#26: Final

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Y Frank regreso.

El cabrón se tomó un par de meses sin hablarme si, y yo también lo deje en paz durante ese tiempo a pesar de que me carcomía la inseguridad pensando que solo desaparecería, pero mientras salía de la ducha finalmente mí celular sonó. Me sorprendió ver su nombre en la pantalla mientras sostenía una toalla alrededor de mí cintura, pero cuando atendí quedamos de vernos el fin de semana a un bar a charlar.

Esa noche intenté verme bien pero sin que fuera tan evidente, algo casual pero lindo, pero mí mejor idea fueron jeans ajustados, un top y una simple chaqueta... No era demasiado casual que se diga, pero teniendo en cuenta como me gustaba vestir se podría decir que tampoco era algo fuera de lo normal, además de que me veía bastante bien y me daba la oportunidad de estrenar mí nuevo choker negro.
Me sentía algo nervioso esperando en el recibidor, pero cuando vi su coche frenar frente al edificio guarde mí celular y subí a su lado, la radio prendida, lean on suena de fondo y no me resisito a tararear partes de la.l canción, me siento nervioso pero el parece tranquilo mientras conduce sin prisas. Aproximadamente diez minutos después el coche queda aparcado frente a un bar cualquiera y entramos juntos para sentarnos en la barra.

-Sólo dos Blue Moon -pide Frank.

Antes de que el bartender hablé yo dejo mí documento encima de la barra para que vea que ya soy legalmente adulto, así que me devuelve no identificación y la guardo mientras deja dos botellas de cerveza, las destapa frente a ambos y luego sigue en lo suyo. Yo soy el primero en dar un trago únicamente para mitigar los nervios más que la sed.

-Entonces... -pregunto acomodándome en la banqueta para verlo.

Yo me abro la campera dejando que se caiga a drede hasta mis codos ganándome una mirada algo sorprendida del mayor, pero no dura demasiado ya que aparta rápido la vista de encima mio.

-Necesitaba algo de tiempo para... Ya sabes -dice acomodándose mientras bebé un trago de su botella, esquivando mi mirada.
-Lo suponía -digo con una sonrisa de lado encogiendome de hombros.

Se hace un silencio algo incómodo y no sé bien qué decirle, pero cuando veo que él parece estar ordenando en su cabeza que decir me quedo callado, le doy el tiempo que necesita mientras bebo un poco.

-Eres apenas un mocoso -empieza suspirando- pero por más que intentó no puedo dejar de pensar en ti, es como si tuvieras algo... No lo sé, al principio pensé que era porque eras solo un niño en problemas muy gordos, pero luego me costó darme cuenta de que era más que eso.

Se enderieza y suspira, girando la cabeza en mí dirección.

-Te veo de la misma forma que veía a María y me daba miedo admitirlo.

Me gusta oír eso sobretodo porque sé lo que significa.

-Yo pensé que lo que sentía por ti era como lo de Chris -dije jugando con mí dedo a bordear el pico de la botella-, pero la verdad es que no, Chris únicamente me calentaba, tú... Me provocas más que solo eso. Digamos que podría verte para acostarnos toda la noche o solo para disfrutar una película cursi abrazados como Edmond Dantes y Mercédès.
-¿Quiénes? -dice mirándome descolocado.
-Por amor de Dios Frank, ¿No conoces el conde de Montecristo? -digo rodando los ojos antes de acercarme a él, sosteniendo su remera y besandolo unos pocos segundos- que te quiero sexual y románticamente, ese es el punto.

Por su cara aún no se acostumbra a ciertas cosas, eso me hace reír y volver a beber.

-Bueno, es mutuo -responde sonriendo también.
-¿Así qué...?
-No me presiones niño.

Suelto otra risa pero más ruidosa y no porque me el alcohol me haya hecho efecto sino porque me siento feliz. Levantó mí botella y choco el cuello de la misma contra la suya a modo de brindis antes de dar un trago.

-Lo entiendo, más lento.

Él entiende la broma, niega divertido y sigue bebiendo. La noche se nos va en el bar entre cervezas y charla, tanto que pierdo la noción del tiempo y un poco de sobriedad también, me siento de buen humor. Me siento feliz.
Cuando ya es muy tarde y he bebido lo suficiente como para que todo me de gracia, ambos decidimos que lo mejor es volver. Me abrazo un poco a él y no sé si por el mareo o las ganas de solamente abrazarlo, pero me acompaña hasta el departamento y está vez no se va. Yo pateo mis zapatillas por ahí y él deja sus botas a un costado de la cama, recoge la ropa que dejó tirada mientras me estoy desnudando y la deja de manera ordenada sobre la cómoda del cuarto junto a sus propias prendas, ambos estamos solo en boxer, entonces se mete en la cama conmigo y apaga las luces.

-Descansa soldado -digo mientras lo uso de almohada para dormir. Y adoro su olor, me relaja y a la vez es placentero.
-Buenas noches también mocoso.

Su mano sostiene mí espalda baja y me mantiene pegado a él, yo cruzo sin miedo una pierna por encima de las suyas bajo la sábana, y no se en qué momento pero caigo dormido.

Punishment & Revenge [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora