¿Verdad o reto?

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-No quiero cantar contigo- afirmé con molestia.

La profesora había salido y nos dejó adentro solos.

-Pues yo tampoco- dijo rodando los ojos.

-Entonces digámosle que no-

-No las montará lo que queda de nuestras vidas-

-¡Pero yo no quiero cantar contigo!-

-¡Yo tampoco, ni siquiera me gusta tu voz!- mis ojos se abrieron de golpe.

-Oh, chico, no debiste decir eso- mis ojos se entrecerraron.

-¿Qué vas a hacer al respecto? No me gusta- podía ver el reto en sus ojos, idiota.

-Tú tampoco cantas bien, suenas como un gato al que le están arrancando la pata- soltó una carcajada.

-Tú suenas como si a un hombre le pegaran en sus testículos, combinado con el llanto de un bebé-

-Ni siquiera sonó lindo lo que tocaste- 《Em... mentiraaa》, cantó una voz en mi interior.

-Pues te la pasabas mirando todo el tiempo-

-Es el encanto del piano, tú- lo señalé con mi dedo índice- No tienes nada que yo quiera ver-

-Tú tampoco- se acercaba a mí y yo me alejaba hasta que la parte baja de mi espalda sintió el piano.

-Te conviertes en un acosador- colocó sus manos a los lados de mis caderas de tal manera que me aprisionaba.

-Deberías colocar una demanda entonces-

-Sí, no es mala idea- susurré debido a la cercanía.

-¿Qué esperas?- él también susurraba.

-Vete-

-¿A dónde?-

-A donde no entres en mi vista-

-¿Aquí?- preguntó mientras su cabeza se posicionaba en el hueco de mi hombro y mi cuello haciendo que sintiera su respiración ahí.

-Fuera, idiota- puse mis manos en su pecho para empujarlo y él rió por mi intento fallido.

-No vas a poder con un cuerpo como el mío-

-Tú eres puro cuerpo y puro bla bla bla-

-Eso te encanta- rodé los ojos.

-No me vas a llevar a tu cama, Bieber- se separó un poco de mí poniendo sus manos encina de las mías.

-¿Apostamos?-

-¿Qué quieres apostar?- dije rodando mis ojos.

-Tú vas a llegar a mi cama-

-Es que no puedes ser más descarado porque no eres más grande-

-¿Te da miedo apostar?-

-¡Suéltame!- grité apartando mis manos de las suyas y lista para pegarle una cachetada.

Sus reflejos fueron rápidos y tomó mis dos manos colocándolas en mi espalda para luego comenzar a besarme el cuello.

No podía salir de su agarre.

-¡Quítate, maldito pervertido!- grité y él sólo reía hasta que escuchó la perilla de la puerta girarse y se sentó en una silla cercana mientras me dejaba de pie anonadada.

James entraba por la puerta y su mirada se posaba entre el idiota y yo.

-Emm... yo sólo pasaba y escuché gritos, creí que algo andaba mal-

-No pasa nada, como cosa rara él me molesta-

-¿Podemos hablar?- me preguntó directo y salí del salón.

Íbamos caminando pos los pasillos de la universidad en un silencio incómodo.

-Estuve preocupado por ti y no te importó- comenzó él.

-No digas eso, es sólo que... pasaron muchas cosas y estaba cansada-

-¿Qué tipo de cosas?- cruzó sus brazos.

-Pues... me tocó llevar a Bieber a la casa, pero yo tenía que hacer cosas en el centro comercial y el ascensor de dañó, él es claustrofóbico,  casi se muere, duramos una hora encerrados y en el hospital tres horas más,  llegando a mi casa fue otra hora explicando... agotador-

-¿No pasó nada más?-

-No...-

-Mmmm está bien-

-¿Todo bien?-

-Sí, supongo que sí-

-Está bien...- se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla.

-Tengo que irme, la clase ya va a empezar, nos vemos luego-

El resto de las clases pasaron rápido igual que la práctica, dentro de dos días teníamos partido y la entrenadora estaba un poco estresada ya que quería que la universidad se viera bien.

-¡___________!- gritó a lo lejos Cait, venía caminando con Elizabeth y Alice.

-Terminanos la clase de pintura- dijo Ali- Vamos a tu casa- laa dos se veían menos tímidas,  pasar tiempo con Cait las afectó un poco.

-Claro, subánse- dije quitando la alarma del auto, las dos se quedaron estáticas mirando el auto.

-¿Es tuyo?- Habló Eli.

-Sí, sí, es un auto impresionante, ahora súbanse- dijo la rubia mientras se subía al copiloto.

Llegamos a la casa mientras hablábamos de gustos musicales.

Abrí la puerta y mi hermano estaba jugando xbox mientras mi mamá hacía aseo.

-Hola, cariño- saludó mi mamá abrazándome- Hola, Cait- también la abrazó- Hola, chicas desconocidas- abrazaba a todo el mundo, yo sólo reía.

Mi hermano miraba detalladamente a mis compañeras y lo fulminé con la mirada.

-Vamos a tener una pijamada, mamá,  ellas son Elizabeth y Alice, nos vamos antes de que mi hermano las devore con la mirada-

-Siempre tan mentirosa, pequeño monstruo-

Cuando se hicieron las nueve de la noche,  se les ocurrió a todas jugar verdad o reto.

-¿Verdad o reto?- me preguntó Cait, lastimosamente tocó entre nosotras dos.

-Reto- dije un poco insegura.

-Lo que esperaba- tenía una cara maliciosa y las otras dos chicas reían.

-Cait...-

-No puedes negarte-

-¿Qué quieres que haga?- pasaba mi mano por mi cara.

-Tienes que seducirlo, hacerle creer que vas a estar en su cama y luego decirle que fue una apuesta, incluye beso-

-¿De quién hablas?- alcé la cabeza y todas tenían una cara de malicia.

-De Justin, tienes que seducir a Justin-

I hate you... don't I?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora