La primer visita que tuve luego de salir de terapia intensiva fue la de la detective Jemisen. Aún estoy drogado en parte para poder soportar el dolor que tengo sobre todo en las costillas, pero soy plenamente conciente de lo que digo y hago porque solo tengo algunos analgésicos para el dolor en las venas. Ella pasa por la puerta junto con la enfermera, y luego de que retiran la bandeja de mí al igual que la mesa con ruedas, la enfermera se asegura de que esté bien y no me haga falta nada antes de dejarnos a solas.
—Buenos días Daniel —dice la mujer acercando una de las sillas y sentandose a un lado de la cama antes de enseñarme su placa— soy la detective Inaes Jemisen.
—Detective, me doy una idea de porque está aquí —digo acomodando un poco mejor la bolsa de hielo en mí vientre— pero la escucho.Ella se quita su abrigo y se lo deja en el regazo, guardando la placa y dejando ver que trae un arnés con su arma reglamentaria.
—Llega un chico al hospital gravemente herido, cargado por un hombre armado y con un pasamontañas con el icónico símbolo de Punisher que exige atención médica denunciando que el joven ha sido torturado. Menciona que es el hijo de un hombre tan conocido, y no por buenos motivos, como Solange y para colmo se denuncian también dos fuertes explosiones a un par de kilómetros de dicho hospital minutos antes de su llegada y minutos después también —explica la mujer viéndome— esa, creo yo, es razón suficiente para que la policía se involucre.
No pude evitar una risa leve gracias al humor de la oficial, pero al instante me quejo tocándome las costillas con la palma de la mano. Reír duele.
—Supongo que quiere información de mí secuestrador, de mí padre, y de Punisher.
—¿Qué puedes decirme?Una idea se me viene a la cabeza de golpe antes de que abra la boca, me tomo unos minutos antes de ver a la detective frente a mí.
—Señorita Jemisen, ¿Podemos llegar a un acuerdo?
Ella parece un poco sorprendida, pero asiente con la cabeza mirándome.
—Lo escucho ¿A qué clase de acuerdo quiere llegar?.
—Mire, usted misma lo dijo, mí apellido tiene peso al igual que yo, ambos sabemos que mí padre no es un santo, lo que yo diga podría ayudarla a encarcelarlo, cerrar muchos casos de seguro archivados, acabar con uno de los grandes problemas de la policía —dije serio— y yo hablaré y le diré pero hasta el más mínimo detalle de mí padre si lo pregunta, pero quiero algo a cambio.
—¿Algún tipo de impunidad? ¿Protección policial?
—Bueno, además de eso, sabe que soy menor de edad, solamente quiero hacer un pequeño acuerdo con el juez, que me deje emanciparme ya que de todas formas estoy a meses de la mayoría de edad.
—Entonces concedido, hablaré con el juez y-
—Aún no acabo —la interrumpo— además de mí emancipación quiero un borrón y cuenta nueva pero para Punisher.
—Eso es imposible.
—Pues no voy a hablar —dije como un niño caprichoso— y no está a discusión detective. Puede hablarlo con sus superiores o lo que sea necesario en vez de aceptar ahora mismo. Pero sin acuerdo no hay información.
—¿Estás dispuesto a dejar a esos criminales afuera y poner en riesgo tu vida?
—¿Quién le dijo que no hay alguien yendo tras esos tipos ya?Frunce ligeramente el ceño.
—Punisher no es más que otro de esos pseudo-justicieros que creen que pueden interpretar la ley como se les venga en gana y solo complican nuestro trabajo y acaban hiriendo inocentes con sus actos —dice casi con desprecio y enojo— y encubrirlo solo te hará cómplice y te traerá problemas legales.
—Veamos si entiendo señorita —digo sonriendo de lado con cinismo— ¿Una oficial de policía que visita a un pobre chico gay que acaba de salir de terapia intensiva luego de ser torturado y tiene además la crueldad de amenazarlo con la muerte o la cárcel? Se lo está facilitando mucho a prensa ¿No cree? La opinión popular va a masacrarlos.Ella también sonríe, pero diferente a mi. Se levanta de su asiento y toma el abrigo entre los brazos mirándome.
—Pienselo, de todas formas si no acepta al menos intentar entonces iré con siguiente oficial y así hasta que alguno acepte. Y en caso de que no, entonces aún puedo apuntar a los grandes mandos que de seguro les va interesar la propuesta.
—Espero que te recuperes pronto Daniel Solange, de seguro volveremos a vernos —dice cómo despedida antes de marcharse.Suspiro pesado estando a solas y me relajo en la cama. Respirar crea una sensación molesta todavía, pero al menos el dolor en mí estómago y hombros es menor. Aún tengo al menos dos meses más aquí y según el doctor mis uñas tardarán unos seis meses en crecer de nuevo... Mis uñas... Cómo desearía tenerlas, nunca pensé que algo como las uñas podría echarse tanto de menos, pero ahora que mis dedos están tan sensibles que no me dejan ni si quiera tomar las cosas correctamente solo desearía no haber perdido las uñas, pero al menos las vendas cubren las heridas y es un alivio, podría vomitar de sólo ver la carne al rojo vivo y más si es mía.
Cierro los ojos. Desearía saber de Frank.
Aún no he tenido noticias de él o de Micro y en los noticieros tampoco hay demasiado que se diga, nada sobre Punisher o mí padre, así que lo único que puedo hacer es ver la TV del cuarto, ver por la ventana o dormir. Una estancia aburrida en un cuarto blanco totalmente solo ya que la policía así lo había dicho para que pudieran protegerme y porque además sería más seguro. Suspiré de nuevo abriendo los ojos. Me sentía cansado de no hacer nada, de estar quieto solo haciendo movimientos de brazos para que mis hombros tuvieran una adecuada recuperación y por más que caminara por el cuarto era pequeño y aburrido, se sentía como estar preso pero con enfermeras, televisor y comida medianamente decente además de un bonito baño y sabanas limpias. Me gustaría poder marcarle al celular y hablarle, pero la verdad es que no tengo idea si el teléfono de está habitación está o no intervenido.
Mierda... Estar solo apesta. Más bien estar solo en un cuarto de hospital apesta, sobre todo si eres el paciente.
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Punishment & Revenge [TERMINADO]
FanficFrank pensó que luego de la guerra podría disfrutar una vida agradable como padre y esposo sólo para acabar viendo a su familia morir ante la mafia. Daniel creyó que podía mantener un secreto tan grande como ponerlo todo en riesgo oculto de su padr...