El bar no era tan ruidoso de hecho, pero si que me resultaba ruidoso a mí porque ya era tarde y estaba cansado. Todos los que estaban a mí alrededor eran adultos, personas de entre los veintitantos a los cuarenta y algo de años. La música de la banda sonaba de fondo como un pequeño recital en vivo con su propia audiencia, algunos bailaban, otros sólo veían con una bebida en mano, algunos incluso coqueteaban con chicas por ahí.
Un bar normal, El bar de Lola no destacaba en nada, su clientela se veía bastante promedio, pero de todas formas me sentía bastante paranoico. Supongo que cuando eres perseguido todo el tiempo por gente peligrosa y demente tiene sentido estar paranoico en cualquier sitio, incluso cuando eres un adolescente y te sientes en el clímax de la vida, sabes que hay cosas más fuertes que tú.
Mí ropa no es demasiado llamativa sobretodo porque estoy de negro, me veo como un chico normal con jeans rotos y una remera algo corta pero de moda, probablemente las medias de red que se asoman bajo los agujeros de mí pantalón y sobre mí cintura puedan llamar la atención de los curiosos o los interesados, y de esos últimos busco.—Una sprite por favor.
La chica de la barra me ve un poco curiosa porque no parezco mayor de edad, pero no necesito serlo para pedir una gaseosa así que va por mí pedido.
Por el momento no veo interesados, suele ser fácil darse cuenta cuando alguien te está viendo demasiado el culo, sobretodo cuando buscas gente que lo haga. Ahora prefiero esperar a que alguna víctima se acerque a mí, en la barra bebiendo alguna gaseosa con las caderas hacia afuera algún degenerado me verá, entonces si no se acerca él tendré que hacerlo yo fingiendo interés. Necesito algo de dinero y un celular, el anterior lo perdí quién sabe dónde por correr. Si consigo al idiota correcto podré robarle y luego huir sin tener que llegar muy lejos.
Cuando la chica se regresa con la bebida en mano esquivando un ebrio molesto le agradezco y me pongo a tomar un poco pensando en si pedir o no uno de esos sanguches deliciosos que promete el menú y me abren el apetito un poco, ahí es cuando lo noto. El tipo de al lado, el que estaba hablándole a la bartender antes de que los interrumpiera no ha dejado de verme desde que me puse a su lado, no me está viendo con lascivia, es más como curiosidad, como si me analizara buscando algo, me pone nervioso, y no sé si es mí paranoia o que me recuerda a los guardias de la casa con ese físico tan imponente y que notablemente no es de adorno.Tengo miedo de que me reconozca, pero si no ha dejado de verme es porque aún no lo sabe. Si supiera quien soy ya hubiera tratado de agarrarme o algo, pero solo me ha estado viendo. Por más gaseosa que tome me pone nervioso. ¡Maldita sea, mira a otro lado de una vez!.
—¿Qué me ves cara de bache?
Yo intento lucir rudo, me siento algo patético tratando, pero él solo gira hacia un lado como si le hubiera hablado a otra persona y luego me ve divertido. No era precisamente el efecto que buscaba.
—¿Cara de bache? —cuestiona con burla y una lata de cerveza en la mano, tiene una voz grave bastante masculina.
—Si, como los baches de la calle. Cara de bache.Ni si quiera sé porque intento explicarle, me di cuenta que ya no estoy frunciendo tanto el ceño así que me veo de seguro menos malo. Ruedo los ojos y tomo mí gaseosa para ir a otro lado de la barra más cercano al improvisado escenario ignorando que él aún parece divertirse con el insulto mientras reanuda su charla con la mujer, no sirvo para ser rudo realmente y al final se trataba sólo de una persona normal.
Estúpida paranoia.
Me giro a la puerta mientras camino al escenario y casi se me para el corazón. Me freno en seco al ver a varios hombres entrar juntos al bar, no vienen por la banda o unas bebidas, vienen por mí, reconozco a un par de haberlos visto alguna vez y lo veo en sus caras. La puerta principal está bloqueada por uno de ellos, la salida trasera está de seguro fuera de mí alcance si es que la hay, pero si recuerdo que unas ventanas bastante amplias en uno de los lados del local. Hasta ahora no hay ventanas aquí, sólo adornos, pero si que debe haber en el baño. Sé que no soy sutil al escapar, pero ninguno de ellos me ve así que como puedo y serpenteando entre las personas logró llegar hasta el corto pasillo de los baños y me meto en el de caballeros. Está vacío luego de que unos chicos salen. Cierro tras de mí la puerta de uno de los cubículos y me paro en el hinodoro en silencio, le ventana está alta pero al menos el vidrio está abierto, si salto de seguro llegó a sostenerme del alféizar, podré trepar y salirme por atrás, será una caída un poco dura así que sólo espero acertar a los cubos de basura o me haré bastante daño y seré pan comido. De todas formas tengo que huir a como dé lugar.
Apenas logré colgarme del marco de la ventana cuando la puerta del baño se abre, y por más prisa que tenga no consigo hacer pie correctamente porque la superficie es muy lisa para mis zapatillas, es entonces que el cubículo se abre de golpe y alguien me toma por el bolso que llevo sobre los hombros descolgándome y empujándome fuera, hacia los lavabos, haciendo que por poco y me caiga por culpa de mis propios pies.
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Punishment & Revenge [TERMINADO]
FanfictionFrank pensó que luego de la guerra podría disfrutar una vida agradable como padre y esposo sólo para acabar viendo a su familia morir ante la mafia. Daniel creyó que podía mantener un secreto tan grande como ponerlo todo en riesgo oculto de su padr...