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- Yo te conozco ¿Verdad? - me dice el celeste.

Putamadre ¿En serio? Es por esto que no debí ir a ese puto bar. Maldito Santiago, todo es su culpa.

- Creo que si... - trato de darle mi mejor sonrisa incómoda y miro hacia otro lado.

- Eres la amiga de Ashton.

Bien, al menos ahora sé el nombre del gringo que me tiré anoche.

- Luke ¿Cierto? - le pregunto.

- Si, Caro ¿Cierto?

- Mmmj - frunzo los labios hacia dentro en una línea y miro a otro lado -, tengo que volver.

Lo rodeo y doy un par de pasos hacia adelante, luego volteo mi cabeza hacia él, tal como lo hice en su departamento, su poker face sigue intacta.

- Un gusto verte - le digo, con mi mejor acento americano.

No espero su respuesta y entro al auditorio. Cuando estoy sentada me rio de mi misma, esa mirada de costado y el "un gusto..." es una especie de filtreo que aprendí hace mucho tiempo.

No soy exactamente una perra. O, bueno, al menos no me considero una perra... La mayor parte del tiempo. No tengo odio o rencor hacia la personas, ni me la vivo de compras todo el día o mirándome al espejo. No deseo quitarle el novio a nadie (al menos no la mayor parte del tiempo) ni coqueteo con personas comprometidas. La verdad de las cosas es que no encuentro formas de conectar con la gente a largo plazo, no formas saludables al menos.

Me gusta divertirme, me gusta dormir con chicos cuyos rostros no me pueda acordar y me gusta la libertad que eso me permite. Me gusta no tener que rendirle cuentas a nadie y despertar solo preocupándome por mi misma.

Puedo achacarlo a mis problemas emocionales, a mi depresión o a mis múltiples adicciones. Demonios, puedo achacarlo a mis familia descompuesta, a mi infancia difícil o a mi adolescencia perdida. Pero la única cosa que es cierta es que soy así.

Mi psicóloga dice que le tengo miedo al compromiso, yo digo que estoy protegiendo al mundo entero de mis demonios internos. Soy un desastre de magnitudes desproporciónales y son pocas las personas que se han quedado a mi lado después de verme caer y levantarme miles de veces, una de ellas es Santi.

El chico de casaca negra toma su sitio a un espacio mío, casi en el momento en el que las luces del auditorio se apagan. Esta vez me permito a mi misma mirarlo de reojo y casi me caigo hacia un costado cuando lo hago.

¿Enserio? ¿Luke? ¿Enserio?

Él nota mi mirada y me sonríe, tiene el cabello peinado hacia un lado y barba de un día. Mierda, es churro.

- Hola - me dice y yo me muerdo el labio inferior.

- Hola - le respondo con media sonrisa, vuelvo mi vista hacia el frente.

- Ashton preguntó por ti en la mañana.

Mi sonrisa se cae y un nudo se forma en mi estómago. ¿En serio, dude? ¿En serio me estás preguntando por el tipo que me tiré anoche? No creo que seas tan idiota como para no darte cuenta de que fue un one night stand.

- Tenía que regresar a casa rápido - digo sin mirarlo. Él suelta una risa.

- Si, eso le dije, pero creo que él también tuvo una gran impresión tuya.

Volteo a verlo con mirada incrédula, ya no tiene la poker face. Su voz tiene ese matiz suave y sus ojos me miran fijamente ¿En serio está filtreando conmigo? ¿Con la chica que su amigo se tiro la noche anterior? ¿No existe una especie de código de hombres o algo así?

- Tendrá que vivir del recuerdo - murmuro, al tiempo que el presentador sale al escenario y comienza la segunda parte de la charla.

Casi no presto atención a lo que el hombre dice y tengo que reacomodarme en mi asiento más de una vez. Estoy demasiado consciente de la presencia de Luke a mi lado. Siento cuando se mueve, cuando mira su celular y cuando se acomoda el cabello. Intento mantener mi mirada fija hacia adelante, pero noto que en más de una ocasión mis ojos se desvían hacia un lado.

Estúpida Carolina.

Casi suspiro alivio cuando el presentador da por finalizada la charla y saco mi celular para ver la hora: Las siete de la noche. Decido enviarle un mensaje a Santi.

Estoy por ir al depa ¿A qué hora terminas?

- Por favor, pasen a recoger sus folios con la información necesaria según sus cursos. Que tengan un buen fin de semana ¡Y un ciclo académico!

El auditorio aplaude y luego la gente comienza a bajar hacia el escenario donde hay una mesa con muchos folios de distintos colores. Me dirijo hacia el escenario, ignorando a Luke que viene detrás mío, y busco la pila de Guión. Tomo el folio color púrpura y comienzo a hojearlo mientras camino escaleras arriba hacia la puerta del auditorio.

Saco mis audífonos cuando estoy en el pasillo y trato de desenredarlos cuando mi celular suena, me detengo un segundo antes de salir del edificio para responderle a Santi.

A las siete ¿Me esperas?

Okur. Te veo en la parte de atrás.

Salgo a la calle aún con los cables enredados y comienzo mi camino al restaurante de Santi para esperarlo.

- ¿Necesitas un ride? - una voz detrás mío me hace voltear.

- Gracias - digo y niego con la cabeza, no necesito relacionarme más con estos dudes.

- ¿Segura? - le sonrío.

- Completamente - Luke se encoge de hombros y se acerca a una camioneta negra.

- Te veo en clases - frunzo el ceño sin entender sus palabras, pero luego veo que tiene un folio morado en sus manos.

Creo que debo mudarme de vuelta a Perú.

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SORRY IM LATE. Literal estoy escribiendo muchas cosas al mismo tiempo y (aunque tengo gran parte de esta historia escrita) me gusta darle una revisada antes de publicar algo :D Espero que les guste <3 

run  |  «Luke Hemmings fanfic»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora