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La 7ma Escuela del Arte está más lejos de lo que esperaba.

A pesar de que salí con tiempo, perdí el subte y tuve que correr para alcanzar el siguiente. Encima, un niño sentado a mi lado tiró su puto cochecito al piso y, como soy una samaritana, lo recogí y me embarré la mano de aceite. Si fuera supersticiosa, diría que es una mala idea ir. Felizmente que no lo soy. Felizmente.

Camino las últimas cuadras hasta llegar a la puerta de la condenada escuela y me tomo un par de respiraciones antes de ingresar. Me limpié la mano con un par de toallas húmedas que llevaba en el bolso (siempre precavida, nunca imprecavida), pero aún así mis uñas estaban negras.

- Hola - saludo en la recepción, quitándome los audífonos -, soy Carolina Agos y vengo para la charla de iniciación del curso de guión.

La recepcionista me sonríe y me pide una identificación, saco mi pasaporte y mi ficha de inscripción.

- Busca tu nombre y firma aquí, por favor - me dice, entregándome una hoja y hago lo que me pide -. Toma esto y ve al final del pasillo a las puertas rojas que dicen auditorio, va a empezar en unos minutos.

Me entrega un fotocheck con mi nombre y me señala hacia un pasillo.

- Gracias.

Cuelgo el fotocheck de mi cuello y me aproximo hacia el largo pasillo, mirando de lado a lado las paredes llenas de cuadros de cine y posters de películas emblemáticas. Llego a las puertas rojas y las abro de un tiro.

Inmediatamente cientos de pares de ojos se fijan en mi y quiero desaparecer. La charla aún no ha empezado, pero el auditorio está a oscuras y solo el escenario está iluminado, por lo que al abrir las puertas dejé entrar una gran cantidad de luz del exterior.

Bajo la cabeza y me muevo hacia un lado, encontrando en la misma fila tres espacios vacíos. El auditorio era tipo coliseo, es decir, entrabas desde arriba y el escenario estaba en la parte de abajo. Normalmente hubiera bajado las escaleras para sentarme en la parte media, pero con toda la atención no requerida que ya tenía en ese momento no iba a ponerme especial.

Me hundo en mi asiento, tratando de no incomodar al chico que está a mi lado y saco mi celular del bolsillo para escribirle a Santi.

Mátame ahora. Llegué casi tarde y todo el mundo se me quedó viendo

Probablemente ya está en el trabajo, pero contarle mis penas a alguien más me hace sentir bien.

Casi un instante después las puertas vuelven a abrirse y un tipo vestido todo de negro con capucha y lentes de sol oscuros aparece. Inmediatamente todo volteamos a verlo y él parece tan incómodo como yo lo estuve de ser el centro de atención. Me rio levemente y vuelvo mi atención hacia mi celular, donde doy scroll a mi Instagram.

El tipo de negro se sienta en mi fila, dejando un asiento vacío entre nosotros y siento que se saca los lentes de sol. ¿Quién usa lentes de sol en un clima tan nublado? Gringos.

La charla empieza, el presentador es un tipo cuarentón con caquis y camisa azul que habla maravillas de la escuela, su plan curricular y sus profesores. Me doy cuenta que en ese auditorio están todos los presentes de las carreras regulares, además de los cursos de extensión como el mío.

Cuando llega el break casi corro fuera del auditorio. Me estaba meando.

El baño es tan bonito como la recepción, todo rojo, prácticamente sacado de La Naranja Mecánica. Un par de chicas entran cuando estoy lavando las manos y cuchichean entre ellas. Una de pelo negro con mechas blancas se para al costado mío a esperar que sus amigas salgan de los cubículos.

- Permiso - le digo mientras trato de agarrar una toalla de papel, ella me sonríe y se hace a un lado.

- ¿Estás en la charla? - me pregunta, yo asiento con la cabeza.

- Soy del curso de guión - ella aplaude y sonríe. Freak.

- Yo estoy en la carrera de Film, pero llevaremos guión con los del curso - su entonación dulce y su excesivo entusiasmo casi me dan ganas de vomitar.

Me recuerdan a una Caro del pasado, muy pasado.

- Qué bueno - le sonrío, tratando de no sonar tan cínica. Me doy la vuelta y tiro el papel en la basura -, nos vemos luego - me despido y ella hace lo mismo.

Salgo por la puerta del baño y me choco con otra persona.

- Perdón - murmuro y levanto la mirada hacia unos familiares ojos celestes, inmediatamente siento un deja vú.

Oh, mierda ¿Porqué? ¿Porqué? Como si el aceite en la mano no hubiera sido suficiente. 


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BOOOM, el rubio de ojos celestes está en todos lados we :p

run  |  «Luke Hemmings fanfic»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora