Capítulo [ 1 ]

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Rebecca...

¿Alguna vez les ha gustado su mejor amigo? Para mí es moneda corriente.

Porque, ¿cómo no enamorarse de tu mejor amigo si pasás la mayor tiempo con él? O mejor dicho, ¿cómo no enamorarse de tu amigo si casi no socializas con varones? Sí, Rebecca Luziana Álvarez, se ha enamorado de cada amigo que conoce. ¿Por qué demonios los sigo llamando amigos si sé que siento algo más que eso por ellos? Sos una pelotuda, Rebecca. Sí, de otra forma no podría describirme.

Y acá estoy, en plena madrugada, abriendo la heladera sin saber qué morfarme primero. ¿El sanguche de mi hermana o los chocolates de avellana? Creo que serán los chocolates. No puedo evitar sacar la caja de bombones que compró mi papá por el día de San Valetín. ¿Quién regala chocolates en el siglo XXI? Mi padre. Persona dramática, romántica y hasta infantil si me permiten decirlo. El es el único hombre que conozco que regala chocolates en pleno siglo veintiuno.

En fin, no importa. Estoy feliz de que esos bombones terminen en mi interminable agujero negro. Porque eso es lo que es. Un enorme agujero que no deja de arrasar con cada cosa que ve. Bueno, es que no puedo dejar de comer. Si tuviera que contarles por qué decidí devorarme casi la caja entera, debería contarles mis desgracias amorosas. Y no es que le eche la culpa a mi mala suerte en el amor. Es que cupido no sabe tirar la flecha al tipo correcto. ¿Algún día pasará? Creo que estoy destinada a quedarme soltera, con gatos y una hermosa biblioteca con novelas románticas, eróticas por supuesto, algo de ciencia ficción y también historia. Los de historia no son míos. Esos libros son de papá.

Ahora estoy sentada en el sofá de mi sala de estar, comiendo uno por uno esos deliciosos bombones de avellana y pensando que mi vida amorosa es un desastre. Mejor quedarme soltera que mal acompañada, ¿verdad? Bueno, no quiero sonar dramática. No es que no lo sea. ¡¿A quién engaño?! No dejo de llorar. Parezco una pelotuda y me recrimino por eso. Es que sí soy algo sensible. Y creo que ya no le encuentro sabor al chocolate. Ni siquiera puedo saborearlo porque siento el gusto de mis lágrimas. Es salado.

¿Por qué mierda tuve que sentir algo tan fuerte por años, solo para que me termine rechazando como la larga lista que me mandaron a la friendzone? La larga lista de chicos que me han gustado,no dejan de ser idiotas y desconsiderados. Si tuviera que nombrarlos:

Alan.

Marco.

Franco.

José.

Ignacio.

Fernando.

Mateo.

Sí, el último es Mateo. ¡Sí, mi mejor amigo Mateo Sandoval! Siete personas me han rechazado. Y tampoco quiero recordar cómo ni cuándo. Solo sé que estoy cansada de abrir mi corazón a puros idiotas. O es que la mala suerte me persigue o cupido no sabe usar bien el arco. ¡Cupido! ¡¿Por qué mierda no apuntás bien, la con.... inserte insultos argentos.

No creo en el karma, pero ojalá el octavo no sea igual de idiota. Bueno, si es que existe uno, porque no creo volver a enamorarme en, si me permiten: ¡Años!

Terminé de comer los bombones. ¡Vaya que los devoré!

Se supone que debo estar durmiendo, porque mañana debo trabajar y no lo hago porque la mente no deja de taladrarme. En realidad no puedo dormir desde que supe que Mateo tiene novia. Sí, como escuchan, Mateo tiene novia y no es que me haya rechazado. Tal vez indirectamente sí. Porque sé que si me declaro, no me va a dar bola. Porque así funciona esto. Nunca soy más que la mejor amiga que sabe dar consejos y estar ahí cuando lo necesitan. Gracias por lo que me toca.

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