Punishment & Revenge [TERMINADO]

#10: ¿Cada vez más cerca?.

  —¿Estás listo niño?

Él está de pie frente a mí como si fuera un luchador profesional, con esa postura se nota que no tiene idea de cómo intentar si quiera, pero no le digo nada. Daniel carga contra mí intentando agarrar mí muñeca pero con solo moverme a un lado me basta aunque de todas formas empujó su espalda. Trastabilla y por poco cae, pero se gira decidido.

  —Vamos, ven por ella —digo moviendo el arma un poco frente al chico.

Frunce el ceño y vuelve a cargar contra mí, está vez si lo hago perder el equilibrio y apenas cae al suelo suelta una queja de dolor tomándose el tobillo.

  —Creo que me doble el pie —dice adolorido.
  —Mierda niño —digo suspirando.

Me acerco para darle una mano y que se levante, pero apenas me agacho para ayudarlo suelta un manotazo frente a mí cara y tengo que hacerme para atrás cuando me tira polvo y mugre en los ojos. Lo siento cuando se me viene encima, mí reacción es automática casi y antes de que toque el arma en mí mano lo reduzco en el suelo escuchando una queja real está vez, doblándole un brazo sobre la espalda para que no se mueva mientras me limpió con la otra mano los ojos sin soltar el revólver.

  —Maldito niño, casi —dije antes de soltarlo y volver a levantarme ayudándolo— ¿Te golpee?
  —No, solo me dolió un poco la caída —responde sacudiéndose el polvo y suspirando— ¿Sabes? Podría hacerlo bien si me enseñas.

No pude evitar reír levemente, acabando de quitar el polvillo de mis ojos y poniéndome frente a él.

  —Bien niño, alguien frente a te está amenazando con un arma —digo apuntándole— lo primero es apartar el arma ¿Entiendes? Si yo te apunto con la derecha tu usas la derecha para apartar el arma.

Es algo ansioso e impaciente, pero obedece al instante, usa su diestra para empujar el arma e intenta tomarla pero solo lo tomo de la mano y lo apartó sin demasiada fuerza.

  —Traquilo, así solo harás que te maten —digo viéndolo. Él vuelve a acomodarse frente a mí esperando que siga— desvías el arma y con la otra mano me tuerces la muñeca.

Tomó su mano y la pongo el dorso bajo mí muñeca con firmeza.

  —Ahí ¿Lo sientes? Busca la articulación y tuercela, no es difícil hallarla.
  —En especial en ancianos —dice volviendo a tratar de quitarme el arma. Vuelve a fallar.
  —Tranquilo chico. Empujas la mano y me tuerces la muñeca, así lograrás que el enemigo suelte el arma y la tomas tú ¿Lo entiendes? Ahora sí. Vamos.

Él me mira a mí y al arma intercalando un par de veces, respira y de un momento a otro lo hace, empuja mí mano derecha con la suya, pasa la izquierda por debajo de mí muñeca y logra desarmarme con rapidez. Se aparta un par de pasos y mira el arma en su mano sonriendo como si no se lo creyera del todo.

  —¡La tengo! —dice feliz enseñandomela.
  —¡Eso chico! —lo felicito— ¿Quién tiene un arma ahora?
  —¡Yo tengo una! —responde riendo.
  —Bien, lograste desarmar a alguien que te amenazaba de muerte ¿Qué haces ahora?

Él se pone más serio al igual que yo. Se aparta más tomando distancia y apunta hacia mí con vos brazos extendidos.

  —Disparo.

Su expresión es más seria y las manos las tiene firme, pero no se anima a tocar el gatillo ni si quiera.

  —Exacto, disparas. Sin importar quién esté del otro lado del cañón tú disparas, ¿Entiendes eso?

Él asiente y yo apoyo el cañón contra mí pecho, el toma aire de nuevo y aprieta el gatillo, el tambor dispara y click suena pero nada pasa, el arma está descargada. Le revuelvo el cabello como felicitación y le dejo quedarse con mi revolver porque se lo ganó. No estoy seguro si en una situación límite pueda realmente disparar, pero dudo que llegue un momento así, me aseguraré de que no sea necesario que tenga que matar.