My little star; Meanie

Capítulo seis: La luna mira hasta a los más insignificantes.

Era de noche, todos durmiendo. Aunque no todos seguían las reglas naturales de el cuerpo humano de dormir en la noche. Eran literalmente las doce de la noche, Wonwoo estaba despierto. Pero esta vez no es por trabajo, ni por tener que terminar cosas relacionadas con este. Simplemente estaba con dudas en su cabeza. No sabía como podía decirle a la única persona que lo apreciaba una cosa tan brusca como la que había pasado hace un año.

Un luto no se pasa con facilidad. Las cosas no se olvidan con facilidad tampoco. 

Un sentimiento de tristeza hizo una trinchera en el corazón de Wonwoo con la intención de quedarse ahí hasta que algún día pudiera llorar y liberar lo que en su momento no hizo. Una trinchera de frialdad que ni siquiera el afecto más grande podía romper. Que horrible. No recordaba lo que era un abrazo de afecto, porque sólo se los daba su madre con sinceridad. No sabía lo que era un beso porque nunca los había probado. 

No podía recordar lo que se sentía que te dijeran cosas tan simples como: ¿Quieres jugar conmigo?

Esas cosas las extrañaba. Y no podía hacer nada que pudiera restaurar ese daño que hizo. Wonwoo estaba destruido, acabado con esa frialdad condensada en silencio, en un silencio que nadie se atrevía a romper. El dolor cambia profundo, haciendo baches que notaba con frecuencia. Algo hacía falta, esa habitación que ahora es de visitas, ahora estaba vacía. ¿Qué tan doloroso puede ser eso? 

No lo sabe, pero está conociendo límites que en su vida pudo imaginar.

Libra con cara de tristeza, ronroneó para calmar el dolor de Wonwoo, quien sólo no se inmutaba por mirar a la luna. Pensaba en lo que había pasado la luna.

En verdad, la luna, es casi como las personas, tienen cráteres que fueron hace tiempo, pero que son como cicatrices de cosas que impactaron con ella. 

Que irónico. 

Todos tenemos nuestros cráteres.

Wonwoo la admiraba. Había pasado por tantos impactos, pero seguía enterita, frente a nuestro planeta con nuestras noches oscuras pero estrelladas. 

El chico embelesado, tenía pequeñas lágrimas en sus ojos, pero no las dejaba salir. No debía desahogarse ahora, o se fundiría en la completa tristeza. No podía suceder eso, tenía que mantener sus ánimos estables, con un total control que determinaría si podía seguir así, si podía vivir con el remordimiento de haber hecho eso.

Y eso

Es un tema que ni siquiera Wonwoo puede pronunciar.

Y no querrá hasta que las lágrimas de verdad rueden sobre sus mejillas, empapen la camisa de alguien y brazos rodeen la espalda de este chico desamparado de todo tipo de esperanza.

No podía continuar así, alguien debe de escucharlo. No puede simplemente seguir ocultándolo. 

Wonwoo soltó una pequeña lágrima con un pestañeo, que cayó pisos abajo, quizás caería en la cabeza de alguna persona que paseaba por las calles taciturnas y nocturnas, o caería encima de la acera gris. No lo sabía, pero no podía llorar ahora. Cerró la ventana, se fue a su habitación, se recostó y miró el techo. Su habitación no era una normal, en cada parte tenía constelaciones o estrellas. Podía ver un montón de cosas, por simple cosa de sus conocimientos. 

El azul de su habitación le daba una tranquilidad gigante, tenía un aura demasiado reconfortante para él. Era tan bonito acostarse, y ver su techo o sus paredes y sonreír inconscientemente. Su habitación era su lugar, para relajarse, para desesperarse, para reír, sonreír, llorar o destrozar todo por el enojo. 

Era para cada una de las ocasiones. Era hermoso.

Y quería algún día compartir una cosa tan simple como un rato mirando a las estrellas hecha de pintura. Aunque sea consigo mismo y sus dilemas compartidos. Con su gata Libra, o con su mente.