. Aunque es pequeña, tengo todo lo que necesito: Una cama de una plaza, una cómoda para mi ropa y una ventana circular. Me pongo de pie y abro mi maleta sacando la ropa para poder acomodarla en la cómoda.

El departamento también está bien. El baño compartido es bastante grande y tiene una tina, lo cual agradecía a todos los cielos. La cocina-sala podrían caber en mi habitación en Perú, pero es color blanco y me encanta el blanco. Los pisos son de madera clara y hay una chimenea muy bonita en una pared. Santi apenas ha decorado, solo tiene un sillón cama plomo frente a la chimenea, una televisión encima de esta y una mesa de café con un cenicero. No comedor, ni mesón, ni siquiera una lámpara, pero el lugar es acogedor y creo que podré vivir aquí por unos meses, si es que logro convivir con el olor a quemado que se está colando desde afuera.

- ¡Santi! - grito, tratando de llamar su atención.

El departamento es tan pequeño que la puerta de mi habitación queda directamente frente a la cocina. En realidad mi habitación se supone que es una especie de desván para cosas sin uso, por eso lo de "habitación y media". Obviamente yo tenía la media.

- ¡Huele a quemado! - vuelvo a gritar.

- ¡Ya sé! - me grita de vuelta Santi.

- ¡No es momento para tus rituales de agua de calzón! - escucho una maldición por su parte y trato de reír no muy fuerte. Luego, un grito que me hace ponerme de pie y salir rápido.

Solo llevo puesto un short negro de pijama y mi camiseta del día anterior, probablemente aún tengo restos de maquillaje y el cabello alborotado, pero con Santi no me importa.

- ¿Qué pasó? - le pregunto apenas lo veo.

- Me quemé con la sartén - me dice y se mete un dedo en la boca.

- ¡Gritas como niña, tarado! - le digo y me siento en el sillón-sofá de la sala.

- ¿A qué hora llegaste? No te vi - me encojo de hombros y agarro el control del televisor.

- Muy tarde o muy temprano - hago zapping en la tele -, no me crucé con tu pelirroja, pero los pude escuchar - hago una mueca de asco, Santi se rie.

- Creía que no te gustaban los gringos - dice, volviendo a hacer sus cosas en la cocina.

- Y no me gustan.

- No, si, Caro, se nota que no te gustan.

- ¡Basta! - me rio - Déjalo ser, ya fue, no va a volver a pasar.

- Uy si.

- ¡Enserio!

- Ya ya.

Santi se acerca con dos platos, se sienta al costado mío y me alcanza uno.

- Pancakes quemados, disfrútalos - me dice y yo me rio.

- ¿Y el syrup?

- Solo alcanzó para eso, traga, mierda.

Me vuelvo a reír y hago una nota mental de comprar syrup más tarde.

- ¿Hoy no tenías tu charla o algo así?

- Más tarde - Santi asiente - ¿Y tú a qué hora entras?

- A las tres, pero voy a ir a la una para que me den almuerzo.

Santi trabaja de mozo en un restaurante bastante pijo. No gana mucho, pero las propinas lo compensan y el hecho de que siempre le dan de comer es una buena excusa para no renunciar.

- Gracias - le digo, dejando mi plato en el fregadero -, hoy te toca lavar a ti.

- ¡Yo preparé el desayuno! - me grita antes de que pueda entrar a mi habitación.

- Y ya te agradecí por ello - le guiño un ojo y me río.


________

yasé que no he publicado hace tiempo :v pero la vdd esq no tengo mucho tiempo y me distraigo mucho :( igual acá va un nuevo capitulo je :D :D :D

run  |  «Luke Hemmings fanfic»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora