#15: Ayuda.

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  —Frank maldito imbécil de mierda. No puedo creer que en serio me haya calentado —digo entre dientes mientras saco mí ropa del armario.

Meto un par de mudas de ropa en mí mochila y una frazada por las dudas. Es un imbécil, siempre me tratan como si fuera un niño ¿Y ahora también va a joder por lo de Chris? No necesito que me recuerde. Tomo el arma que me regaló y un par de sus cargadores por las dudas, dinero suficiente y mí abrigo, dejo el móvil a drede. Escaparse no es difícil. Me asomo por la puerta y me doy cuenta de que Frank no está, de seguro está entrenando, cuando se molesta siempre entrena más duro como si fuera una terapia, eso me deja vía libre para ir por la salida de emergencia y de ahí solo debo tomar camino por el noreste contrario al que usan siempre. De ahí tardaré un par de horas hasta dar con algo de civilización y un poco más hasta alguna parada de bus o algo para irme lejos de todos, solo ocultarme un poco más y luego de que Punisher masacre a mí única amenaza regresar a reclamar el dinero que me pertenece por herencia, la empresa, conseguir una casa y seguir la vida como si nada. Suena a un plan decente que deseo poder cumplir.

Caminar durante horas es pesado, me recuerda a la huida en el Ferrari, estaba preparado para lo que fuera mientras conducía pero caminar durante horas hasta la ciudad fue probablemente lo más pesado con lo cansado que me sentía, esto es igual, pero con el sol haciéndome sudar y no la frescura de la noche.
Es bastante tarde cuando llegó por fin a la ciudad, me gruñe el estómago y ya el sol es más fuerte dado que es plena tarde, pero al menos puedo ir a un McDonald's por una hamburguesa para recobrar energías y un refresco, de paso podré también quitarme un poco el sudor en los baños y ponerme ropa que no huela mal. Tendré que buscar un albergue transitorio o algo donde pasar la noche, también debería al menos cortarme el cabello y cambiar mí apariencia un poco o seré muy fácil de hallar. Pago por mí hamburguesa con papas y una soda mediana, nunca puedo acabarme las grandes y acaban volviéndose muy empalagosas, lo bueno es que me siento tranquilo, nadie parece fijarse en mí mientras como, a nadie le importo y eso me agrada.
Cuando acabo la hamburguesa voy por un momento al baño ganándole de manos a unos niños, está lleno pero logró tomar el último cubículo libre, mí ropa huele sudada y lo único que puedo hacer es cambiarme y y salir a refrescarme un poco mojandome el cabello en el lavamanos. Lo mejor es seguir ahora, antes de que oscurezca más, si se vuelve muy tarde de seguro tendré que pasar la noche en un motel así que debo buscar rápido algún bus. Será una tarde pesada pero en unas horas el sol bajará, debo darme prisa, además seguro que Frank ya se dio cuenta también que no estoy en la habitación y debe haber salido a rastrearme o alguna cosa así, otro motivo para largarme.

  —Parece que alguien decidió regresar a casa.

Esa voz me congela al momento. Entro en pánico y giro con demasiada torpeza la cabeza solo para ver la sonrisa de Félix. Toma mí brazo con fuerza al punto de hacerme quejarme del dolor y me hace seguir caminando como si nada pasara.

  —Si no caminas en silencio te voy a arrastrar del puto cabello hasta el auto y acribillaré a cualquier infeliz que te quiera ayudar así que mueve el culo.

Me tiemblan las manos mientras camino dejando que me lleve. Irme fue un error estúpido, hacer esto en la ciudad que el domina fue una idiotez, tendría que haberme hecho un cambio de apariencia antes de pensar en mostrar la cara por aquí. Abre la puerta de un vehículo con los vidrios polarizados y tengo que subir.
Él me gira y sujeta mis dos muñecas en la espalda con un par de esposas demasiado ajustadas y luego un pinchazo.

  —Dulces sueños mocoso, tu papi estará muy feliz de verte.

Me siento mareado y el me empuja en el asiento para que quede acostado, tengo demasiado miedo y la cabeza me da vueltas mientras él me cubre con una frazada como si estuviera dormido y luego sube a su asiento. Siento el auto moverse y tengo que cerrar los ojos para intentar aplacar el mareo un poco.
Cuando vuelvo a abrir los ojos aún me siento mareado, veo mis zapatillas de forma cada vez más claras al igual que mis jeans negros y el piso sucio. Me cuesta pero levanto la cabeza, reconozco el cuarto al momento, veo las herramientas de Félix, las manchas mal limpiadas de sangre. Intento soltarme y huir, pero mis muñecas están amarradas con bastante cinta industrial a los apoyabrazos de una silla haciendo que solo me desespere más. No puedo soltar mis piernas tampoco aunque si moverlas con un poco más de libertad pero no puedo hacer nada. Empiezo a buscar con desespero algo que me pueda ayudar para salir pero no hay nada a la mano, él no sería tan idiota de dejar algo con lo que pueda soltarme y mí única idea es intentar usar la boca para quitar la cinta de mis muñecas.

  —Al fin despierto nene —dice Félix riendo un poco mientras entra en el cuarto— creo que me excedí en la dosis un poco, dormiste un par de horas demás pero ya nos pondremos a jugar ahora.

Acerca una silla frente a mí y deja a mano, sobre una mesa estilo escritorio una caja de herramientas abiertas y un pequeño frasco transparente. Luego me mira.

  —¿Es aterrador estar de ese lado, verdad? —dice con cierta burla— mira Daniel, traicionaste a tu padre, y sabes que consecuencias tiene eso... Primero voy a sacarte información y luego te haré sufrir hasta que te mueras o hasta que Solange lo decida.

Su expresión sería me hace tragar en seco. El corazón me late tan rápido que siento que me va a dar un paro y casi que se me olvida como respirar.

  —Este juego es mí favorito. Un clásico pero más personal. Te voy a hacer una pregunta y cada que la respuesta no sea correcta te voy a arrancar una uña, en total tienes viente intentos en las manos y pies, luego seguiré con las falanges de los dedos que suman veintiocho más, luego las muñecas, ante brazo y finalmente los brazos. Cincuenta y cuatro oportunidades —dice tomando un par de pinzas— pero tranquilo, dudo que llegue a cortarte los dedos, estoy seguro que después de la primer uña vas a decirme hasta los colores del calzón que usa nuestro enemigo porque seguro que lo conoces bien ¿No? Tú pasatiempo últimamente ha sido revolcarse con extraños y robarles marica rebelde.
  —Fé-Félix por favor... Por favor no.

La voz me tiembla tanto que parece que se fuera a romper en cualquier momento, siento el llanto atorado en la garganta y eso solo lo hace reírse.

  —¡Mira nada más lo cagado que estás! Si no hubieras jugado a las escondidas estarías del otro lado justo ahora —dice riendo. Toma la uña de mí pulgar con la pinza y me mira— ahora vas a hablar.

Da un jalón demasiado fuerte y la arranca sacándome un chillido. La sensación es lo más horrible que sentí alguna vez. El dolor es tan fuerte que no me deja pensar. No puedo apartar la mano y solo me retuerzo en mí lugar gritando. Comienzo a suplicar mientras veo la sangre corriendo y empezando a ensuciar la silla y mí jean. La carne roja al descubierto. El ardor intenso. Siento náuseas al momento y me vomito encima antes de que ese psicópata me tiré del pelo para hacerme levantar la cabeza y que lo vea. Tengo la cara empapada de lágrimas en solo segundos y algo de vómito en el mentón.

  —¿Quién nos atacó? —pregunta con seriedad.
  —¡Punisher! —grito desesperado con tal de que me deje— ¡Fue-fue Punisher! ¡Lo juro!.
  —¿Cómo consiguió información?
  —Yo-yo se la di —digo tratando de recuperar el aire soltando varias quejas aún de dolor sin poder dejar de llorar. Me duele demasiado y apenas empezó— me hizo-... Me hizo darle todo lo-lo que sabía.
  —¿Dónde está ahora?
  —En-en la ciudad.

Él suspira y está vez toma la de mí dedo índice. Otro chillido de mí parte mientras deja la uña en el pequeño frasco. Mí llanto y el dolor se agravan considerablemente mientras le suplico que paré e intentó por instinto soltarme pero solo puedo mover los codos. Duele demasiado. Arde y se siente como si el aire me quemara la piel como el ácido. Nadie va a ayudarme. Tengo miedo. Tengo mucho miedo. El dolor no me deja pensar ni si quiera. Esta vez me da un golpe fuerte en la boca del estómago y me deja sin aire para seguir gritando antes de levantar mí cabeza de nuevo para que lo vea.

  —Se más específico Dan —dice en tono de reproche— ¿Dónde está nuestro amigo Castle ahora mismo?
  —E-en un almacén cerc-ca del deshuesadero de-de autos —respondo con la voz temblorosa, demasiado agitado y soportando como puedo el dolor en mis dos dedos.

La respuesta le dibuja una sonrisa enfermiza y complacida en el rostro. Esto apenas empieza.

Punishment & Revenge [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora