#17: Aún no es el momento.

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El pinchazo hace que me incorpore de golpe tomando una bocanada de aire. El dolor en la punta de mis dedos se atenúa mientras me apoyo en la pared para mantenerme medianamente erguido y el resto de mi cuerpo casi olvida que olvida la paliza, siento todos mis sentidos agudizarse de golpe, como si mi energía se hubiera recargado por completo de repente dejándome agitado.

  —Por lo general no uso epinefrina en mí trabajo —dice dejando la jeringa vacía a un lado en la mesa— pero eres un caso especial. Muy especial.

Siento que mí respiración dejo de ser tan agitada, pero aún así sigue algo descontrolada. Mí padre sigue viéndome serio desde una esquina de la habitación cerca de la puerta y a su lado mí medio hermano, por su cara de horror mientras me mira nunca antes paso por una situación igual, no sé si decir pobre de él o que afortunado. Esta horrorizado mirandome y tiene sentido luego de lo que presenció. Si yo no hubiera huido mí padre de seguro no se hubiera molestado nunca en girar a verlo, jamás le importo reconocerlo a pesar de que siempre lo mantuvo económicamente y de que sus notas son tan buenas como las mías en economía y ciencias políticas, pero ahora que lo traicione necesita otro que lo suceda no solo en sus negocios sucios. Supongo que siempre fue así, siempre tuvo un reemplazo listo por si yo no era el adecuado a pesar de que nunca quise admitir eso... Siempre fui tan reemplazable como cualquiera de sus hombres.
Me tiembla el cuerpo y no puedo mantenerme erguido por mucho más, con la tremenda paliza que me dio Félix hace segundos estoy seguro que me rompió un par de costillas entre otras cosas, me cuesta bastante respirar cada vez más mientras me cubro la zona. Ese puto psicópata está listo para echarseme encima de nuevo, pero alguien interrumpe, tocan un par de veces la puerta y entran. Me tengo que apoyar mejor en la pared.

  —Señor, está todo hecho y mis hombres en posición.
  —Félix, luego jugaras más con él, hay que hacer los preparativos para nuestro invitado —dice mí padre antes de girarse al chico a su lado— esto pasa cuando me traicionan ¿Entiendes? Ahora vete, Fabiane te va a llevar a casa. Sam hazte cargo de él, Félix sabes que hacer.

Lo veo acercarse y antes de que me agarré paso entre sus piernas para dirigirme hacia la salida a pesar de que sea en vano, pero no tiene caso. Antes de poder hacer algo Félix voltea y me toma del cabello estampando mí cara contra el piso y me da un nuevo rodillazo, está vez en el vientre y me hace soltar el aire. Ya no puedo pelear más. Me lleva casi arrastrando hacia afuera, me cuesta cada vez más moverme mientras la adrenalina va perdiendo poco a poco el efecto y siento que los ojos se me pesan. Veo parte del pasillo, me cuesta seguirle al paso mientras me arrastra, pero cuando llegamos al patio me suelta el brazo y me vuelve a levantar la cabeza para darme un par de bofetadas en el rostro.

  —Vamos mocoso, despavila o no será tan divertido.

Me envuelve con fuerza las muñecas y luego usa un candado para asegurarlas y que no pueda huir. Siento como si se me cortara la circulación, pero es aún peor cuando me deja colgado. Hago es esfuerzo de ver hacia arriba pero las enormes luces que me apuntan solo a mí hacen un poco difícil ver la cadena enganchada en un poste, y cuando algo pesado se engancha en mí tobillo el dolor se agudiza sacándome una queja alta de dolor.

No podré soportar mucho más...

Ya no puedo mantener la cabeza erguida y veo perfectamente el charco de sangre que mí cara está creando en el piso. Tengo que cerrar los ojos unos minutos cuando me siento mareado. En verdad lamento en este momento mí estúpido enfado, lamento haberle dicho esas cosas a Frank, lamento cada idiotez que hice y solamente quiero que venga por mí. Si hay algún Dios solo pido eso, que venga por mí y me salve, por favor.

Cuando vuelvo a abrir los ojos me siento aún terrible y mareado, el dolor es tanto que ya no puedo ni si quiera estar seguro de que es lo que me duele exactamente, pero al menos no siento los brazos y es un alivio pero veo borroso y cuando oigo la frenada brusca de un vehículo hago un esfuerzo por levantar la cabeza cómo puedo para saber que pasa. Veo apenas una camioneta azul y una figura alta y fornida de negro que reconozco fácilmente.

  —Frank...

Lo veo voltear pero ya no puedo mantener la cabeza erguida, oigo los disparos y siento el ruido de algo cortarse. Suelto una queja de dolor cuando mis brazos cambian de posición, pero luego nada.

Y de repente una sensación cálida y firme.

Me gusta cuando Chris me abraza, me gusta su forma de hacerme sentir más débil y pequeño porque de alguna forma se que él es más grande y fuerte y puede protegerme. Sus manos en mí trasero me sostienen a la altura de sus caderas mientras me besa, me encierra contra la pared y lo hace de forma lenta para que me prenda poco a poco. Por unos segundos veo el techo de algo y ya no está la luz cegadora, no se bien que es o donde, pero todo se mueve como en una camioneta y mi cuerpo duele menos que cuando estaba colgado. Christian me sonríe y muerde mí labio juguetón, lo abrazo por la nuca y mis piernas se juntan relajadas alrededor de sus caderas.

  —¡Resiste un poco más!

Una voz conocida suena lejana, pero de todas formas sigo viendo a mí guardia, su rostro serio y sus manos aún en mí trasero sosteniendome.

  —¿Qué pasa Chris?
  —No puedes quedarte aquí bebé —dice en tono algo decaído, con una sonrisa que parece más de dolor que de felicidad.
  —¿Por qué no? Me agrada aquí, me quiero quedar contigo.
  —Debes volver —dice dejando mis pies de nuevo en el suelo y acariciándome la cara como si fuera a despedirse— aún no es tu momento.

Atrapó su mano contra mí cara. No quiero irme, me gusta esto, me gusta aquí, me gusta esta paz que hay. Todo se siente como un sueño, uno bonito del que no quiero despertar jamás. Pero él niega con la cabeza de forma suave sin apartar su mano aún, acariciándome la mejilla y agachándose un poco para apoyar su frente contra la mía.

  —No me quiero ir —pido una última vez.

Él niega con la cabeza sin prisas.

  —Eres un chico muy fuerte bebé y por eso no es tú momento... Aún no. Yo siempre te voy a esperar.

Cómo puedo abro los ojos. Me duele y es difícil respirar, incluso me quejó del dolor al sentir que me mueven, pero hago lo que puedo mientras las voces suenan confusas y casi lejanas. Aún no debo morir, aún no... Aún no.

Punishment & Revenge [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora